José Ángel Mañas: "Lo que diga un rapero o el personaje de una novela nunca puede ser judicializable"

El autor de 'Historias del Kronen' llega este jueves a Granada para presentar '¡Pelayo!', su última novela, y hacer un repaso a su carrera

José Ángel Mañas
El escritor madrileño José Ángel Mañas también ha iniciado su particular Reconquista, en este caso "desde Covadonga hasta Granada" | Foto: Gabinete
Miguel López Rivera
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La vida de José Ángel Mañas (Madrid, 22 de octubre de 1971) cambió a mediados de los noventa cuando decidió plasmar una parte de su juventud en su aclamada novela Historias del Kronen. Aquel primer libro le valió ser finalista del Premio Nadal de 1994 y comenzar así una carrera que tuvo continuidad con otras tres secuelas de la obra, primero, y después con un viaje hacia la literatura histórica cuya parada actual es ¡Pelayo! (La Esfera de los Libros). Se trata de una novela que indaga en el comienzo de la invasión musulmana de la península (año 711) a través de la figura de este monarca que el propio Mañas considera una suerte de "rey Arturo español". A su juicio, a la altura del Cid Campeador. El madrileño llega este jueves a la librería Subterránea de Granada (Horno de Abad, 12), donde presentará la novela a las 19.00 horas, y posteriormente se trasladará a La Variable (Buensuceso, 40), lugar elegido por Ediciones Camping Motel para analizar toda su trayectoria en la primera entrega de un ciclo de encuentros culturales que llevará por nombre 'Charla desde el córner'. En el prólogo de su libro Anécdotas de fútbol, Sergi Mas comienza deseando que la primera de las historias que cuenta "no sea la típica que se refiere a unos futbolistas pasando una aduana sin nada que declarar". Se titula ¿Llevan ustedes algo que declarar?, lo que inmediatamente suscita la reacción del autor: "Pues empezamos bien". Expuesta la anécdota solo queda esperar que esta entrevista no comience con la clásica inconcreción del periodista que va indocumentado ya desde la primera pregunta.

Pregunta. Además de para repasar su carrera, llega a Granada para presentar Pelayo, a quien usted considera "el Rey Arturo español". No digo que sea su postura, pero, ¿se puede glosar la historia de España desde una perspectiva de izquierdas?

Respuesta. ¿Lo que me pregunta es si se puede glosar la historia de la España democrática…?

P. Pues empezamos bien, no he formulado la pregunta correctamente. Me refería a si se puede glosar a un personaje histórico como Pelayo desde este posicionamiento...

R. En el caso de Pelayo es que nos vamos a la Edad Media. Es complicado sacar de ahí la historia de unos parámetros muy de poder, sencillos. La historia de izquierdas resalta la trayectoria democrática de un país. Lo que pasa es que para la primera democracia habría que irse al nacimiento de Castilla. Tendrías que tirar por ahí y resaltar la Segunda República. El problema es que Pelayo está vinculado a una historia mucho más cristiano-medieval muy asociada a una serie de cuestiones. Eso no quita que se pueda descubrir al personaje sin encasillarlo.

P. Quizás Pelayo no es el mejor ejemplo y yo he empezado la entrevista con mala pata. Se lo preguntaba sobre todo por ese maniqueísmo que hay en torno a la historia o a la 'epicidad' de este país respecto a periodos pasados…

R. Pienso más en el Cid. No he leído la novela de Pérez Reverte ni he visto la serie, pero se le pueden dar muchos enfoques al personaje. Y con Pelayo, lo mismo. Todos ellos tienen riqueza, ambigüedad y son susceptibles de muchas lecturas. Pero si viene Mel Gibson y hace una película sobre Pelayo siendo un integrista católico como es él… Cada autor ha tenido una idea de Pelayo. Yo he procurado hacer una idea propia y recrear el personaje con mi propia sensibilidad. Yo creo que lo bonito con estos mitos que recorren el tiempo es que tengan muchas interpretaciones posibles. Cuantas más mejor. Cuando digo que Pelayo es de todos es porque me da pena que haya ciertos personajes que viven encasillados en un lugar muy determinado. Por otra parte, a mí me interesa la historia de España, me interesaba el siglo VIII y me apetecía entender qué pasó con la invasión árabe.

"He procurado hacer una idea propia de Pelayo y recrear el personaje con mi propia sensibilidad"

P. Precisamente, en aquel 711 comienza la Reconquista, que acaba en 1492 en Granada, ¿qué personaje histórico en relación a la entrada de los Reyes Católicos le suscita más interés?

R. Tengo curiosidad por Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, que luego fue a Italia. Es un personaje que revoluciona la estrategia militar a partir de sus experiencias como hombre de frontera en Granada. Hace acopio de todas las técnicas militares latinas, que son romanas. Por otra parte, aprende de la cultura árabe y con esa riqueza va a Italia y se encuentra con los franceses, que tenían un concepto muy medieval de las batallas y empieza a utilizar el relieve, las técnicas de guerrilla y, claro, vuelve loco totalmente al contrario. Me interesa mucho la guerra de fronteras que en el fondo es la Reconquista. Es el personaje que últimamente me interesa más.

