Un Barça titubeante a domicilio y con problemas defensivos

Los de Roger Grimau llegan al Palacio tras caer ante el EFES y con una clara dinámica negativa lejos del Palau habiendo perdido cinco partidos esta temporada

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Kalinic, Parker, Willy Hernangómez y Laprovittola | Foto: ACB Photo
Ainoa Morano
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Este Barcelona no es tan Barcelona como antes. Esta afirmación seguro que ha pasado por la cabeza de muchos en esta temporada. Nada más lejos de la realidad. El conjunto blaugrana sigue siendo un ‘coco’ para el Covirán Granada, aspirante y favorito a todos los títulos de la temporada, aunque sus resultados y sensaciones puedan dar a entender algo diferente. Solo con ver su plantilla, cualquiera se echaría a temblar viendo la calidad de todos y cada uno de los jugadores que visten la elástica blaugrana. Sin embargo, algo falla en el engranaje culé. Alguna pieza no termina de encajar. Una pieza que desentona con mayor fuerza cuando los de Roger Grimau se alejan del Palau.

El Barça sufre lejos de casa. No es imbatible. Sin su afición y sin el calor de su gente, este conjunto blaugrana se deshace como algodón de azúcar al contacto con una gota de agua. En lo que va de temporada, los de Grimau han perdido un total de doce partidos a domicilio entre ACB y Euroliga. En la competición doméstica, de las seis derrotas cosechadas esta campaña (mismo número de derrotas que sumaron en la pasada campaña completa), cinco se han producido como visitante, siendo Manresa el único equipo capaz de asaltar el fortín barcelonés. En la competición continental, el Barcelona ha caído derrotado en seis de sus diez partidos disputados lejos del Palau. La última, este pasado jueves ante Anadolu EFES por 98 a 74 en un encuentro para el olvido para los culés, especialmente la segunda mitad, y con unos porcentajes en el tiro de tres paupérrimos.

Los resultados a domicilio hacen saltar una pequeña alarma en can Barça y encienden una llama de ilusión en el Covirán Granada que, si ya fue capaz de plantarle cara en el Palau, qué no podrá hacer en su pista y con la ayuda de su afición. El Barcelona atraviesa por un “buen momento”, un estado de gracia casi cogido con pinzas pues sus marcadores en la Liga Endesa no permiten demasiado optimismo. Venció a Lenovo Tenerife en La Laguna, pero gracias a un triple in extremis de Jabari Parker. Derrotó a Obradoiro, pero tan solo por dos puntos de diferencia. Antes de estos dos encuentros, dos derrotas consecutivas ante Manresa por 82 a 83 y ante Unicaja por 91 a 71. Algo no termina de encajar.

El Barcelona ha vencido a equipos de la liga de Covirán Granada, sí, pero no con la solvencia que la mayoría espera. Palencia de uno; Andorra de cuatro; Bilbao de nueve; Obradoiro de dos o Covirán de once. Su mayor triunfo ha sido ante Bàsquet Girona con un marcador de 115 a 78 o ante Baskonia con un más veinte en el luminoso. Salvo eso, victorias algo ajustadas para lo que debería ser el nuevo proyecto culé.

Lo curioso es que sus números sí se asemejan al poderío y el dominio que el Barcelona debe ejercer en la ACB. Tercer equipo que más puntos anota por encuentro con 85’6 puntos; sexto en rebotes con 36’4 balones capturados por encuentro (10’2 ofensivos y 26’3 defensivos); quinto en asistencias con 18’3 por encuentro; primero en porcentaje de tiros de tres (41’3%) y tercero en porcentaje en tiros de dos (55’6%). El único aspecto en el que flaquean los blaugranas es en el tiro libre donde su 68’3% de acierto lo sitúa como el peor equipo de la liga desde la línea de personal.

Problemas defensivos

Ante el Anadolu EFES se comprobó que uno de los grandes problemas del Barcelona de Grimau aparece en el aspecto defensivo, sobre todo en el perímetro pues si el rival logra mover bien el balón encuentra con extrema facilidad tiros liberados. Los blaugranas echan en falta a jugadores como Mirotic o Kyle Kuric pues este año solo Abrines y Kalinic desde un inicio y, con el paso de las jornadas, jugadores como Satoransky, Parra y poco a poco Willy Hernángomez, aportan también tareas defensivas.

La falta de intensidad en la defensa culé se refleja en los marcadores tan abultados que reciben esta temporada. Ejemplo de ello son los 101 puntos que le endosó Casademont Zaragoza, los 91 de Unicaja, los 90 de Obradoiro, 98 del EFES, 91 del Mónaco o los 90 del Armani Milan en el Palau.

Malos inicios o momentos de desconexión

La temporada 23/24 también está sacando a la luz un claro problema de los de Grimau: la falta de concentración en los inicios o en momentos importantes del partido. Les pasó ante Covirán Granada en el Palau. Los blaugranas arrancaron algo dormidos anotando tan solo once puntos en los primeros diez minutos de juego. Misma historia ante el Real Madrid en el tercer cuarto con un parcial de 27 a 17; ante Valencia en el segundo con un 27 a 14; ante UCAM en los últimos diez minutos con un 24 a 11; o ante Manresa firmando un primer periodo de 14 a 24.

El Barcelona se duerme en los laureles en ciertos momentos y esas desconexiones pueden jugarles alguna que otra mala pasada u obligarlos a reaccionar y a hacer un sobreesfuerzo innecesario. Además, en los encuentros anteriormente mencionados, existo un denominador común: la baja efectividad en el tiro de tres. Si el Barcelona tiene un mal día desde el triple, el rival se encuentra con una oportunidad de oro para derrotar a los culés. Ante el Madrid en la Jornada 3 un 27%; en Murcia un 25% o ante el EFES este pasado jueves con un 26'1% de acierto desde la línea de 6'75. Sin duda







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