Líderes mediocres y distantes sin contacto con la gente

Hay líderes tóxicos que se comportan como narcisistas conversacionales, personas que hablan mucho y constantemente de sí mismas, pero que no muestran ningún interés en escuchar y aprender de los demás

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Cercanía, contacto o escucha son algunas claves para mejorar la relación entre jefes y trabajadores | Foto: J. C. M.
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Cercanía, contacto o escucha son algunas claves para mejorar la relación entre jefes y trabajadores.

Hay líderes tóxicos que se comportan como narcisistas conversacionales, personas que hablan mucho y constantemente de sí mismas, pero que no muestran ningún interés en escuchar y aprender de los demás.

El problema es que a veces la falta de humildad de algunos, junto a cierto ego, les hace encumbrarse en una posición de prepotencia. Y claro el ego de algunos y la falta de respeto no les permite pensar que quien está delante a veces no concuerda con sus ideas. Son esos que consideramos responsables tóxicos.

Hablar de humildad y de ego y unirlas nos permite trabajar desde la humildad para combatir el ego. Cuanta humildad falta en algunos de estos, que creen que nunca se equivocan, además de ser altivos, bastante mediocres, muy ostentosos y claramente intolerantes que miran desde lejos a las personas que trabajan con ellos!

Es típico de estas personas, el no escuchar a los demás y además, colgarse medallas que no son suyas, incumplir lo prometido o no reconocer un buen trabajo. No hay nada más decepcionante que un jefe o un responsable que no sabe estar a la altura de las circunstancias en un momento delicado como el que estamos viviendo y que la cercanía no es su fuerte.

Y la realidad nos dice que empezamos a no sentir las cosas con la intensidad necesaria cuando vivimos de mediocres leales y no de brillantes críticos. Cuantos de nosotros nos basamos en la mediocridad y la chapuza!

El término mediocridad designa lo que está en la media, igual que superioridad e inferioridad designan lo que está por encima y por debajo. Personalmente prefiero esas personas que mantienen la empatía (cuanta falta hace en esta Covid-19), esas que no se olvidan de cuando empezaron y se acuerdan de lo que entonces ellos pensaban de los de arriba. Me gustan esas personas que saben el esfuerzo que exigen porqué antes lo han experimentado desde abajo. También me gustan esos responsables que contienen sus egos y ceden el paso. Los que respetan sin escalafón. Los que lo piden todo por favor y dan las gracias.

Las instituciones, y más hoy en día, necesitan responsables que las protejan de la autocomplacencia y la arrogancia, que sean un ejemplo de cercanía, que escuchen, hagan preguntas y vuelvan a escuchar. No hay humildad que no escuche.

Los responsables humildes saben que lo importante es que la gente pueda crecer. Y la gente se siente crecer cuando aprende y cuando asume más responsabilidad. Aprender y respetarse son lo mejor que hay. Y desde una humildad militante que falta nos hace, puedan gestionar proporcionadamente el no–talento y contundentemente a los que se creen más que los demás y faltan al respeto. Sin respeto no hay comunidad. Drucker decía que es necesario ser intolerante contra la intolerancia. Necesitamos responsables humildes que también sean intolerantes contra la altivez que ofende, que miran desde la distancia, que no tiene contacto con l gente, que no buscan la cercanía.

Y es que se pierde el respeto a esta gente altiva e intolerante porque se deja de confiar en su capacidad o en su manera de ser. Y es que el 49% denuncia las "faltas de respeto" como la principal lacra procedente de los mandos altivos y mediocres, junto a "prepotencia", escogida por un 37%, "incompetencia" (por un 29%), "falta de apoyo" (por un 28%) o "ausencia de trato humano" (por un 25%) completan este cuadro presente en muchos de los jefes distantes que tenemos.

Junto a ello, es importante decir que la humildad no es compatible con la ostentación. No hay nada más mediocre que un responsable ostentoso. Y es que la desmedida ambición de algunos es un problema. Pero, junto a la honestidad y la humildad, entre otras, es básico poner el heroísmo en la frente. La clave de heroísmo es tener claro que el cambio empieza por uno mismo, que es necesario planearse una posibilidad de transformar lo que hay, trabajándose el yo conmigo para poder tener un buen yo contigo y junto a ello, un nosotros. Se necesitan héroes y heroínas COTIDIANAS que luchen contra la mediocridad y la chapuza. Para ello, es importante practicar un heroísmo DISCRETO Y COTIDIANO. Este es el tipo de heroísmo que necesitamos: que contagie valor, dignidad, calidad y compromiso. Para ello, es básico: coraje y talento. Y es fundamental la cercanía, el contacto, la escucha, el conocer, el preguntar,....