P. Justo llega a Granada en una fecha muy simbólica porque este miércoles es el acto principal por la conmemoración del V Centenario del traslado de los Reyes Católicos a la Capilla Real. ¿Estaba al tanto de esto?

R. No, no lo sabía…

P. Y como amante de la historia, ¿qué significa para usted presentar esta novela en Granada?

R. La Alhambra es una ciudad absolutamente singular y tiene un lugar único. Forma parte de ese imaginario que nos recuerda un poco lo que fue la Edad Media peninsular. Si no estuvieran la Alhambra, la Mezquita de Córdoba y los Alcázares de Sevilla te olvidarías de esos siete siglos de dominación musulmana. Cuando pienso en Granada pienso en los cuentos de Washington Irving. Luego es verdad que si te vas al siglo VIII y esa aura mítica de la convivencia de las tres culturas se cae porque todo era arrasar porque como cualquier conquista tiene una parte violenta y de imposición y otra de riqueza que nos han prestado los árabes en la lengua, la filosofía o lo que quieras añadir. Cuando uno va a Granada no puede no tener presente eso. Toda la historia medieval española se centra en la Reconquista. La mejor palabra para definir este proceso de siete siglos 'increíble', el hecho de que esta gente tuviera metido entre ceja y ceja sacar a los árabes de la península. Y es la culminación de eso que hoy llamamos España. Y Granada tiene una parte importantísima. Yo también estoy reconquistando, empecé por Covadonga y ahora estoy llegando a Granada (ríe).

"Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, revolucionó la estrategia militar a partir de sus experiencias como hombre de frontera en Granada"

P. Entrando de lleno en el repaso del jueves a su carrera desde Historias del Kronen, ¿considera que tras pasar de la novela contemporánea a la histórica atraviesa ahora en el mejor momento de su carrera?

R. Para mí, primero me gusta que mi modelo sea un poco el de ciertos directores. A Ridley Scott le puede pasar algo parecido en la ciencia ficción, desde Blade Runner a una novela realista o un gánster de Nueva York. Me gusta esto que todo el mundo parece entender mejor en los directores. Todo el mundo acepta que Scorsese se vaya de las calles de Nueva York a que haga una película sobre Jesús. Eso lo aceptas más en el cine. Eso por una parte y por otra que yo soy muy consciente de que escribo para una comunidad. Es la misma reflexión que hacía en 'Kronen' solo que ahora la hago a través del pasado. El pasado es una manera de entender el presente. Y sigo reflexionando sobre lo que es. Yo soy madrileño, castellano, español y ciudadano del mundo. Para mí esos niveles de identidad no entran en colisión, sino que se armonizan bastante bien. Creo que lo mejor que se produce el arte es cuando es arte con raíces, que es hablar de lo que tienes cerca y de lo que yo he trabajado.

P. Pero entonces, ¿considera o no que está en su mejor momento?

R. Sí. Bueno, estoy en muy buen momento. El confinamiento me permitió concentrarme mucho y experimentar una explosión de creatividad. Me gustan muchas de las cosas que he hecho. Es cierto que Conquistadores de lo imposible considero que es de mis mejores novelas y sí es verdad que en estas últimas me siento a tope de mis posibilidades. Creo que estoy dando lo mejor de mí y esa es la sensación que quiero tener. Es como cuando un jugador está al 100% en un partido. Tu cuerpo da lo que da y tu cabeza da lo que da. Estoy satisfecho. En alguna otra novela te sientes un poco encogido, pero estas duran lo que tienen que durar.

P. Ahora que saca el tema del fútbol, me han dicho se define como 'madridista morado'. A un culé como yo estos conceptos hay que explicárselos paso por paso para que los entendamos…

R. (ríe) Es recalcar que a veces hay que ir al pasado. El Madrid era un equipo republicano. Ojalá le quiten otra vez la 'coronita'. Esa parte de la historia del club es muy interesante porque el Madrid también tiene un presidente al que mataron. La franja morada del escudo es por los comuneros de Castilla, lo que pasa es que en los últimos tiempos se ha convertido, casualmente, en azul. Todos los que tenemos un poco de memoria sabemos que es morada y por qué. A Franco no le gustaba el Madrid al principio, sino el Atlético Aviación [nombre adoptado por el Atlético de Madrid entre 1939 y 1947 en base a un acuerdo con el Club Aviación Nacional]. Luego llega Di Stéfano y cambia la sociología de la ciudad. Es interesante lo que sucede a veces con la historia. Por ejemplo, conviene recordar que el asedio de Madrid durante la Guerra Civil duró tres años y Barcelona en un día cayó. Al final, ves la historia y te sorprende.

