Sergio de la Puente: "Recoger un Goya en Granada sería muy especial para mí"

El músico granadino, considerado uno de los mejores compositores del cine español, aspira a estar entre los nominados con la banda sonora de ‘Verano en diciembre’

1 Sergio entrevista
Sergio de la Puente para la entrevista con GranadaDigital | Foto: Cristina Ruiz
Juan Prieto
0

Cuando se mencionan los compositores más importantes de la actualidad en el cine español su nombre aparece siempre entre los primeros. Sergio García de la Puente (Granada, 1975), conocido artísticamente como Sergio de la Puente, tuvo la osadía de abandonar sus estudios de Magisterio en la ciudad que le vio nacer y, en contra de la voluntad inicial de sus padres, trasladarse a Madrid para tratar de cumplir sus sueños artísticos y, especialmente, cinematográficos. No se equivocó en su apuesta pues, con mucho esfuerzo, buscó hacerse un hueco en un mundo tan complicado. Pero el talento y el sacrificio tienen su recompensa y el músico granadino, poco a poco, nota a nota, fue cumpliendo etapas hasta llegar a componer, hasta el momento, las bandas sonoras de 25 películas y cortometrajes, así como a publicar tres discos. Ha estado nominado a ‘Mejor canción original’ en los premios Goya por su tema 'Nana de las dos lunas' y pisó la alfombra roja de los Oscar junto al equipo del corto ‘La dama y la muerte’, cuya música compuso. Además del cine, también ha trabajado para programas y series de televisión, publicidad o teatro, y ha compartido escenario con artistas como Dulces Pontes, Estrella Morente, Michael Giacchino, Lisbeth Scott, Diana Navarro o Philippe Rombí, a la vez que triunfa con sus recitales. Posee su propio estudio de grabación en Madrid, que cuenta con gran prestigio, y quién sabe si podremos verlo en la ceremonia de los premios Goya en Granada el próximo mes de febrero recogiendo algún galardón. 

PUEDES ESCUCHAR LA ENTREVISTA COMPLETA EN PODCAST AQUÍ 

 

Pregunta: ¿Será posible verte premiado con un Goya en febrero en Granada?

Respuesta: Todos los años tenemos una o varias películas, pero este año hay una muy especial que es 'Verano en diciembre', que se estrenó hace muy poquito en cines, con Carmen Machi, Bárbara Lennie, Vicky Luengo, Beatriz Grimaldos, Lola Cordón, Irene Escolar, Nacho Fresneda, Silvia Marsó, Antonio Resines... Un plantel brutal. Es lo que llaman ahora 'dramedia', que no es ni drama ni comedia. El tono es tipo 'Agosto', de Meryl Streep. Es una película muy especial, con una producción muy bien hecha por Vértigo Films y producida por Amaya Izquierdo. Hay gente de primer nivel y, sobre todo, es una historia que está hecha de corazón y que nos puede pasar a todas las familias del mundo. Son cuatro hermanas con una madre que se preocupa por sus hijas, pero recta, de la vieja guardia y cuidan de la abuela, que es Lola Cordón, que falleció hace muy poco. La cinta habla del cuidado de nuestros mayores y de las mujeres que siempre han estado al cuidado de las familias. Una película muy del corazón, que te ríes, lloras y es muy especial. Esa banda sonora está inscrita para los Goya a ‘Mejor canción’ y ‘Mejor banda sonora’.

P: ¿Qué supondría para ti recoger un Goya en Granada, en tu tierra?

R: Figúrate, es que podría ir a dejarlo en mi casa y volver a la fiesta (ríe). Es lo romántico que tiene que la gala sea en tu casa. Aunque se dice que nadie es profeta en su tierra... Ilusión me hace, lo que más. Cuando estuve nominado por la 'Nana de las dos lunas’ fue en Málaga, también cerca del sur. Pero sería algo muy especial para mí y muy granadino. Entre 'Segundo premio', que es una de las favoritas, que estuviera también un granadino como ‘Mejor banda sonora’ o ‘Mejor canción’, sería muy especial para mí. Es difícil porque hay películas muy grandes, que llevan una maquinaria también y una proyección que no han tenido otras que no son tan grandes como puede ser el caso de 'Verano en diciembre'. Pero, bueno, el año de 'La noche de las dos lunas' era una película venezolana y sorprendió, gustó mucho a la Academia la canción. Esto es como la lotería, puede ser o no.

