Un buen compañero puede ser un buen jefe, pero un mal compañero nunca será buen jefe

Un ambiente laboral saludable produce satisfacción, bienestar y buenas relaciones

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Un ambiente laboral saludable produce satisfacción, bienestar y buenas relaciones entre compañeros y compañeras. Sin embargo, no siempre suelen darse estas circunstancias. A veces puede que en nuestro lugar de trabajo nos sintamos frustrados, cansados y desmotivados e incluso, que ni siquiera tengamos ganas de ir, ya sea por un compañero, un jefe o incluso por la atmósfera que se respira allí en general. Un ambiente laboral tóxico puede llegar a tener consecuencias muy negativas sobre nosotros.

Para ello hay aspectos que ayudan a sentirse mejor si algún compañero o compañera lo utilizan, al significar ser un/a buen/a compañero/a, como ser generoso/a, rodearse de personas que sacan lo mejor de uno/a, ser amable, ser auténtico/a o ser agradecido, entre otras muchas cosas:

1. La GENEROSIDAD: Cuando hablamos de GENEROSIDAD, hablamos de una virtud y de un valor positivo. Hay quien dice que “GENEROSIDAD es dar lo que tienes a otros que lo necesitan”, o “anteponer las necesidades de los demás a las de uno mismo”, o “compartir lo que tienes”, o “ayudar”, o “la virtud de ayudar sin esperar nada a cambio”, o cosas por el estilo. La GENEROSIDAD es una actitud. La persona generosa lo que sabe es COMPARTIR. La GENEROSIDAD es una manera de entender la vida. Está relacionada con la capacidad de cuidar a los que nos rodean. La GENEROSIDAD no solo se centra en cuestiones materiales, sino también con respecto al tiempo o a los afectos. Parte de una concepción positiva del mundo: Seré más feliz en la medida que comparta. Y por tanto, la GENEROSIDAD es una cualidad ligada a dar a los otros, cosas que tienen valor, en un acto de propio interés.

2. Rodearse de personas que sacan lo mejor de uno/a: Los estados de ánimo de las personas que nos rodean pueden terminar teniendo un gran impacto en nuestras emociones y actitudes. Estar constantemente expuestos al mal humor y la negatividad terminará presentando una factura para pagar, por lo que es crucial estar rodeado de personas que puedan sacar lo mejor de nosotros. Por supuesto, también tenemos que asegurarnos de convertirnos en personas con quienes los demás puedan percibir una energía positiva. La buena noticia es que cuando somos conscientes del hecho de que existe un contagio emocional, podemos alentar a los demás a centrarse en el lado más positivo de las cosas. Es cierto que las emociones positivas son mucho menos contagiosas, pero sigue siendo el mejor regalo que podemos hacerle a alguien cuando está pasando por un mal momento.

3. Ser amable: la amabilidad duplica la posibilidad de ser percibido como líder y aumenta un 13% el desempeño. Lo contrario a ser amable baja la motivación, reduce el desempeño y aumenta la rotación. Una de las principales claves para generar un buen ambiente de trabajo en las organizaciones es la amabilidad entre compañeros.

4. Ser auténtico/a: Para saber diferenciar a las personas auténticas de las que viven por y para su imagen pública, es necesario que nos fijemos en lo que se intuyen detrás de sus acciones, de sus hechos y del contenido de lo que dicen, de su ternura, de sus habilidades, de su manera de relacionarse, de su saber hacer, de su implicación en los proyectos, de..... con 10 rasgos básicos de estas personas como que no ocultan su nerviosismo, no temen mostrar sus opiniones, no ocultan su tristeza, no les avergüenza ofrecer cumplidos espontáneamente, expresan enfado de manera directa y sus creencias sin tratar de racionalizarlas, evitan juzgar, reconocen las debilidades de los otros y las aceptan, se muestran curiosas y preguntan cuando quieren saber o piden ayuda cuando es necesario.

5. Ser agradecido: la gratitud tiene efectos positivos para quien la recibe y quien la expresa y mejora la satisfacción laboral. El agradecimiento se ha asociado a mejor calidad del sueño, menos problemas de salud y más rendimiento laboral. Y es que si las empresas crean oportunidades para que los trabajadores expresen su gratitud, mejorarán sus resultados. El agradecimiento se ha asociado a mejor calidad del sueño, menos problemas de salud y más rendimiento laboral.

Ante esas buenas compañeras y compañeros, tenemos las personas tóxicas que comparten toda una serie de habilidades y modos de hacer y actuar, pero no por ello tienen por qué resultar tóxicas para todo el mundo. Hay diversas clases de personas tóxicas de las que es importante escapar, ya que pueden absorber energía y dejarnos bajo mínimos:

• Aquellas personas (cotillas) obsesionadas con conocer la vida privada de los demás.

• Aquellas personas que siempre están a la defensiva y se niegan a asumir la responsabilidad de sus malas decisiones y que contagian el drama.

• Las que se comportan como narcisistas conversacionales, personas que hablan mucho y constantemente de sí mismas, pero que no muestran ningún interés en escuchar y aprender de los demás o saber cuál es su estado de ánimo.

• Las que hacen de vampiros emocionales, que se caracterizan por el pesimismo, generando fatiga, apatía y agotamiento.

• Las que se inventan personajes, cuya verdadera personalidad no coincide con la depurada imagen exterior que ofrecen.

• Los “que todo lo saben” o personas que, en lugar de escuchar y dar voz a otras, se creen poseedoras de la verdad absoluta.

• Las personas que se comportan como envidiosas o gente tóxica que necesita minimizar las fortalezas y logros ajenos para sentirse mejor, no saben apreciar el trabajo duro ni son capaces de alegrarse por otros.

• Las que infantilizan los sentimientos ajenos y no ayudan, menospreciando los problemas y mostrando total indolencia e indiferencia ante las otras personas.

Y a pesar de que estamos más entrenados en corregir y criticar que en reconocer, tenemos que marcar un estilo que ayude, que apoye, que informe, que reconozca, que refuerce,.... Es la manera de ser buen/a compañero/a. E incluso buen jefe/a.

Para ello, practiquemos la ética de la empatía, la gratitud y la generosidad. Sacaremos el mejor trabajo y espíritu de colaboración de aquellas personas que están a nuestro alrededor. Y eso ayudará también a beneficiarnos con una mejor reputación, un liderazgo duradero y el gozo de ayudar a crecer y desarrollarse a las personas a nuestro lado. En definitiva, la GENEROSIDAD, la GRATITUD, la AMABILIDAD, la AUTENTICIDAD..... en la vida y en el trabajo se contagia, mejora la salud, la longevidad, el bienestar laboral y nos hace sentirnos mejor con nosotros mismos. Practiquémoslo. Y con ello, podremos conseguir ser buen/a compañero/a para ser incluso buen/a jefe/a.







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