Una exposición profundiza en la figura del arzobispo Pedro de Castro, fundador de la Abadía del Sacromonte

Fundación Caja Rural Granada ha inaugurado este viernes en la Sala Zaida la exposición en torno a la figura del arzobispo Pedro de Castro, fundador de la Abadía del Sacromonte, con motivo del IV centenario de su muerte. Un hombre de fuerte personalidad que poseyó una gran formación que lo convirtió en un profundo conocedor de distintas disciplinas, unas por razones profesionales y otras derivadas de su vida eclesial.

La entidad ha patrocinado esta muestra, que estará abierta al público del 23 de febrero al 13 de abril, donde se exhibirá parte del rico patrimonio de esta institución, con obras de autores como Pablo de Rojas, Ruiz del Peral, Calvete de Estrella o San Juan de la Cruz.

En el acto han estado presentes la responsable de Fundación Caja Rural Granada, Poli Servián, el Arzobispo de Granada, José María Gil Tamayo, el Abad del Sacromonte, Antonio Fernández Siles, y la comisaria María Luisa García Valverde. En el acto también ha estado presente el director de Administración de Caja Rural Granada, José Antonio Carmona.

Titulada 'D. Pedro de Castro. Semblanza de un hombre polifacético' forma parte de un programa conmemorativo más amplio, donde se incluyen actos, conferencias y exposiciones que la Abadía celebra desde el pasado mes de diciembre hasta abril de 2024.

Fundación Caja Rural Granada ha apoyado la conservación y divulgación de los tesoros sacromontanos durante las últimas dos décadas a través de acciones como la recuperación de varias joyas de su fondo bibliográfico, la restauración del retablo de la Iglesia de la Asunción, el montaje de exposiciones en la Sala Zaida y la edición de un libro sobre el patrimonio de la Abadía.

Semblanza de un hombre polifacético

El pasado 20 de diciembre se cumplió el cuarto centenario de la muerte del arzobispo de Granada don Pedro de Castro Vaca y Quiñones (1534-1623) que lo fue entre 1589 y 1610. Tras declinar la sede compostelana fue designado arzobispo de Sevilla donde permaneció hasta el momento de su muerte.

Hombre de fuerte personalidad poseyó una gran formación que lo convirtió en un profundo conocedor de distintas disciplinas; unas por razones profesionales como la Jurisprudencia, Derecho, Procedimientos jurídicos, y otras derivadas de su vida eclesial: Teología, Patrística, Lenguas Clásicas y Sagradas Escrituras.

En su 'cursus honorum' se le ve ejerciendo los cargos de oidor de la real Chancillería de Valladolid y Granada y, posteriormente, desempeñó ambas Chancillerías así como los cargos de visitador del Hospital Real, Colegio Real, Universidad y Capilla Real. En el caso de la diócesis granadina dio una serie de normas para la organización del clero.

También tuvo una gran labor social, preocupándose de los más desfavorecidos y creando el Colegio de Niñas Nobles. Fue un enamorado de la Inmaculada Concepción propagando su culto en Granada por primera vez y luego extendiéndolo por toda Andalucía. Defendió siempre los restos martiriales encontrados en Valparaíso y para garantizar su culto fundó la Abadía del Sacro Monte en 1609, en cuya cripta está enterrado junto a toda su familia.