P: Cuando echas la vista atrás, está claro que acertaste en tu decisión de abandonar Magisterio e irte a Madrid en busca de cumplir tu sueño.

R: Mis padres también me animaron, pero entiendo que ellos primero querían que terminara la carrera, estudiara unas oposiciones y después, como hobby, me dedicara a la música. Pero yo lo tenía claro, aunque mis padres siempre me han ayudado mucho y son mis fans número uno. Y me siguen ayudando con soportes de muchos tipos. Ahora es cuando me doy cuenta de que acerté. Con lo de lucha por tus sueños lo tenía claro. Quería intentarlo, por lo menos, durante dos o tres años. La vida está hecha de relaciones humanas. El 'face to face', que te vean, ir de estrenos, tener contacto con los directores, con el ambiente... Quería venirme a Madrid. No esperaba que iba a salir la cosa como está saliendo porque, de empezar a hacer mis cortos, a esto. Ahora estoy trabajando mucho con los compañeros con los que empecé hace 20 años, que eran becarios de iluminación o ayudantes de dirección o un script, y que ahora son directores. Los hermanos Esteban Alenda, que ahora mismo están entre los mejores productores de España, empezaron conmigo haciendo cortos. Ya es una familia lo que tenemos montado aquí. Había que crear una base y eso lo tuve claro al venir a Madrid. Ahora, no imaginaba esto.

Sergio de la Puente para la entrevista con GranadaDigital | Foto: Cristina Ruiz

La ayuda de Javier Fesser

P: ¿Cuándo fue esa decisión y por qué la tomaste? Tuvo que haber un momento que dijiste: "Me voy a Madrid".

R: Hubo un pequeño detonante. Empecé haciendo cabeceras en Localia Granada, donde tenía un amigo montador y también algunos cortos amateur que se hacían en Granada. Y a través del Festival de Jóvenes Realizadores vino Javier Fesser, que acababa de estrenar su primera película, 'El milagro de P. Tinto'. Yo había grabado un CD de canciones instrumentales, se lo regalé y le dije que me encantaría trabajar con él. Días después me llamó por teléfono y me dijo que le habían encantado mi CD y que por qué no me iba a Madrid. Le dije que sí, que iba mucho, aunque era mentira. Pero mi padre me llevó a Madrid y quedé con él. Al tiempo me dijo que tenía una publicidad y que se la hiciera. Javier Fesser me ayudó muchísimo. No tenía dónde quedarme y él me dejó que metiera mi ordenador en su oficina, con un monitor de tubo, y eso siempre se lo agradeceré. A los dos meses me llamó y me dijo que debería irme a Madrid a trabajar. Tenía unos ahorros y una amiga, que su madre tenía un piso, me hizo un apaño. Fueron muchas cosas que se fueron uniendo. Los comienzos no fueron bonitos, pero ahora lo recuerdas con cariño. El tiempo te quita de la cabeza los marrones de, por ejemplo, tener solo 800 pesetas en el banco. Luego ya empecé a conocer a gente como Antonio Hens, que venía de ganar todos los premios de los cortos, y nos hicimos muy amigos. De hecho, es uno de mis mejores amigos y sigo haciendo películas con él. Me metió en el mundo del cine independiente. A mí, como a toda la gente, me gustaría hacer blockbusters como 'Indiana Jones' o 'Star Wars'. Pero con los años estoy muy feliz en el cine independiente. 'Verano en diciembre' o 'El lince perdido' son blockbusters, películas para un amplio espectro de gente. Pero con los años me he encontrado en películas tipo 'La pecera', con las que conocí mundo, porque fui al estreno en el Festival de Sundance, o 'La noche de las dos lunas', 'Azul y no tan rosa'... En Sudamérica soy bastante más conocido en el cine porque han sido películas con mucho impacto. 'Azul y no tan rosa' tuvo un impacto en Venezuela como aquí 'Lo imposible', o sea, la película más vista en los últimos 25 años. Es verdad que a mí se me ha asociado siempre a ese tipo de cine independiente o cine de autor, con una libertad creativa muy grande. En cambio a mí me encantaría hacer terror. Como espectador soy un verdadero friki del cine de terror.

