Caluroso recibimiento a los bomberos de Granada desplazados a Turquía: "Se te queda sensación de impotencia"

"Nos encontramos la zona totalmente devastada", ha asegurado el jefe del cuerpo, Gustavo Molino

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Frame del vídeo compartido por Bomberos Granada con los efectivos llegando al Aeropuerto de Málaga | Foto: Twitter @BomberosGranada
Pancho Spínola Bautista
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Impotencia es la palabra con la que Gustavo Molino, jefe de Bomberos de Granada, ha resumido las emociones con las que regresan los trece integrantes del operativo que fue desplazado a Turquía con el objetivo de prestar su ayuda tras los devastadores terremotos que han asolado la zona. En declaraciones a GranadaDigital, Molino ha asegurado que "la gente viene con una sensación de impotencia importante". "Nosotros quisiéramos arreglar todo, pero no es posible, no es viable. Se te queda esa sensación de que has intentado colaborar y has colaborado, pero no de la manera en la que todos estamos acostumbrados y queremos hacerlo, y yo creo que esa sensación es generalizada". Son unos sentimientos que contrastan con el cálido recibimiento que los ciudadanos les han brindado a su regreso al Aeropuerto de Málaga este lunes.

Los bomberos, que fueron destinados a la ciudad de Antakya, en la provincia de Hatay, se toparon a su llegada con un panorama desesperanzador. "Nos encontramos la zona totalmente devastada. Hay daños muy importantes en prácticamente el 80 o 90% de las construcciones", ha expresado Molino. Con respecto a las tareas que han desempeñado en el lugar, ha comentado que fundamentalmente han colaborado con aquellas personas que les solicitaban ayuda "para poder identificar si, en las construcciones derruidas, había algún indicio de vida de los familiares que estaban echando en falta".

El jefe de operativo ha querido destacar el rol que han llevado a cabo tanto sus compañeros como el resto de equipos desplazados. "La labor de los bomberos de Granada ha sido fundamental, junto con la labor de todos los equipos de rescate que, en esos días, se encontraban en la zona y que ya desde el día de ayer [por este lunes] estaban abandonándola por recomendación de las autoridades turcas", ha afirmado.

Pese a esa sensación de impotencia que remarcaba Molino, también ha admitido que, a regañadientes, deben digerir ese sentimiento: "Tenemos que asumir que también somos profesionales y sabemos que no todas las situaciones son iguales y no todas las situaciones se pueden desenvolver de la misma manera. Tenemos que ser realistas y conscientes de que la ayuda que hemos prestado es la que se puede prestar. No hay mucha más posibilidad".