El gran Marco Aurelio

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Juan Carlos Uribe regresa a su columna 'Contra esto y aquello' hablando del libro 'Meditaciones de Marco Aurelio' | Foto: Remitida
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En mi última columna, días atrás, les contaba cómo me disponía a comprar un libro como regalo a una persona querida y cómo me entretuve con otro en la librería en la cual entré. Les prometí hablarle sobre el primero de ellos y sobre su autor y aquí estoy dispuesto a hacerlo hoy.

La persona a la que iba destinado tan peculiar obsequio es aficionada y podría decir, sin temor a equivocarme, devota de los pensamientos de Marco Aurelio, autor, precisamente, de la obra que buscaba. Su título: “Meditaciones de Marco Aurelio”.

El texto era especialmente anhelado por dicha persona. A un servidor, por otra parte, también le complace hacer este tipo de presentes. Regalar libros siempre ha sido motivo de satisfacción para mí al igual que recibirlos como detalle.

Marco Aurelio fue emperador romano desde el año 161 hasta su muerte en el 180. Fue el último de los llamados “Cinco Buenos Emperadores” –todos de la dinastía Antonina- con el que el imperio romano cerraba su “Siglo de las Luces” particular. Tuvo un mandato con luces y sombras, como lo suelen ser todos. Pero sus principales elogios y loas le vienen del campo intelectual. Ese es el que interesa en este artículo.

Marco Aurelio, además de emperador, fue filósofo. De la preparación y doctrinas de sus principales maestros en su juventud, absorbió el interés por el saber y por la filosofía. Y dentro de ella, principalmente, por su corriente de pensamiento estoicista.

Como emperador quiso siempre llevar las riendas del Imperio acorde con sus pensamientos más personales. Lo que es innegable es que tuvo buenos dotes como legislador. Mando redactar leyes que protegían a los más desfavorecidos: huérfanos y mujeres abandonadas así como a esclavos. Tuvo el gran atrevimiento de injerirse en uno de los mayores pilares de la tradición romana, impidiendo por ley que los padres pudieran elegir cónyuges para sus hijos. Esto hizo restar poder al símbolo hasta entonces del cabeza de familia “Pater families”. Una gran revolución legislativa en aquel contexto histórico.

Una constante en mí es el interés por los pensamientos y corrientes filosóficas. Sin ser un experto en ellas, reconozco que todas aportan puntos de vista y enseñanzas inalterables en el tiempo, en relación con la esencia, el comportamiento y el raciocinio humano. Quizás por eso, para evitar que los jóvenes puedan pensar, razonar, discernir y desarrollar su espíritu crítico más de lo permitido, se ha eliminado la asignatura de filosofía de la ESO. Pero eso es harina de otro costal y tema para otra columna.

Después de este apunte pelín malicioso y volviendo al tema central, les puedo decir que hace tiempo leí este trabajo cumbre y principal de Marco Aurelio, objeto de mi regalo. Aun así, y antes de envolverlo para su entrega, me adentré de nuevo en él. Leí sus primeras páginas, una vez más.

“Meditaciones de Marco Aurelio” se compone de 12 libros, todos ellos soliloquios. Pensamientos del autor, como si hablase consigo mismo y en voz alta, que trascribe y refleja en sus escritos. Ciertamente, es un compendio inigualable, e imprescindible diría yo, sobre cómo enfocar la propia vida y el pensamiento desde un punto de vista estoico, doctrina de la cual era fiel seguidor y divulgador como he mencionado anteriormente. No es mi intención relatarles una sinopsis o resumen completo sobre el contenido pero sí aconsejarle su lectura, en su totalidad.

Entre esos doce libros en los cuales se estructura, hay uno, concretamente el primero, que, sin desmerecer al resto, me ha llamado siempre poderosamente la atención y no precisamente por lo que dice, sino por el trasfondo.

En esa primera parte agradece, uno a uno, a todos sus seres queridos y cercanos –madre, padre, abuelo, bisabuelo, mentores, etc.- todo lo que ha aprendido de ellos.

“Aprendí de mi abuelo el ser de honestas costumbres y no enojarme con facilidad”.

“De mi hermano Severo amar al prójimo, pero también a amar la verdad y la justicia”.

“De Máximo aprendí a tener auto-control y no dejarme desviar por nada”.

“De mi padre la dulzura de carácter pero también la firmeza en la resolución de lo determinado después de una debida deliberación”.

“De mi madre aprendí la piedad y la caridad, así como a abstenerme de malas acciones tanto como de malos pensamientos”.

Lo realmente magnífico y relevante de esas reflexiones, al menos para este que les escribe, no son ellas en sí mismas. Tras esos razonamientos y conceptos hay toda una labor de observación y reflexión por parte del filósofo, emperador y escritor.

A modo de “papel absorbente”, Marco Aurelio fue capaz de transformar esas percepciones y contemplaciones y hacerlas suyas, convirtiéndolas en su “Modus Vivendi”.

Ardua labor esta la de saber observar con atención y sobre todo asimilar y poner en práctica las enseñanzas y ejemplos de personas cercanas a nosotros. No es fácil. A menudo, los ejemplos de nuestros padres, abuelos, maestros y profesores caen en un saco roto sin más.

En una sociedad como la de hoy, donde la inmediatez, la fugacidad y las prisas merman la capacidad de detenerse a reflexionar, donde, como dijo Arthur Conan Doyle, “usted ve pero no observa”, el aprendizaje a través de la observación y la meditación son valores en alza a la vez que en desuso.

Y eso, precisamente, es lo que hizo Marco Aurelio cristalizándolo de manera magistral y prodigiosa en esta obra de la que les hablo.







Comentarios

4 comentarios en “El gran Marco Aurelio

  1. 👍👍👍

    • Enhorabuena!!!.... una lección imprescindible que nos demuestra lo bueno que es leer!!!
      Os imaginais un mundo sin libros??? !!
      Cada vez aprendo de tus reflexiones y comentarios!
      Un abrazo

  2. Avatar for GranadaDigital

    Javier CASTEJÓN

    Magnifica glosa de la figura de Marco Aurelio, el emperador filósofo maestro de estoicos.
    Espero con impaciencia la próxima colaboración sobre el destierro de ls filosofía de la enseñanza oficial

    Realiza cada una de tus acciones como si fuera la última de tu vida - dixit Marco Aurelio

  3. Maravilloso aprendizaje del emperador Marco Aurelio. No me pierdo ninguno de sus artículos ,que cada uno de ellos, más sorprendida me deja. Espero el siguiente!!

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