P: Vamos a remontarnos a tus orígenes. ¿En qué parte de Granada te criaste?

R: En el centro, calle Arabial esquina con Recogidas. Allí toda la vida. Ahí siguen mis padres y cuando voy me quedo allí.

P: ¿Y a qué se dedicaban tus padres?

R: Mi padre trabajaba en el sector de la banca, en CajaGranada, pero en medios audiovisuales. Siempre tuve acceso a ese tipo de ‘cacharros’, como los llamaba, porque me encantaba eso de tener dos o tres televisiones juntas para hacer un vídeo. Todo la publicidad e imagen de CajaGranada por él. De ahí que yo quería ser director de cine. Y, después, siempre ha habido una tradición musical por parte de mi madre, que estuvo de forma amateur haciendo zarzuela, en agrupaciones... Esas dos semillas se juntaron. Antes que ser músico de cine, quería ser director. Veía las películas del nuevo Hollywood, tipo Spielberg y toda esta gente, y quería eso, contar historias. Pero, poco a poco, la música se me fue metiendo, porque tocaba el piano y ya me atrapó. Cuando entendí de qué iba la música y que esa historia que tenía la podía extrapolar a una película, a una banda sonora, fue lo que me hizo decidirme. Y también escuchar bandas sonoras. Era y soy un fanático de las bandas sonoras.

P: Atesorabas ese amor por la música, tocabas el piano... ¿Cuándo empezaste a componer?

R: Siempre tenía esa inquietud. Me inventaba canciones y mi madre me pedía que le tocara lo que había hecho el día anterior, pero no me acordaba. Entonces me dijo que si no me gustaría escribir esas canciones. Y empecé, relativamente tarde, en el Conservatorio Victoria Eugenia, aunque antes estuve en Juventudes Musicales, y ahí seguí. Lo que pasa es que ya me vine a Madrid y el Superior no lo llegué a hacer.

P: Tu primer disco, 'El fuego vivido', lo hiciste aún en Granada, con colaboraciones con José Ignacio Lapido, por ejemplo. 

R: Nos hicimos amiguetes y en su disco 'Luz de ciudades en llamas' le grabé un piano y él me grabó un tema de guitarra en mi disco instrumental. También estaban la gente de Supervivientes y un montón de amigos. Además, mi familia me dejó dinero para poder grabarlo en 'Ruido Rosa' en el estudio de Otura, o sea, fue todo muy bonito, muy mágico. Fue mi primer disco de estudio y el que iba regalando por todos lados como una tarjeta de presentación. Como no podía hacer ningún corto o película, hice un disco con lo que sé hacer. Era lo que me quedaba porque no me llamaba nadie para hacer un corto.

‘La dama y la muerte’

P: Poco a poco fuiste entrando en la industria cinematográfica y, por fin, uno de los cortos que compones la música, 'La dama y la muerte', tiene un éxito brutal y llega a ser nominado para un Oscar con la productora granadina Kandor Graphics.

R: Veníamos de hacer 'El lince perdido', que había ganado el Goya a ‘Mejor película de animación’ y, por cosas de producción, su banda sonora pasó una criba de más de 1.500 películas y se quedó en la 'short list' de 300 bandas sonoras para los Oscar. En Estados Unidos gustó mucho porque era muy sinfónica. Y luego entró 'La dama y la muerte', que era un corto mudo y todo el peso lo llevaba la música. Ara Malikian, que era amigo mío, grabó los violines y Tuti Fernández la guitarra. Era una superproducción y gustó tanto que me salieron varias cosas allí. Tuve una temporada que toda la animación que se hacía aquí la hacía yo y también una temporada más en silencio, haciendo televisión o teatro, porque del cine solo no podía vivir. La gente pensará que se ganará mucho dinero, pero del cine no se puede vivir, salvo que tengas una gran producción, tipo Alberto Iglesias. Hay algunos compositores que sí viven, pero hay que hacer mucho trabajo. Lo bueno es que he diversificado todo, hago mucha tele y ahora ya sí puedo vivir solo del cine.

