Todos listos para viajar a Mallorca

Karanka recupera a Quini, Víctor Díaz y Domingos Duarte, ausentes por sanción este domingo; Arias, Gonalons y Jorge Molina ya regresaron ante el Celta, cuando ningún apercibido fue amonestado

Granada CF -  Celta de Vigo
Jorge Molina, que volvió a jugar tras perderse el partido contra el Atlético, es amonestado durante el duelo de este domingo | Foto: Antonio L. Juárez
Chema Ruiz España
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El Granada contará con todos sus efectivos disponibles para visitar al Mallorca el próximo sábado, con la única excepción de los lesionados de larga duración Raúl Torrente, Carlos Neva y Rubén Rochina. Ninguno de los seis futbolistas que estaban apercibidos al comienzo de la pasada jornada fueron amonestados ante el Celta, por lo que podrán ser alineados en la fecha venidera si no sufren ninguna molestia a lo largo de esta semana. A ellos se unen los tres jugadores que sí se ausentaron por sanción contra el conjunto celeste, Quini, Víctor Díaz y Domingos Duarte, que regresarán a la competición tras cumplir ciclo y permitirán a Aitor Karanka recomponer su defensa en una cita trascendental, para la que, a priori, tampoco añade más nombres al parte médico.

Es la jornada en que el técnico vitoriano dispone de más recursos para conformar su alineación. A los citados, se sumaron ya este domingo Santiago Arias y Maxime Gonalons, que no jugaban desde diciembre y febrero, respectivamente. El lateral colombiano disputó ocho minutos con los que puso fin a una ausencia de casi cinco meses, desde que sufriera una rotura muscular durante la visita del Atlético de Madrid a Los Cármenes. Ya llevaba semanas trabajando con el resto del grupo, pero sin competir. El galo tuvo que retirarse del choque ante el Villarreal y, contra el Celta, pisó de nuevo el terreno de juego tras reincorporarse a la dinámica de sus compañeros hace un par de semanas. Lo hizo para actuar como central y sellar la fuga que explotaba Iago Aspas, aunque realmente respalda la medular en el tramo decisivo de la campaña.

No son los únicos ‘fichajes’ del técnico vitoriano. Jorge Molina, que se quedó fuera de la convocatoria en el Wanda Metropolitano, también volvió a sumar minutos, una vez recuperado de sus molestias. No marca desde el empate nazarí frente al Rayo, pero sigue siendo el máximo goleador del equipo y a la plantilla no le sobra pólvora. Arezo, otra arma para la vanguardia, sí se sentó en el banquillo durante el encuentro contra el Atlético de Madrid, pero unas dolencias en el tobillo le impidieron competir. Regresó contra el Celta, en las postrimerías del encuentro, y dejó un remate de cabeza que animó a la grada. Sigue en proceso de adaptación, pero exhibe cualidades excepcionales. Además, Soro no jugó, pero sí formó parte de la convocatoria. El de Ejea de los Caballeros habita en un limbo este año, entre la grada, el banquillo y el terreno de juego, pero puede ser una alternativa para los flancos y la zona de enganche, sin Rochina para ofrecer recambios en dicha plaza.

Recuperación anímica

Darwin Machís no llegó a perderse ningún encuentro, pero tuvo que retirarse en Madrid, aquejado de dolores musculares. No fue titular contra el conjunto vigués, pero entró a 27 minutos del final y fue determinante en el empate. El vinotinto, cuya recuperación se enmarca en un ámbito más mental que físico, empieza a convertirse de nuevo en una pieza importante para el Granada. Enlazó tres titularidades consecutivas, en las que celebró un gol y dio una asistencia, antes de la visita del Celta. Contra los de Coudet, agitó el duelo con varios centros envenenados, incluido el que puso las tablas definitivas en el electrónico, que le fue otorgado finalmente tras la asignación inicial a Milla. De que vuelva a ser el extremo punzante que amenazó a clubes de toda Europa durante el último ejercicio puede depender la permanencia granadinista, con serios problemas para percutir sobre su rival.

La primera titularidad de Montoro desde la visita a Mestalla también se encuadra en una tesitura similar. El mediocentro está considerado como un efectivo de peso en el equipo, pero la intermitencia de su participación, motivada por la sucesión de lesiones, ha impedido que sea el timón que fue en pasadas temporadas. Contra el Celta jugó más de una hora, como mediapunta, pero sigue lejos de su mejor versión. Karanka sabe de la importancia que puede tener en la franja ancha del césped, en especial si pierde a más efectivos en esta parcela durante lo que resta de curso, y desea extraerle el fútbol que tiene en las botas.

En el plano emocional, el preparador rojiblanco también trató de conectar a Carlos Bacca y Dani Raba, que jugaron en el Wanda Metropolitano, pero volvieron a quedarse en el banquillo este domingo. Su participación en lo que va de temporada ha sido poco menos que testimonial, pero el vitoriano desea que todos estén 'enchufados' para remar en pos de la salvación. El cafetero solo ha jugado 18 encuentros esta temporada, 16 en Liga, y seis en total como titular. Su bagaje, ilusionante cuando asistió a Luis Suárez en la segunda jornada de Liga, apenas se resume en otro par de pases de gol en Copa y un único tanto. El extremo, el último en unirse a la plantilla, no ha llegado a jugar media hora. Junto a ellos, Yan Eteki, que no compite desde la derrota del conjunto rojiblanco en el Sánchez Pizjuán, pese a que Torrecilla le otorgó cierto protagonismo. Con Karanka, y ante la recuperación tanto de Montoro como de Gonalons, ha retornado al ostracismo.

Riesgo de sanción

Todos, por tanto, estarán aptos y 'enchufados', aunque el riesgo se aplaza a la siguiente jornada. Que solamente Jorge Molina viera cartulina amarilla durante el encuentro ante el Celta de Vigo, que había recibido tan solo otra tarjeta antes de este domingo, supone que los seis futbolistas que estaban apercibidos permanezcan al límite. Germán, Escudero, Milla, Petrovic, Puertas y Uzuni se perderían el compromiso que medirá a los nazaríes y al Athletic el martes 10 de mayo si son amonestados en el Visit Mallorca Estadi. Además, Carlos Bacca quedaría apercibido si el colegiado le muestra una amarilla. Una exposición que, con piernas comprometidas y frescas para relevar, se antoja un mal menor.