Mientras, en otros entornos, hay quien se pregunta: ¿Qué es lo que mejor se le da a una persona mediocre? Y la respuesta es sencilla: Reconocer a otra persona mediocre. Juntas se organizarán para rascarse la espalda, se asegurarán de devolverse los favores e irán cimentando el poder de un clan que seguirá creciendo, ya que enseguida darán con la manera de atraer a sus semejantes. Lo que de verdad importa no es evitar la estupidez, sino adornarla con la apariencia del 'Decálogo deshumanizador' de @chuchencio, que me encanta y rescato:

1.- NO PRESENTARSE. La cercanía es el primer paso, para ello hay que presentarse al paciente, en este sentido es importante recordar el nombre del enfermo y tratarle como persona, no como un número.

2.- NO MIRAR A LOS OJOS A LA PERSONA. En cambio, si hablamos de forma segura, con un tono de voz adecuado a la situación y MIRANDO A LOS OJOS a la PERSONA que cuidamos estamos transmitiendo una seguridad y cercanía que el PACIENTE nos agradecerá.

3.- COMUNICARSE CON LENGUAJE INCOMPRENSIBLE. Explicar, describir de la forma más adecuada para que el paciente entienda lo que le están diciendo, utilizando un lenguaje comprensible huyendo de tecnicismos. Hay que cerciorarse de que el paciente lo ha comprendido.

4.- LLAMAR AL PACIENTE POR EL NÚMERO DE HABITACIÓN QUE OCUPA. Este pequeño detalle de llamar a las personas por su nombre provoca un efecto psicológico muy gratificante. Nos hace sentir importantes y valorados, establece un puente de confianza y vuelve a las personas más receptivas.

5.- EN LA TOMA DE DECISIONES, EL PACIENTE NO TIENE LA PALABRA. Los beneficios de una relación horizontal en la q el paciente pueda manifestar su interés y preferencias por lo q afecta a su salud y d ese modo pueda participar en las decisiones q se tomen al respecto, son manifiestos.

6.- ES UNA DESGRACIA OLVIDAR A SONREÍR. La sonrisa es innata. Lo q estamos aprendiendo para la desgracia d nuestra profesión es olvidar a sonreír. La sonrisa es la llave maestra para las cerraduras oxidadas q tanto nos cuesta abrir en todos los niveles d nuestro desempeño diario.

7.- PIEL CON PIEL... ¿Y ESO QUE ES LO QUE ES? Coger de la mano a un paciente no sólo ayuda a aliviar parte de su sufrimiento sino que además permite sincronizar la respiración o el ritmo cardíaco.

8.- NOS OLVIDAMOS DE RESPETAR SU DIGNIDAD (opiniones...). La dignidad del paciente se explica por su valor como ser racional que tiene libertad para escoger entre alternativas vitales.
El ser humano doliente tiene que ser tratado con dignidad, respetado en la toma de decisiones.

9.- HOLA, ADIÓS, PERDÓN, GRACIAS... PALABRAS EN OLVIDO: PGP, (perdón, gracias, por favor) tres palabras mágicas... una HERRAMIENTA IMPRESCINDIBLE para mejorar la comunicación.

10.- ¿PARA QUÉ RESPETAR ESE BIEN TAN PRECIADO COMO ES LA INTIMIDAD? La intimidad es uno de los aspectos más necesarios y menos cuidados en la asistencia sanitaria. El paciente posiblemente se ve sometido a una constante agresión de la integridad de sus valores.

Por tanto, las organizaciones necesitan ahora líderes con habilidades de escucha, de empatía y de cercanía y compañía. Las organizaciones necesitan líderes que centren toda su atención en las personas, que sean empáticos y que apuesten por la comunicación, la colaboración y el trabajo en equipo, características que las MUJERES tienen más probabilidades de desarrollarlas.

Las empresas necesitan líderes que las protejan de la autocomplacencia y la arrogancia y les pongan cada día el cliente en el centro. Líderes que sean un ejemplo de cercanía. Líderes que militen en el empoderamiento y la autonomía de su gente aunque se afanen por conocer hasta el detalle los procesos que componen la cadena de valor. Líderes que pasean por rincones insólitos de sus organizaciones y normalmente madrugan como el que más. Líderes que escuchan, hacen preguntas y vuelven a escuchar. Y es que NO hay humildad que no escuche.

Por tanto, es importante lideres que sepan ponerle CORAJE, tener COMPROMISO, una gestión basada en la AMABILIDAD y en la CERCANÍA, hecho todo con SERENIDAD, para ganar en SUPERVIVENCIA, a partir de la RESILIENCIA y la EMPATÍA. Todo ello nos conduce a la ESPERANZA, con muchas dosis de PACIENCIA. Pongámosle suficiente pasión y un toque de entusiasmo para conseguir el éxito. No a la distancia. Sí a la cercanía.