Concluye la rehabilitación de la Sala de Convalecientes del Hospital Real

El devastador incendio en 1549 y el enjambre sísmico ocurrido en Granada en 2021 provocaron serios problemas en su estabilidad

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Sala de Convalecientes del Hospital Real tras su rehabilitación | Foto: Gabinete
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Los avatares de cinco siglos de historia, el devastador incendio en el año 1549 y el enjambre sísmico ocurrido en Granada en 2021, provocaron serios problemas en la estabilidad de la Sala de Convalecientes del Hospital Real. La integridad de este espacio hizo que fuera necesario diseñar un proceso de intervención adecuado para asegurar el edificio y devolverle el estado de salud original. Esta sala se trata de una amplia y simbólica estancia de la última planta que define la esquina noroeste del edificio. Con esta rehabilitación, la Universidad de Granada afronta su V Centenario, que tendrá su primera celebración en 2026.

Los 300 terremotos ocurridos a finales de enero de 2021 obligaron a tomar medidas en la Sala de Convalecientes. Los estudios acometidos bajo el arquitecto Diego Garzón pusieron de relieve la peligrosa situación de desequilibrio que experimentaba la fachada de la sala. Seis de aquellos seísmos tuvieron una magnitud superior a 4 y una treintena superaron el 3 en la escala.

Los estudios analíticos y de resistencia de materiales resaltaron un notable deterioro de la piedra en su cara interior. Además, las columnas denotaban una grave incapacidad mecánica. Probablemente, el desgaste vino desde el incendio de 1549 que provocó la ruina de sus cubiertas y forjados, con el consiguiente debilitamiento de la piedra arenisca de los muros. En consecuencia, el desplome progresivo de la Sala de Convalecientes fue enmascarado por gruesas capas de revestimiento interior aplicadas con morteros de cemento en posguerra.

Ante esta situación, la Universidad de Granada inició en 2022, con fondos propios, una intervención de emergencia concluida en 2023. Esta tuvo como objetivo la consolidación de los elementos pétreos y su recolocación aplomada para recuperar la verticalidad y estabilidad estructural. Para hacer esta tarea posible, se instaló un complejo andamiaje exterior e interior provisto de lastres estabilizadores para controlar el desplome. Posteriormente, se desarmó la armadura de madera de la cubierta y se desmontaron cada una de las piezas de sillería de la fachada y arcadas insertas.

Como afirma Marga Sánchez Romero, Vicerrectora de Extensión Universitaria, Patrimonio y Relaciones Institucionales “la Sala de Convalencientes ha recuperado su solidez constructiva, su trascendencia espacial y formal, así como los valores paisajísticos que identifican la esquina más simbólica del Hospital Real con el territorio y con el paisaje de la ciudad".