P: Me contó Manolo Sicilia que aquella experiencia en la gala de los Oscar fue espectacular y que lo pasasteis genial tanto en la alfombra roja como, después, en la fiesta que hubo en casa de Antonio Banderas.

R: Sí, la liamos parda. En la gala de los Oscar teníamos dos opciones: ir en el plan que iba toda la gente o a lo Paco Martínez Soria. Y fui así. Allí me encontré a Hans Zimmer y me puse a hablar con él con mi inglés espantoso. No tengo vergüenza y me lo pasé bien. Fui a disfrutar aquello. Y después es verdad que Antonio Banderas se portó muy bien con todos, tuvimos una cena en su casa y allí me puse a hablar con Tippi Hedren, que era su suegra entonces. De repente, te encuentras hablando con ella o con Melanie Griffith... Estuvo muy bien y lo tengo como un gran recuerdo. Fue como ir a un parque de atracciones. 

Sergio de la Puente para la entrevista con GranadaDigital | Foto: Cristina Ruiz

P: Pero no como para plantearte quedarte allí.

R: A raíz de eso, me llamaron y, a través de un compositor de Hollywood, tuve una entrevista con un agente. Estuve diez o doce días en Los Ángeles, pero no me gustó aquello. Es muy bonito, pero no. Un compositor español que ha trabajado muchas veces allí me dijo que o era cola de león o cabeza de ratón. Allí tienes que empezar muy desde abajo. Cuando tuve la entrevista, el agente me dijo que quería ser honesto conmigo y me preguntó si me iba bien en España. Le dije que me iba de maravilla, con mucho trabajo y que tenía un estudio propio. Y entonces me dijo: "¿Y qué haces aquí?". Eso fue hace unos diez años. Me aconsejó que hiciera como Alberto Iglesias: "Haz trabajo en España y en Europa, que tengan una difusión grande". Además, hay una cosa que no me gustó de Los Ángeles. A mí me gusta ir a tomarme una caña, ver a un amigo por la calle y tomarme un café con él. Allí tenía varios amigos y era quedar todos un sábado mandando un email, había que coger el coche... Aquello me pareció un polígono industrial.

P: De todas las personas que viste en la gala de los Oscar, ¿quién te hizo más ilusión conocer o verla en persona?

R: Charlize Theron, que era espectacular. Fuimos con Rocío Ayuso y Raúl García, que allí son gente muy conocida en Hollywood, e iba con ellos como si fuera su niño. Estuve hablando con Pedro Almodóvar, pero, sobre todo, con Hans Zimmer, que intentaba entenderlo y él también a mí. Sabía que él había vivido un tiempo en España y que, más o menos, nos entiende algo a los españoles y entiende nuestra idiosincrasia. Me hizo ilusión ver todo aquello y a la gente, pero no sé si me pasó como en 'El mago de Oz', que cuando llegaba al final, se corría la cortina y veías a un hombre en una bicicleta. Pues Hollywood me parecía aquello. 

P: Una gran montaje muy bien vendido por los americanos.

R: Es cartón piedra. Es tan simple como que, cuando vas a entrar en la gala, la gente pasa por la alfombra roja y es lo que se ve, pero después toda esa gente se queda en una carpa en la que está todos apretados unos contra otros, sacando el pasaporte para que te dejen entrar. Me acuerdo que tenía a un lado a Samuel L. Jackson y ahí pensaba que estábamos todos igual, como en la película 'La vaquilla', de Berlanga, cuando están todos desnudos bañándose en el río, y dice Alfredo Landa: "Mi coronel, seremos de derechas o de izquierdas, pero aquí todos somos iguales". No sé si todo aquello me pilló en una época en la que era menos influenciable.

