¿Cómo proteger a las mascotas de las altas temperaturas durante el verano?

Evitar los paseos por el asfalto, mantener el ambiente de la vivienda controlado o dar comida y agua lo más frías posibles son algunos de los consejos aportados por los expertos

Gente paseando perros - Dani B-2
Perro paseando por Granada | Foto: Archivo GD
Guillermo Acuña González
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Al igual que los humanos, nuestras mascotas sufren con el calor durante estos meses estivales. Pero no solamente con las altas temperaturas, sino que la exposición directa al sol les puede dañar la piel o sufrir quemaduras en sus patas si van de paseo por el asfalto durante el día.

GranadaDigital conversó con Ana Martínez Montes, quien desde hace 10 años dirige el Centro Veterinario Albayda en Granada, para conocer cuáles son las principales precauciones que se deben tener con el cuidado de las mascotas durante el verano.

De acuerdo a la especialista, una de las formas de detectar cuándo las mascotas no están cómodas o no lo están pasando bien con la temperatura es que cambian de posición constantemente y buscan las zonas más frescas de la casa: debajo de las camas o las mesas, detrás de los muebles y espacios con corriente de aire. Otro síntoma de incomodidad por el calor es que comienzan a jadear más de lo habitual: “Ni los perros ni los gatos tienen glándulas sudoríparas en la piel como nosotros, con lo cual la eliminación del exceso de calor en el cuerpo ellos lo solucionan jadeando”, explica Martínez.

Como parte de las precauciones que debemos tener con los animales, la veterinaria indica que lo principal es resguardarlos lo máxima posible de las horas de sol. En el caso de los gatos es más fácil controlarlo, pero con los perros hay que evitar los paseos en horas del mediodía. “Y si no queda más remedio porque el perro lo pide y está acostumbrado, sacarlo a alguna zona donde no dé el sol y un paseo lo más corto posible”, prefiriendo siempre superficies como el césped o la tierra, describe. Además, añade, con el asfalto, e incluso con la arena de la playa, el calor puede provocar quemaduras y heridas en las almohadillas de las patas de los perros.

Al respecto, la especialista detalla que “aunque no lleguen a quemarse, las almohadillas tienen un desgaste mucho mayor que durante el resto del año”. Justamente en el mercado existen algunos productos específicos para proteger las almohadillas plantares, “que son una especie de líquidos que se ponen como si fueran un pinta uñas y lo que van haciendo es endurecer la almohadilla. Esa almohadilla que al final es la suela del zapato de los perros, las hacemos más gorditas y las endurecemos”, indica Ana Martínez, y especifica que ese tipo de productos ayuda a proteger las patas de los perros del desgaste y exceso de temperatura.

También el mercado ofrece accesorios, como botas de nailon o neopreno, que protegen las patas de las mascotas del contacto directo con el suelo. Sin embargo, la veterinaria indica que es menos recomendable su uso prolongado porque “los perros sí que tienen glándulas sudoríparas entre las almohadillas” y tener esa zona cubierta por mucho tiempo “puede ocasionar dermatitis en las patas”.

Control de la temperatura corporal de las mascotas

La hipertermia o aumento de la temperatura corporal “puede ocasionar daños muy graves, incluso irreversibles en el organismo, comprometiendo la vida del animal ya que hay una serie de órganos que se ven más afectados que otros”, explica Ana Martínez. Por eso, para evitar estos golpes de calor es fundamental preocuparse por proteger a las mascotas de las altas temperaturas evitando la exposición y manteniendo siempre el agua lo más fresca posible. “Podemos refrigerarle un poquito la comida y podemos prepararle en casa alguna zona que esté más protegida del calor. Incluso podemos darles baños de forma más frecuente”, agrega la especialista.

La experta además enfatiza en que es necesario adecuar los espacios del hogar para que las mascotas se encuentren en las mejores condiciones posibles. “Habrá que proteger balcones, puertas o ventanas si las vamos a dejar abiertas para que no se escapen. Pero si vivimos en un piso pequeño al que les llega mucho sol, intentar dejar las ventanas con el menor ingreso de sol posible y con ventilación”, indica. También, compara los cuidados que debemos tener con un perro o un gato con los que tendríamos con un niño. “Lo primero es controlar el ambiente” y evitar espacios calurosos “porque a las mascotas les cuesta termoregularse, no sudan y les cuesta más trabajo perder temperatura corporal", expresa.

“Una vez que tenemos el ambiente controlado, lo siguiente es poder centrarnos en la alimentación”, continúa. Como parte de las recomendaciones se puede poner hielo en los bebederos para mantener el agua más fría, congelar la comida húmeda “y dársela semidescongelada” o dar premios de frutas o verduras frescas.

Para ayudar a regular la temperatura corporal también existen otros productos como camas o colchonetas refrigeradas, “que podemos meterlas en el frigorífico y van a estar fresquitas”, dice Ana Martínez. También en el mercado existen collares refrigerantes que se pueden meter en el frigorífico “y en el momento de salir a la calle se lo puedes poner en la zona del cuello y pecho y funcionan muy bien. Podemos inventarnos muchas cosas para mantener la temperatura corporal de nuestras mascotas en condiciones normales”, comenta.

Otros riesgos de la exposición directa al sol

La veterinaria insiste en advertir que la exposición directa al sol sí puede afectar a las mascotas y que está demostrado que, al igual que las personas, pueden tener cáncer de piel. “El cáncer que depende directamente de la radiación UV es más frecuente en perros que en gatos. Se da más también en animales de capa blanca, que no tienen melanina, que protege esa piel de la radiación”.

También hay perros y gatos que tienen alergia al sol o hipersensibilidades. Las zonas más sensibles son las que están despobladas de pelo, añade la experta, sobre todo en los animales de piel o pelo claro. “La zona de la nariz, el interior de las orejas, los ojos, las zonas de la ingle, las zonas más desprotegidas de pelo y las pieles y pelos claros son más sensibles a la radiación y el calor”, describe. El mercado ofrece cremas con factor de protección específicas para perros y gatos y que son compatibles con el PH de la piel de las mascotas “y los van a proteger de las radiaciones UV”, añade. Ana Martínez finaliza haciendo hincapié en que en las razas de perros y gatos sin pelos —Crestado Chino y Esfinge, por ejemplo— hay que extremar las medidas de protección de su piel ante los efectos del sol y radiación.







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