Líderes que nos ayudan a materializar nuestros sueños

lider y jefe
Es muy importante vincular liderazgo con propósito | Foto: Archivo
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El liderazgo es compartir un sueño. El empresario virtual dice que en el liderazgo, los dueños son la materia prima de los grandes resultados y que el liderazgo es motivación o caminar a ciegas. Y es que un líder hace historia cuando construye a través de sus sueños.

Nacho Vallejo dice: "Los líderes de los que guardamos mejor recuerdo no son los que nos impusieron sus planes, sino los que nos ayudaron a materializar nuestros sueños" vía Jordi Alemany.

Carme Castro añade que contar con fuerza interior y perseguir un sueño, son elementos esenciales para el líder de equipos. Por tanto el líder del futuro es un creador de ilusiones y de sueños.

César Sánchez comenta en un artículo en Linkedin que el liderazgo supone compartir todo: sueños, ideas, propuestas, iniciativas, cargas, visiones, disciplinas y vida. Por tanto, cómo dice Salvador Molina, la vida es soñar despierto. Y si los sueños se cumplen, la realidad se transforma. Pero no hablamos sólo de ilusión; sino del poder atrapa-sueños.

Compartir no es fácil. Se requiere una buena dosis de desprendimiento para compartir un ideal.

Por esa razón, César Sánchez añade que el líder debe estar dispuesto a compartir sus sueños y visiones, e incluso estar en condiciones de ver que los otros hacen bien las cosas y si lo pueden superar, mejor.

¿Por qué un líder debe compartir sus sueños o ideales? En principio se comparte lo que se tiene. Nadie puede compartir lo que no tiene y eso supone que una persona que es líder debe tener un sueño o visión. Nos referimos a esos sueños que hacen que el líder se diferencia de los demás por visionar algo que aún no es realidad.

Pero también el líder comparte cargas. Es decir, aquellas cosas que hacen más liviana la cotidianidad de la vida. El líder es una persona y, por lo tanto, sabe compartir sus cargas, como, por ejemplo, delegando funciones, dando oportunidades a los otros, motivando a personas, valorando el trabajo o ideas de los demás, reconociendo en público el aporte ajeno, solidarizándose con el dolor del otro, etc.

César Sánchez cuenta que el 28 de agosto en Washington, ante más de 200 mil personas, delante del monumento a Abraham Lincoln, pronunció su famoso discurso: “Tengo un sueño”. Parte de su discurso fue: “Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad”. Y es que liderazgo es sinónimo de ejemplo, de servicio, de integridad y de honestidad.

Cómo decía Martin Luther King: “Sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados, y la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano”.

En definitiva se lidera con el ejemplo y no con la palabra. Liderar quiere decir avanzar hacia una visión. Hay que intentar que todo el mundo saque su mejor versión y combine responsabilidad e inspiración. Esto es liderar: una influencia positiva orientada al futuro. Es muy importante vincular liderazgo con propósito.

Un buen líder, una buena líder tiene que ser sobre todo alguien que tenga claro que liderar es servir y no servirse y que cuando estás muy arriba en una organización, el líder o la líder trabaja para su gente.

Cómo dice Xavier Marcet, esquivar la mediocridad (su gran libro) es una reivindicación de la autenticidad como vertebrador de la vida. Es el intento de salvar aquella gente memorable que uno/ puede encontrarse en las organizaciones y de la que no nos podemos olvidar.







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