Nominación a los Goya

P: Cuando estuviste nominado a los Goya en 2020, ¿notaste mucha diferencia entre esa gala y los Oscar?

R: Con decirte que tienes que entrar en limusina a los Oscar... Tú no puedes entrar por una puerta de un teatro. Tienes que alquilarla y entrar por la avenida, que hay allí un atasco brutal de limusinas para entrar en la gala. Pero es verdad que, al final, con el tema de los premios, todo es efímero. Tengo amigos que han ganado algo y ya no los han vuelto a llamar. A mí, como le pasaba a Hitchcock, me gustaría ser el eterno nominado. No te lo llevas, estás ahí a las puertas, pero siempre estás. Hay una película de Disney que me encanta que es 'Soul' que tiene ese mensaje. Pregunta: "¿Y mañana?". Y le responden: "Mañana, igual. Mañana vienes a tocar y ya está". Y se da cuenta de que eso es lo que merece la pena.

P: De todas las películas y cortos en las que has compuesto su banda sonora, ¿cuál es el trabajo que más te ha llegado al corazón? ¿De cuál te sientes más orgulloso? 

R: Es que hay etapas y épocas. Si me lo preguntas hace diez años, siempre te diría 'El lince perdido' y, después, 'La dama y la muerte' era una pasada. Hay una película, 'Sin fin', de los hermanos Esteban Alenda, que protagonizan Javier Rey y María León, que fue especial porque estaba acostumbrado a grabar con orquesta y ese era un trabajo de cine independiente, sin mucho presupuesto. Era el año 2017 y decidí cambiar el paso y meterme en el mundo de los sintetizadores. El productor me dijo que lo quería un poco rollo Vangelis. Y lo que pasó fue que se me abrió el mundo de los sintetizadores y ahí empezó mi 'enfermedad' con los sintes, que ya es conocida en el mundo de la música en Madrid. Esa banda sonora la hice entera, salvo una guitarra y una voz que grabó Ana Franco, todo los instrumentos los grabé yo porque eran sintes. Todo salió desde mi estudio y por eso es especial. Mucha gente me dice que qué bonita es 'Sin fin'. No sé si el tiempo pondrá a la película en su sitio porque este es el tema más cruel del cine, que películas como 'Verano en diciembre' o 'Sin fin' que son películas con un corazón muy grande, pero no tienen la maquinaria ni el empuje que las lancen. Tienes el carro, pero no tienes unos bueyes que tiren muy fuerte. Ese empuje es el dinero. Por mucho que nos duela, llevo tantos años en la música que te das cuenta de que el éxito es proporcional al dinero que se invierte. 

P: Hay magníficos trabajos que quedan desapercibidos por no tener ese empuje. Aparte, con la gran cantidad de películas y series que hay disponibles en cines y plataformas online, si no tiene esa publicidad o ese marketing detrás, es difícil que triunfen.

R: Es que parece que no, pero hasta películas que son 'independientes' tienen detrás un gran empuje económico. Y la nuestra, 'Verano en diciembre', tiene un empuje muy grande y no ha calado lo que tenía que calar porque es que no puede ser que haya 209 películas españolas para estrenar en un año. El cine independiente me gusta porque no es tan cruel como el cine de grandes salas. Para mí, 'La pecera', que la grabé hace casi dos años, todavía está vigente.

P: ¿Y qué te ha pasado con ese 'frikismo' por los sintetizadores"

R: Se me fue la pelota. Hasta mi familia me dice: "Sergio, tienes un problema". Lo que pasa es que me he convertido en un coleccionista de sintetizadores antiguos, analógicos, pero en funcionamiento, no ornamentales. Los tengo en el estudio de Madrid. Y se ha convertido en un lugar que vienen los compañeros a mezclar. El estudio se ha convertido en el referente de la música de cine. Ahora lo voy a ampliar un poco más. El sueño de mi vida era tener un estudio para mí, para grabar mi música. Lo hice para salir de casa, que tenía todo allí. Y ahora lo alquilo mucho y al estudio le va casi mejor que a mí (ríe). Pero estoy muy contento porque no esperaba lo que iba a pasar en Madrid con el estudio.

