Las localizaciones históricas del recinto ferial del Corpus de Granada

A lo largo de los siglos, este espacio de celebración ha cambiado de ubicación varias veces, asentándose en Bib-Rambla, Paseo del Salón y Almanjáyar

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Feria del Corpus en el Paseo del Salón | Foto: Archivo GD
Pedro Castro
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El Corpus Christi en Granada es una festividad con raíces profundas que comenzó poco después de la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos en 1492. Instituida en el siglo XIII por el Papa Urbano IV para venerar la Eucaristía, la festividad se adoptó en Granada como parte de la cristianización post reconquista.

La primera procesión del Corpus en Granada, celebrada en 1492, se convirtió en una tradición duradera. La procesión, encabezada por la custodia con la hostia consagrada, recorría las calles adornadas de la ciudad, reflejando la devoción de los granadinos.

Con el tiempo, la festividad adquirió elementos únicos como la Tarasca, un dragón simbólico de la victoria del bien sobre el mal. También los gigantes y cabezudos, figuras festivas que añaden alegría al evento. Estos elementos combinan lo sagrado con lo popular, es decir, lo religioso con lo pagano. Este aspecto hace del Corpus una celebración distintiva.

La festividad del Corpus Christi en Granada no solo es conocida por su solemne procesión religiosa y la emblemática Tarasca, sino también por sus fiestas y la congregación de público en el recinto ferial. A lo largo de los siglos, este espacio de celebración ha cambiado de ubicación varias veces. De este modo, la Feria de Granada refleja tanto el crecimiento urbano como las necesidades de la población granadina en su historia.

Plaza Bib-Rambla: centro neurálgico de la fiesta

Celebración del Corpus en Plaza Bib-Rambla | Foto: José García Ayola

La Plaza Bib-Rambla se erige como un epicentro de fervor y esplendor durante las festividades del Corpus. Desde tiempos ancestrales, esta plaza ha sido el punto de partida de la procesión, céntrico lugar que marcaba el inicio de una serie de eventos religiosos y populares que inundaban las calles de Granada.

En la plaza se levantaba un imponente altar, financiado por el Ayuntamiento y adornado con una opulencia digna de la ocasión. Este altar suntuoso y gigantesco era el punto de encuentro de fieles y curiosos, quienes se maravillaban ante su esplendor y magnificencia. El altar se adornaba con lienzos pintados, esculturas y jardines improvisados, creando una escena de belleza y esplendor. Durante estos primeros tiempos, la Plaza Bib-Rambla se vestía de gala para recibir la procesión del Corpus, que contaba con la participación de autoridades eclesiásticas y civiles. Los ciudadanos decoraban la plaza con flores y tapices, de forma que se creaba un ambiente festivo y devoto.

La elección de Bib-Rambla no fue casual. Su ubicación central y su amplio espacio la convertían en el lugar ideal para congregar a los granadinos y visitantes. Estas fiestas, especialmente durante los siglos XVI y XVII, eran una oportunidad para exhibir las mejores telas y decoraciones, transformando la ciudad en un espectáculo de color y lujo.

A lo largo del tiempo, las iluminaciones de la Plaza Bib-Rambla también evolucionaron. Inicialmente, las casas y los altares se iluminaban con velas, pero en 1867 se introdujeron las luces de gas. Más tarde, en 1891, la electricidad, transformando las noches de la festividad en un espectáculo de luces.

La plaza no solo era el centro de las celebraciones religiosas, sino también el escenario de representaciones teatrales. Los autos sacramentales -obras de teatro religiosas-, que se realizaban en carros móviles durante la procesión, pasaron a representarse en la plaza debido a la complejidad creciente de sus decorados y personajes.

Sin embargo, la festividad del Corpus en Bib-Rambla experimentó un declive. Los alrededores de la Catedral Metropolitana de la Encarnación de Granada perdieron el esplendor característico, pero sin llegar a desaparecer. En la actualidad, Bib-Rambla se concibe como punto clave de la celebración del Corpus en el centro de la ciudad nazarí. En ella tiene lugar el Corpus infantil, con carruseles ecológicos, talleres, juegos hinchables y actividades lúdico-educativas. También se desarrolla el Festival de Marionetas, con la exhibición de títeres. Uno de los eventos más populares de la plaza es la exposición de Carocas y Quintillas. Cantes, bailes y coros convergen en una plaza que mantiene parte de su esencia de antaño.

La Feria del Salón

Festividad del Corpus Christi en el Paseo del Salón | Foto: Paradas con Historia. Paseos por Granada (Facebook)

El Paseo del Salón y del Violón fueron testigos de la Feria del Corpus desde los años 40 del siglo XX. No obstante, las inmediaciones del puente romano ya habían sido lugar de celebración de fiestas en torno al Corpus desde el siglo XIX. La reina Isabel II instauró en Granada la 'Real Feria de Ganado' en el Paseo del Violón. Esta festividad se enmarcaba en el Corpus Christi. Como en otras ferias de ganado andaluzas, esta sirvió tanto para fines comerciales como motivo para celebrar verbenas, donde los bailes eran los protagonistas.

En estos espacios se levantaban casetas con paredes de obra, columpios -que se repartían por el Violón- y circos -asentados cerca de la ermita de San Sebastián-. Sin embargo, con el crecimiento de la ciudad y la expansión de la feria, se decidió mover el recinto a una ubicación que pudiera albergar un mayor número de actividades y casetas. Además, el Paseo del Salón se vio sumido en unas obras de canalización que achicaron el espacio disponible. De este modo César Valdeolmillos, concejal del Ayuntamiento, hizo posible que el recinto ferial se trasladase en los años 80 a la actual explanada de Almanjáyar.

Mudanza definitiva a Almanjáyar

Recinto ferial de Almanjáyar | Foto. Archivo GD

Desde 1982, la Fiesta Mayor se desarrolla en el barrio granadino de Almanjáyar. En aquel entonces, este se situaba en una ubicación aislada de la ciudad y estaba rodeado de grandes explanadas.

El traslado respondió a la necesidad de un espacio más amplio y moderno al que pudiese acudir un público cada vez más masivo. Se trata de una zona fácil en la que aparcar y a la que acceder, a pesar de la larga distancia que la separa del centro de Granada.

Los granadinos y visitantes acuden al recinto ferial de Almanjáyar donde se habilitan atracciones; casetas tradicionales, donde degustar la gastronomía típica; casetas comerciales -tipo discoteca- con música para bailar; y los típicos puestos de churros, algodones de azúcar, tómbolas y comida rápida que no pueden faltar en una feria.

En duda queda si en un futuro la Feria de Granada experimentará otro cambio de ubicación, o no. En cambio, el éxito de su mudanza a Almanjáyar quedó constatado en sus comienzos, lo que ha provocado que a día de hoy la feria se mantenga en la Zona Norte.