La venta de Bryan Zaragoza al Bayern traspasa fronteras

La operación, de cifra récord en el club rojiblanco, sitúa al Granada en el foco de la información deportiva mundial y lleva al jugador al más alto nivel del fútbol

Real Madrid Granada CF
Bryan Zaragoza conduce el balón en el Bernabéu | Foto: Antonio L. Juárez
Chema Ruiz España
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Bryan Zaragoza es uno de esos futbolistas de los que, como consecuencia de la evolución del juego hacia un deporte en el que priman el componente físico y la táctica, ya no surgen. Por eso, apenas ha necesitado cuatro meses en Primera División para llamar la atención de clubes prestigiosos en Europa y recalar en un equipo pentacampeón de la Champions League. Su venta al Bayern procedente del Granada, por 15 millones de euros, es una operación de altura, histórica en la entidad nazarí más allá de lo económico. Tiene una trascendencia internacional y sitúa al joven malagueño en el más alto nivel del mundo del fútbol.

La entidad del Bayern hace que la operación ostente una relevancia única en la historia del Granada. El club bávaro es uno de los más grandes de Europa, campeón por excelencia de Alemania y uno de los ‘cocos’ en Champions. En la principal competición del continente, de la que cayó en los cuartos de final el curso pasado, acaba de concretar su pase a la siguiente ronda como líder invicto del Grupo A. El traspaso de Bryan conecta por ello dos realidades en las antípodas.

No hay demasiados precedentes de operaciones de calado similar en la historia reciente del Granada. Los más próximos en el tiempo tuvieron lugar tras el descenso del año pasado, cuando el conjunto rojiblanco traspasó a Luís Maximiano a la Lazio y a Luis Suárez al Olympique de Marsella. El club italiano competía en Europa League y el francés, en Champions. Más atrás, en 2015, Murillo se enroló en el Inter, uno de los conjuntos más grandes de Italia, tan solo un año después de que Yacine Brahimi saliera de Los Cármenes para firmar por el Porto. Fueron dos de las operaciones de mayor relevancia de la entidad granadinista, si bien la intermediación de la red de equipos de Gino Pozzo redujo el impacto sobre las arcas nazaríes. De igual manera, Rochina puso fin a su primera etapa con la elástica de franjas horizontales en 2016 para marcharse al Rubin Kazan ruso.

Sí ha sido frecuente el flujo de futbolistas desde las filas rojiblancas hacia los clubes más importantes del país. Sin ir más lejos, este mismo verano se produjo la marcha de Samu Omorodion al Atlético de Madrid, previo pago de su cláusula de rescisión, si bien el atacante fue posteriormente cedido al Alavés. Guilherme Siqueira también aterrizó en el club colchonero en 2014, después de haber jugado en el Benfica en la campaña inmediatamente anterior cedido por el Granada.

La historia del Bayern y su peso en Europa, no obstante, elevan el traspaso de Bryan a cotas más altas. El club bávaro es uno de los más seguidos en todo el mundo, lo que ha colocado al Granada en el foco de la información deportiva internacional en estos días. El extremo malagueño, por su parte, ha saltado a un campo de estrellas en el que a partir de la próxima campaña deberá buscar sitio. En las filas del conjunto alemán, aunque tal vez salga alguien, deberá competir por un puesto con Kingsley Coman, Mathys Tel, Serge Gnabry o Leroy Sané, entre otros. Algunos de los jugadores más valiosos del globo a los que se unirá el fútbol de placeta del atacante granadinista.

El más caro

En lo estrictamente económico, el traspaso de Bryan se ha convertido en el más caro de la historia del club. Los 15 ‘kilos’ que recibirá el Granada por el malagueño superan con creces los 10 millones que ingresó por Luís Maximiano y por Luis Suárez, en sendas ventas que, además, llevaron una pequeña fracción a Sporting de Lisboa y Watford, respectivamente. También fueron alrededor de diez ‘kilos’ lo que le costó al Rubin Kazan fichar a Rochina, aunque una parte del pago fraccionado por parte de la entidad rusa quedó pendiente de cobrar. Por debajo, los seis millones fijados en la cláusula de Samu Omorodion y los cinco en los que, junto con las cesiones de Jonathan Silva y Erick Cabaco así como las incorporaciones en propiedad de Miguel Rubio e Ignasi Miquel, se cerró la transferencia de Luis Milla.

Una operación récord en los anales granadinistas que, como pretendía el futbolista, beneficia a todas las partes. Bryan salta al estrellato, el Bayern incorpora a una promesa que proyecta un futuro brillante y el Granada conserva a su principal jugador para buscar la permanencia en Primera División, objetivo complejo. El malagueño no quería dejar tirado al club rojiblanco en la travesía, sino que deseaba poder luchar hasta el final para dejar al equipo en la máxima categoría. Podrá hacerlo y, además, le amplía el margen de maniobra en el mercado invernal.