La alegría de celebrar un ascenso en casa: del diluvio previo a la fiesta final

El granadinismo vive un retorno a Primera de ensueño con una fiesta trasladada del recibimiento a las gradas de Los Cármenes

Granada CF CD Leganes
La piña rojiblanca celebra el ascenso sobre el césped de Los Cármenes | Foto: Antonio L. Juárez
Sergio Rodríguez Acosta
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Todo es posible en Granada. La fiesta del ascenso a Primera del Granada tuvo un excelente guion, aunque una gran tormenta irrumpió como invitada sorpresa a la cita. Recibimiento por todo lo alto, un himno a pleno pulmón y un encuentro con poco sufrimiento para los seguidores con más temor a las archiconocidas 'mufas'. Los Cármenes se pudo permitir el lujo de regalar ovaciones a sus gladiadores, hacer la ola y entonar el 'campeones, campeones' muchos minutos antes de que el árbitro pitase el final. No es un sueño, las buenas expectativas también pueden cumplirse.

Faltaban horas para el inicio del choque y el ambiente en la calle Pintor Maldonado estaba precioso. Cerca de las 19:00 horas, miles de aficionados se habían congregado ya para cantar en la víspera de la llegada del autobús rojiblanco. En citas tan importantes como la de este sábado es difícil entender que se escuchasen cánticos como 'puta Sevilla' o 'Puta Elche', pero hay cosas que simplemente no tienen explicación. Antes de los locales, llegó la expedición del Leganés, que recibió unos tímidos pitidos que se transformaron en ovación. Algunos pensarían que todo sumaba para ablandar a los pepineros.

El autobús del Granada apareció y Pintor Maldonado se vino arriba. Una masa rojiblanca abrió el paso justo y necesario al vehículo y las bengalas tiñeron el ambiente con una intensa humareda roja. A un aficionado despistado se le cayó una bengala al suelo al paso del autobús y dio un pequeño susto a quienes se encontraban a su alrededor. Mientras tanto, un nutrido grupo de seguidores marchaba detrás del vehículo, que aguantó un buen aluvión de palmas en sus laterales, como si de una procesión se tratase.

La marea rojiblanca comenzó a entrar a Los Cármenes cuando una nube comenzó a descargar sobre Los Cármenes un diluvio. El agua provocó que las gradas no estuviesen llenas hasta los instantes previos al salto de los protagonistas al tapete. Comenzaron a sonar los primeros acordes del himno del Granada y el agua apenas caía ya, como si la meteorología no quisiese aguar la fiesta.

El devenir del partido no hizo otra cosa que seguir el guion soñado. Gol del pichichi y gol de la perla que ha derribado puertas para meterse en el corazón del granadinismo. Con el partido encarrilado, llegaron las olas, cánticos a Jorge Molina y ovaciones en todas las sustituciones, especialmente a 'Mito' Uzuni, que nada más terminar el partido pidió matrimonio a su pareja. La parroquia rojiblanca, agradecida como pocas, también aplaudió a Fede Vico cuando dejó el campo y a Nyom cuando ingreso desde el banquillo.

El pitido final dio paso a la magia. Muchos presentes mostraron su cabreo porque la megafonía insistiese en que no debía haber invasión de campo, pero la felicidad era incontenible. Celebración sobre el césped, entrega de copa y directos a la Fuente de las Batallas. La noche es joven y Granada es de Primera.







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