Sergio de la Puente para la entrevista con GranadaDigital | Foto: Cristina Ruiz

El proceso de creación

P: ¿Cómo afrontas el proceso de creación de una banda sonora para una película? ¿Hablas primero con el director o el productor, lees el guion o ves la película? ¿Depende de tu inspiración o te hacen unas indicaciones que concretas? Porque el proceso de creación supone un gran trabajo.

R: Depende del proyecto. Normalmente, como en 'Verano en diciembre’, te llama la productora, en este caso Vértigo Films, y te explica que tienen una película cuya directora es Carolina África, que los actores son estos y aquellos y te preguntan si quieres optar a componer la banda sonora. La directora tuvo una reunión con dos músicos, primero conmigo y después con otro. Me pasaron el guion, que me encantó. Le dije a la directora que no sabía si reír o llorar porque había momentos maravillosos. Y después le expliqué como afrontaría la película musicalmente. Fue un poco como una entrevista de trabajo. Y una vez hecho, pues ella se decide y me dice que quería que fuera yo quien hiciera la música. Y ya hablas con la productora, que te explica el presupuesto que tiene. En el proceso normal de una película, te traen el montaje terminado de la película o, al menos, el más aproximado, porque hay veces que mientras estás componiendo, te llama el director y te avisa de que hay alguna secuencia que se ha caído e, incluso, a veces ha pasado con películas ya cerradas. Pero, normalmente, te mandan la película y sobre eso ya te pones a trabajar. Siempre trabajo con un instrumento que es el piano y tocándolo ya me imagino con una orquesta, un violín o lo que sea, pero tengo esa capacidad, como cualquier músico del mundo, de que estás tocando un piano, pero en tu cabeza sabes cómo va a ir el arreglo del violín, el cello o la trompeta. Y ahora tenemos unas herramientas maravillosas que antes no se tenían, que son los samples o instrumentos virtuales, que con un ordenador y un teclado, consigues que un instrumento suene como una orquesta. Una vez lo tienes todo se lo muestras al director y, si le gusta, se graba ya realmente. Eso ya sí cuenta con un presupuesto y, en el caso de esta película, lo grabamos con una orquesta sinfónica. Y, después, los pianos y todo lo demás se graba en el estudio, todos los solistas. 

P: Y también os pasó algo muy curioso con una canción de 'Verano en diciembre'.

R: Hay un momento que en la película suena en una radio un reguetón y ha habido cachondeo con eso, por lo típico que empezó con una broma. Queríamos que cantaran una mujer y un hombre y llamé a Carmencita Calavera, de Granada, y le dije que le iba a distorsionar la voz para hacer un reguetón. Y a otro amigo mío, Lucas Suárez, compositor de películas de terror como 'La monja', le dije que, como él tiene mucha gracia, le iba a grabar y lee 'picheaba' la voz para que parezca un reguetonero. Hicimos la canción, que se llama 'Traviesa', que yo mismo dije que no firmaba por ser un reguetón. Empezó como una broma y Carmencita, que es un amor, dijo de improvisar un personaje que llamó 'Travela Vergas'. Y el tema sale un montón en la película y está inscrita en los Goya de este año a ‘Mejor canción’. Hice la música, Carmen hizo la letra y quedó una cosa muy graciosa. Tenemos la broma de que no puede ser que por un reguetón... Ahí está la gamberrada, pero sería poético y gracioso. Y también ya es candidata en los Premios Carmen. 

P: ¿Tienes un poco de miedo o de respeto a lo que pueda traer la Inteligencia Artificial a vuestra labor?

