El Granada desata la euforia y el júbilo entre sus aficionados

La alegría se multiplicó entre el granadinismo este pasado lunes tras conseguir su tercera victoria consecutiva y colocarse líder en solitario

Granada CF Villarreal B
Lance del Granada - Villarreal B | Foto: Antonio L. Juárez
Juan Pérez Martín
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¿Quién dijo que los días grises son feos? Como decía el cantante Andrés Cepeda, estas jornadas “hacen que me entregue al recuerdo”, y el granadinismo lo pudo sentir en sus propias carnes. Tres partidos, tres victorias. Líder en solitario. No se veía esto desde hacía mucho tiempo. Para antecedentes tan gratificantes hay que rememorar la 2018/19, cuando el conjunto rojiblanco ascendió a Primera. Otra época de gloria y de euforia, como la que se desató tras golear, y de qué manera, al Villarreal B.

Para ser un lunes a final de agosto y con un horario no muy agradable, miles de granadinistas acudieron a su cita en Los Cármenes. Uno de los pilares fundamentales que se ha construido esta campaña desde la entidad ha sido la unión entre afición y equipo, por lo que los hinchas rojiblancos fueron fieles a su trato.

El rojiblanco se veía desde lejos. Las banderas y bufandas eran agitadas sin pudor y con valentía desde horas antes al arranque del partido. Estaban orgullosos de los suyos, de sus soldados, de sus futbolistas. Las dos victorias consecutivas conseguidas por los de Aitor Karanka daban alas a un cuadro que, de ganar, se pondría líder en solitario.

En los aledaños había mucho optimismo con ello, aunque con una moderación notable a las alturas que estamos de curso: “Esto no ha hecho más que empezar. Hemos ganado y hemos tenido buenas sensaciones, aunque la temporada es larga”. Algunos aficionados comparaban esta situación “con la del Real Madrid”, debido a que en caso de triunfar se pondrían “arriba del todo y con nueve puntos”, al igual que hizo el conjunto de Ancelotti el pasado domingo ante el Espanyol de Diego Martínez. La de vueltas que da la vida.

El rival: un Villarreal B que generaba mucho respeto en el feudo nazarí. De por sí, todos los filiales generan cierto hormigueo en el estómago de los seguidores locales. “Son de esos equipos que no se sabe por dónde pueden salir, y más sabiendo que la mayoría de estos jugadores tienen mucha talento individual y colectivo”, aclamó un joven seguidor.

El mini-Submarino no era muy amplio. No se divisaron más de un centenar de aficionados del filial del Villarreal. La lluvia tampoco les incomodó a estos, que llegaron a Granada en un día gris, torpedeado por una tormenta que, para sorpresa de todos, trajo un buen augurio.

Nada más arrancar, el Granada dio el primer golpe y estocada. 30 segundos habían pasados cuando Callejón, tras una asfixiante presión, recuperó el balón y se lo dejó a un Uzuni que lo metió al palo corto.

El albano estaba reivindicativo. Era su partido, y él lo sabía. Tenía ganas de ser un héroe. Quería su noche, y lo intentó conseguir en este duelo, donde volvió a ver puerta a los diez minutos desde los once metros. Un amplio resultado que evidenciaba la superioridad y majestuosidad de los nazaríes con el balón.

La intensidad del Granada maniató a un Villarreal B que apenas pudo poner en apuros a los de Karanka, que se vieron sólidos y consistentes en un primer acto que continuó con el júbilo que se vio entre los granadinos en la previa al choque.

Los amarillos intentaron reaccionar cambiando casi por completo su plantel de juego, pero tampoco funcionó en demasía. El Granada siguió arremetiendo con vehemencia, e incluso Puertas pudo haber aumentado el resultado del luminoso de no haber fallado un mano a mano con Iker Álvarez que mandó a las nubes por culpa del bote del balón, que cambió la trayectoria del esférico.

La afición, incrédula, reaccionó con canticos como el famoso “volveremos”, donde se reclamaba una vuelta a la élite que, con el nivel mostrado en estos encuentros, podría ser más pronto que tarde.

Una de las cosas que más se alabó por parte de los granadinistas fue el nivel defensivo de los suyos, que se mostraban impetuosos y titánicos. “Como rocas”, los calificaban sus aficionados, que comentaban en la previa que tenían unos defensores “aptos para esta categoría y que rinden muy bien siempre”. Así se vio. Tercera portería a cero.

El VAR tuvo que hacer acto de presencia por un penalti a Callejón que necesitó de revisión. Trujillo Suárez hizo justicia y lo señaló. El empujón del futbolista del Villarreal le abrió las puertas a un Uzuni que vio en esta ocasión su vía para meter un hat trick. La noche de gloria para Myrto se hizo realidad. Su noche dorada. Su noche de ensueño para un guerrero que, con su carácter y actitud, ha derribado la puerta y se ha plasmado como unas las figuras más relevantes para los andaluces y su afición, que coreó su nombre con énfasis y locura.

La euforia se desató y nadie pudo detenerlo. En Los Cármenes se montó una buena fiesta. “De aquí, a Primera”, soltaron algunos hinchas en su salida del feudo granadino. Hubo de todo: exaltantes, sensatos… Los granadinos están en estado de gracia debido a los resultados de su equipo, que parece haber sido tocado por una barita con este arranque. No es para menos. Tres de tres. Tres partidos, tres victorias, tres porterías a cero. Ver para creer. Un grupo solidario y consistente. Eterna lucha le llaman.







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