El Covirán despierta tarde y habrá tercer partido en el Palacio (81-78)

Los rojinegros pagan su relajación en el tercer cuarto, la falta de tenacidad en el rebote y se pospone el alirón ante Río Breogán

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El Fundación CB Granada se jugará el ascenso ante sus aficionados | Foto: Agencia LOF
Jero Camero
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La ACB estaba más cerca que nunca. Lugo ya había sido una ciudad importante para el baloncesto granadino y podía volver a ser meca para los rojinegros con un nuevo ascenso. Aun así, el Pazo dos Deportes, con sus 1.500 aficionados, no iba a permitir que la victoria de la Fundación CB Granada llagara con comodidad.

Los seguidores gallegos apretaron desde el salto inicial y empujaron el juego del Breogán. Los triples de Quintela y Larsen amenazaban con una ventaja temprana que podía complicar el partido para los rojinegros. Además, como viene siendo habitual, los hombres de Pablo Pin no consiguieron cerrar el rebote durante los primeros compases, lo que hacía aún más complicado el choque para los granadinos.

Sin embargo, había un hombre que no quería dejar pasar esta oportunidad. Un hombre que ya conoce lo que es estar en esta situación. Un hombre que, cual Rambo, con una cinta anudada en la cabeza comenzó a hacer la guerra por su cuenta. Thomas Bropleh no lo dudó ni un solo momento y lanzó todos y cada uno de los balones que llegaban a sus manos. El estadounidense con pasaporte liberiano ayudó a que Breogán no se marchase demasiado en el marcador con 14 puntos y sin fallo en el lanzamiento.

El segundo periodo comenzaba con cinco puntos en favor de Breogán y el Covirán haciendo la goma. A cada racha de anotación del conjunto gallego, llegaba la respuesta de los rojinegros. El rebote no se estabilizó para los granadinos, pero sí lo hizo la defensa. Un cambio en el planteamiento original de Pin permitió que las ayudas llegaran antes. Díaz y Costa, un tanto ausentes en el ataque, lideraron la zaga con tres recuperaciones cada uno, culminando después al contragolpe con serenidad.

Poco a poco el Covirán iba encontrando su juego, apoyado por un Breogán al que le traicionaban los nervios y que comenzó a pagar desde muy pronto su clásico juego físico. Los colegiados, aunque pusieron el listón alto, terminaron por castigar a los gallegos y los granadinos fueron recortando punto a punto. El choque se iba calentando y los jugadores de ambos equipos protestaban todas las decisiones de los colegiados.

Los hermanos Quintela, de rápido juego dentro de la pista, se calentaron en exceso y fue Erik el que terminó pagándolo con un técnica después de revolverse tras una falta antideportiva de Germán Martínez. El partido, a pesar de la gran diferencia bajo los aros en favor de Breogán, estaba justo donde Covirán quería. Una distancia mínima separaba ambos conjunto y justo antes del descanso, un par de buenas acciones de Iriarte, adelantaron a los rojinegros, que se fueron a vestuarios con dos puntos de margen.

La segunda mitad comenzó mal para el Covirán. Los rojinegros salieron adormecidos de los vestuarios y los locales aprovecharon para darle la vuelta al marcador una vez más. Sergio Quintela se echó a toda Lugo a la espalda y lideró el parcial gallego de 12-2. Pablo Pin se vio obligado a pedir un tiempo muerto para frenar la sangría. Con un Lluís Costa que no conseguía entrar en el choque, la responsabilidad de generar el juego caía sobre los hombros de Christian Díaz.

Los rojinegros remaban a contracorriente, pero se tornaba muy complicado remontar la diferencia cuando la batalla por el rebote era una constante derrota tras otra. Los nervios comenzaban a aparecer entre los hombres de Pablo Pin, que veían como Breogán parecía estar más metido en el partido. Mediado el tercer cuarto, los gallegos tenían el mismo número de rebotes ofensivos que el Covirán defensivos. Aun así, una breve aparición de Murphy consiguió hacer que los granadinos comenzaran el último periodo con solo cinco puntos de desventaja.

Sin embargo, la situación no cambió en los primeros compases del último cuarto. Los errores de Breogán no eran penalizados por el Covirán y las segundas oportunidades permitían a los de Epi incrementar el margen hasta los diez puntos a falta de cinco minutos para el final del partido. Fue entonces cuando un tiempo muerto de Pablo Pin volvió a reactivar a los jugadores rojinegros, que en un abrir y cerrar de ojos consiguieron meterse de nuevo a cinco puntos.

Thomas Bropleh, que había pasado algunos minutos tratando de descansar para el momento final, tuvo la absoluta desfachatez de lanzar un triple desde más de ocho metros con la mano del gigante Larsen en la cara. Los tres puntos silenciaron brevemente al Pazo dos Deportes, pero no fueron suficientes para culminar la remontada. Dos tiros libres de Ahonen devolvían la renta a los tres puntos. Un triple de Lluís Costa desde el centro del campo se estrellaba en el tablero y certificaba que el próximo domingo se decidirá el ascenso a ACB en el Palacio de los Deportes.

Ficha técnica:

Rio Breogán: E. Quintela, Ahonen, Sollazzo, Kacinas, Larsen -quinteto inicial-. Díaz, Soluade, Arco, Aboubacar, Gutiérrez, Cruz y S. Quintela.

Covirán Granada: Costa, Germán, Bropleh, Murphy, Fall -quinteto inicial-. Andriassi, Bortolussi, Manu, Bressan, Díaz e Iriarte.

Parciales: 24-19, 15-22 -descanso-, 22-17, 20-20.

Colegiados: Carlos García, Joaquín Lizana y Asunción Langa.

Indicencias: Segundo partido de la final por el ascenso a ACB de LEB Oro entre Río Breogán y Covirán Granada, disputado en el Pazo dos Deportes de Lugo ante la presencia de unos 1.500 aficionados.







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