Ocho cimas para demostrar que la enfermedad no es un techo

El proyecto organizado por la Escuela de Pacientes permite que 30 pacientes de distintas patologías pueda subir a los ochos picos de Andalucía

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Llegada al Mulhacén de los pacientes que forman parte del proyecto '8 cimas' | Foto: Remitida
Ainoa Morano
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“Las personas que tenemos una enfermedad no somos menos válidas, podemos hacer todo lo que nos propongamos, solo necesitamos algo más de ayuda”. Estas palabras son de Daniel Hurtado, un granadino de 34 años que perdió la visión cuando tenía 29 debido a dos infartos cerebrales. A pesar de su condición, Daniel ya ha coronado los picos de Bonales, Terril, el Chullo y el Mulhacén, este último el pasado fin de semana. Una experiencia que ha podido vivir gracias al proyecto ‘8 cimas’.

La iniciativa, organizada por la Escuela de Pacientes, proyecto de la Consejería de Salud y Consumo, que desarrolla la Escuela Andaluza de Salud Pública, tiene como objetivo demostrar que las enfermedades crónicas no son ningún impedimento, no suponen un techo irrompible para las personas que las padecen y, sobre todo, que se puede tener una vida completamente plena.

El proyecto está formado por 30 pacientes de diversas patologías como fibromialgia, párkinson, esclerosis múltiple, trasplantados de riñón, de hígado o con cáncer de mama o de colon. El último reto de este grupo de personas ha sido subir el pico más alto de la península, el Mulhacén.

El viaje hacia la cima comenzó el pasado sábado desde Capileira. La subida se realizó desde la cara sur de la montaña, mientras que la bajada se desarrolló por la cara norte. Lejos de tecnicismos, lo especial de esta aventura que, en esta ocasión, duró dos días, son las emociones que los pacientes experimentaron al llegar a la cima. "Vernos a todos llegar, compartir la emoción de todos por llegar a la cima ha sido precioso, este proyecto está siendo una experiencia maravillosa", explica Belén una de las pacientes que participa en este reto.

Llegada al Mulhacén de los pacientes del proyecto '8 cimas' | Foto: Remitida

Belén, de 47 años, fue operada de cáncer de colon, por suerte se trató de una detección temprana y actualmente está completamente limpia. Aun así, asegura que el proyecto apareció en su vida en el momento que más lo necesitaba. "Llegó cuando me encontraba en un momento de oscuridad, ha sido un auténtico regalo de la vida el poder compartir todos estos momentos con el resto de pacientes. '8 cimas' me ha aportado luz en mi camino, es maravilloso ver como entre todos nos aportamos esa inyección de energía y ganas de vivir que necesitamos y ver como, a pesar de las dificultades de cada uno, nunca se pierde la sonrisa".

Meses de preparación para las ocho cimas

La iniciativa ‘8 cimas’ nació tras un congreso de la Escuela de Pacientes donde se habló de ‘17 cimas’, un reto también desarrollado con personas diagnosticadas con diferentes patologías donde el objetivo era ascender a los picos de todas las comunidades autónomas. Fue en ese momento cuando Joan Carles March, coordinador del proyecto, junto con Mari Ángeles Prieto, entonces presidenta de la Escuela de Pacientes, decidieron adaptar esta iniciativa al territorio andaluz.

Antonio Hermoso es el coordinador de las subidas y el encargado de definir el grupo de pacientes que formarían parte de este proyecto. "Busqué personas con diversas patologías, que no fuesen montañeros, de diferentes edades, tenemos desde jóvenes hasta personas con 60 años y, sobre todo, que pudiesen hacer estos esfuerzos físicos. Una vez que los hospitales no dieron el visto bueno, comenzamos a entrenar con ellos durante dos meses. Cada dos semanas hacíamos subidas y también ellos se comprometieron desde el primer momento en salir a andar para llegar lo mejor preparados a la hora de los ascensos a las distintas cimas".

'8 cimas' supone un superación continua para estos pacientes, la posibilidad de abrir unas expectativas antes inimaginables, permite conocer a otras personas, compartir inquietudes, miedos y también logros. Este proyecto ha conseguido, como bien explica Antonio Hermoso, que estas personas "con una vida complicada no se queden en casa y descubran que sus patologíaas no son ningún techo". Aunque la mejor definición la da Belén: "Nosotros mismos nos ponemos barreras, el no ya lo tenemos, ¿Por qué no intentarlo?". Pensar así es, simplemente, maravilloso.

 







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