R: No. Y pongo un ejemplo de lo que me ha pasado en 'Verano en diciembre'. Preparé varias maquetas, porque cuando hago una banda sonora presento varias opciones y, entre ellas, metes una de 'paja' para rellenar que sirve para elevar la calidad de las otras. Y con una de esas me puse con uno de los teclados y hay un pedal, que es un 'delay', que cuando le das repite la misma nota. Pues me lo dejé encendido y, por un fallo técnico, sonaba eso muy bien, tanto que me puse a tocar con el piano sobre esa base y fue la música que le encantó a la directora. Todo el riff de la película es eso. Con eso quiero explicar que la Inteligencia Artificial coge los parámetros que tú le das. Pero la Inteligencia Artificial no va a pasar una mala noche, no va a tener mal de amores, no va a estar inspirada ni va a cometer un fallo como el que te acabo de contar. Muchas veces, los grandes hallazgos, como la penicilina, han sido grandes errores, que no vienen de una Inteligencia Artificial, sino del corazón que le ponga a una persona. Eso se nota. No tengo ningún miedo a la Inteligencia Artificial. Es más, se está valorando más el trabajo de los compositores. Ahora mismo me llaman más que cuando no había Inteligencia Artificial. ¿Por qué? Ahora cualquier programador de ordenador te hace una música, metes una base o, incluso, tarareas y el ordenador te lo orquesta y te lo hace. Está muy bien como herramienta, pero intento evitar lo máximo la Inteligencia Artificial porque al final quiero sonar como yo soy y la diferencia te la va a marcar algo humano.

Sergio de la Puente para la entrevista con GranadaDigital | Foto: Cristina Ruiz

Compositores favoritos

P: Has hablado de Hans Zimmer, pero ¿cuáles son tus compositores favoritos de bandas sonoras?

R: El más grande es John Williams. Cuando él muera el Hollywood antiguo se irá con él. Estoy convencido de que está a la altura de Brahms, Mahler, Mozart, Beethoven... En la historia va a quedar como uno de los genios de la música. Y quitando al genio, hay otros que me gustan, aunque que con los años vas cambiando. Cuando era más chaval, era más trompetero. Me gustaba mucho Jerry Goldsmith, Basil Poledouris con 'Conan' y otros. Con los años para mí Ryūichi Sakamoto, que hizo 'Feliz Navidad, Mr. Lawrence' o el 'El renacido', ha sido uno de los grandes genios. O Vangelis, otro genio, que escuchas una banda sonora como 'Blade Runner' y es lo más grande que se ha hecho, una obra maestra. Solo con eso ya puedes morirte a gusto. Más todos los discos que había hecho. Vangelis tuvo una época maravillosa con el rock con un grupo que tenía con Demi Roussos que se llamaba Aphrodite's Child' y fue muy interesante. Hacían unos discos progresivos brutales a primeros de los años 70. Para mí, ese tipo de compositores que tienen su propio sello, al final son los que quedan, caso de Morricone o Alex North. Los grandes del cine orquestal serían Bernard Herrmann, Jerry Goldsmith y John Williams.

P: Y, aparte de 'Blade Runner', ¿alguna película que merezca la pena solo por la banda sonora?

R: Te voy a decir varias. 'La Misión', sin duda. 'Carros de fuego' que, bajo mi punto de vista, la película ha envejecido muy mal, pero la música sigue siendo una pasada. También 'Cinema Paradiso', 'El cartero de Neruda', 'La novia de Frankenstein' o 'Psicosis'. Hay grandes iconos en la historia del cine, como ese plano de Escarlata O'Hara en 'Lo que el viento se llevó' con esa banda sonora. Ha habido verdaderos genios en películas y todavía sigue pasando. También en bandas sonoras muy pequeñitas, que no hace falta tener grandes orquestas. 'Cinema Paradiso' no lleva una gran orquesta. O 'El cartero y Neruda' tenía cuatro instrumentos. 'Pequeña Miss Sunshine' también tiene una gran banda sonora.

P: Y sin contar la de cine, ¿cuál es tu música favorita?

R: Con los años te enrevesas y es como con la comida, que quieres probar cosas raras. El jazz me gusta mucho, pero escucho de todo menos reguetón. Aunque el reguetón ya me lo pone mi hijo y lo tengo que escuchar por el pasillo (ríe). Pero escucho de todo. Últimamente, en música pop me gustan mucho las producciones de Billie Eilish, que me encanta lo que está haciendo, o The Weeknd. Pero instrumentalmente escucho mucho Ólafur Arnalds, Matt Richter, Johan Johansson... En la variedad también está el gusto. Tengo de todo y soy muy 'vinilero'. En el coche escucho Spotify, pero me gusta poner mi vinilo, que tengo un buen equipo en casa, y sentarme a escuchar música. Eso me encanta y lo hago mucho. Soy de los que todavía escuchan CD y vinilos enteros. Hay una película fantástica que se llama 'La peor persona del mundo' que hay un momento que un personaje dice que se va a refugiar en el pasado para huir del presente, ve las películas que le gustaban antes, los discos que le gustaban, VHS y vinilos. ¿Por qué? Porque era feliz y viaja ahí. Soy feliz, pero lo soy más todavía escuchando mis vinilos.

Proyectos de futuro

P: ¿Qué proyectos tienes ahora mismo de futuro entre las manos? 

P: Estamos terminando en estos días una superproducción de Secuoya Studios, que es una serie de género ambientada en 1492 en la que está Hugo Silva. Es muy potente, una miniserie de seis capítulos, muy espectacular y estamos supercontentos, porque es un trabajazo de más de tres horas de música. Después tengo una película para México, que también estoy terminando ahora, que se llama 'El guardián', con los mismos productores de 'La pecera'. Es una película que creo que va a tener buen recorrido, tipo Berlín, Sundance... Es una película contemplativa, de las que a mí me gusta componer. Y después, habrá algo muy importante, que es descansar. Necesito un pequeño descanso. Me voy a coger una temporadita porque tengo un disco mío que tengo ganas ya de meterle mano. Hay varios proyectos como otra película y series para mediados de 2025 y antes necesito tomarme un par de meses de tranquilidad. 

P: Es importante descansar y reiniciarse.

R: Es que han sido dos películas, un documental, una serie, un corto con Manuel Sicilia y para acabar el año está ya bien.

P: El corto con Manuel Sicilia es 'Estela', con Rokyn Animation, que se ha hecho en Granada.

R: Sí, es una pasada. Y para mí fue un sueño por una simple razón: la banda sonora está grabada en el Manuel de Falla con la Orquesta Ciudad de Granada. A mí déjate de Londres y de Abbey Road y toda esa leche. Esta es la segunda vez que grabo con la OCG y, para mí, es la mejor orquesta del mundo. No es peloteo. Hay muchos directores que me dicen que cómo suena esa orquesta. Y también fuera de España dicen que es una de las mejores orquestas que tenemos en España.

P: ¿Es cierto que otra de tus ilusiones sería poder actuar en alguna ocasión en el Festival Internacional de Música y Danza de Granada?

R: Me encantaría, es mi sueño. He ido al Palacio Carlos V con mis padres hace ya años. Desde niño ya tienes un referente, que es el Festival, igual que el Festival de Jóvenes Realizadores de Granada, que me encantaría estrenar algo ahí. Pero para mí el Festival Internacional de Música y Danza era lo más grande en el mundo. He grabado con la Orquesta Sinfónica de Budapest, en Bratislava. Pero a mí la ilusión que me hizo a grabar en el Manuel de Falla con la Orquesta Ciudad de Granada, tras desayunar en el Campo del Príncipe, es la leche. Y encima suena mejor que en muchos sitios de fuera.

P: Los entrevistados que tenemos en GranadaDigital suelen hacernos una sugerencia sobre qué cosas creen que hay que mejorar en Granada para seguir creciendo. ¿Qué piensas nos falta?

R: Creérnoslo más todavía de lo que nos lo creemos. Tenemos todo y en música tenemos profesionales granadinos fuera y dentro de Granada que somos un referente. Para mí, la ciudad cada vez que vengo la veo más bonita, más limpia y tiene lo que siempre nos gusta de Granada. Y musicalmente nos tienen envidia por la gran cantidad de artistas que hay en Granada. Nos tenemos que ‘autosubir’ nuestro caché. Como carencia de la ciudad, quizás más carril bici. Y, por hacer la broma, que vuelvan a abrir el cine Aliatar, por Dios. Nací en ese cine y vi todas las películas. Y cada vez que paso por allí y veo tiendas, se me muere todo. Por lo menos, siempre nos quedará el Madrigal.