"El Madrid era un equipo republicano al que, casualmente, le han convertido la franja morada del escudo en azul. Ojalá le quiten otra vez la 'coronita'"

P. De hecho, el Madrid pidió jugar el Campeonato de Cataluña en 1936 y fueron el Barça y la Federación Catalana quienes se lo impidieron…

R. Efectivamente, el Madrid pidió en la Guerra Civil pidió jugar la Liga Catalana. A veces parece que hay una foto fija de la historia, pero la historia no es tan sencilla ni tan monolítica. Igual que no todos los culés son independentistas. Eso es una gilipollez.

P. ¿Le molesta esta asociación que se ha creado entre lo que es Madrid y en lo que Ayuso la ha podido convertir, que parece que es como la nueva Cataluña que quiere salirse de España?

R. Me parece totalmente absurdo. La idea que tengo de Madrid es justamente la de España. De hecho, últimamente han venido muchos catalanes a trabajar aquí. Lo mejor que tiene Madrid es España. Madrid no se entiende sin España y España no se entiende sin Madrid. Es su gran orgullo. Hay que sacar pecho de lo que aportamos al conjunto del estado. Es la ciudad más potente y por tanto la que más tiene que aportar a la caja de solidaridad. La pena es que se haya abierto la caja de truenos. Por una parte, es muy interesante y bonito, y hay que entender historia para entender esto también. Yo estoy en ello. El corazón puede ser nacionalista, pero la cabeza debe ser liberal.

P. Como amante de la historia, y ya que hablamos de Madrid, ¿cómo valora fenómenos como el de la España Vaciada o los movimientos regionalistas como el de León?

R. Bueno, son dos cosas distintas. Respecto a lo segundo, creo que se está yendo ya un poco de madre. Hay regiones que sí tienen motivos. Pero, por ejemplo, el Reino de León era, de alguna forma, el Reino de Asturias ampliado. Algunos municipios de El Bierzo sí entiendo, por tanto, que se sienten más cerca de Asturias que de Castilla. La cuestión aquí es que Castilla quedó troceada con las autonomías. Todo es legítimo, evidentemente, pero ahora mismo me parece excesivo, aunque puede ser comprensible de esta lógica de 'todos o ninguno'. El tema es dónde trazas la frontera. Rosa Luxemburgo, una marxista pura y dura que nunca cedió al terreno del nacionalismo y eso que era polaca, estaba analizando a un tío que se llamaba Fortunov y que trataba de hacer una especie de partición de la URSS buscando las líneas étnicas y el resultado es que era tremendamente complejo y tan arbitrario como lo anterior. Hagas lo que hagas siempre tienes ese problema. En Cataluña también habrá gente que no se sienta catalana…

...en el Valle de Arán, por ejemplo, se sienten más españoles...

Efectivamente. Y luego está el Condado de Treviño y no sé qué. Es una complejidad tan absoluta que es imposible. Esa es la reflexión que hay que hacer y lo que nos toca es llegar a un consenso. Igual que lo hicimos en la Transición con lo político. Siempre pongo el ejemplo de Argelia, donde los historiadores procuran ponerse de acuerdo respecto a lo sucedido. O en México. Hay que sentar unas bases porque no podemos estar removiendo todo. Eso es lo que fueron los reinos de taifas. Estamos en una deriva de taifas que, si la seguimos, acabamos en el Cantón de Cartagena. Es una tendencia y la tendencia hay un momento que hay que reconsiderarla. Yo siempre he dicho que el federalismo es un modelo que, sobre el papel, lo firmo. De todas maneras, creo que no cabe duda de que ya vivimos en un estado federal. Y ahora lo que habrá que ver es dónde están los límites.

"Soy madrileño, castellano, español y ciudadano del mundo, y esos niveles de identidad no entran en colisión, sino que se armonizan bastante bien"

P. ¿Debemos considerar casi un milagro que hayamos tocado este tema casi sin hablar de Cataluña?

R. No hay nada más contagioso que el nacionalismo y ahora se ha llevado a... (duda) a otras zonas. Iba a decir a otras Españas, fíjate. Esto nos obliga a reflexionar y ahí unos caeremos de un lado y otros de otro.

P. En Granada se aloja en el Hotel Reina Victoria, que fue la casa de los Rosales donde intentaron delatar a Lorca…

R. Sí, me lo han dicho. Es una cosa curiosa porque yo he escrito sobre la Guerra Civil en Episodios Republicanos. Tengo ganas de ver el edificio e imaginar lo que allí pasó. Hace que lo recrees con mayor interés. El asesinato de García Lorca no deja de ser uno de los hitos de la Guerra Civil que esperemos que no se vuelva a repetir este tipo de historias. Que luego se repiten. El equivalente serían los asesinatos de raperos en los Estados Unidos son como voces creativas que se callan. Estamos en un momento en el que la libertad de expresión pasa por unos momentos complejos. Yo en este caso siempre digo que hay una lógica de contextos en la que si yo me burlo de Mahoma en público es criticable e incluso judicializable. Eso en espacios sociales, pero el arte es un espacio carnavalesco y ahí lo que diga un rapero en una letra o el personaje de una novela es otra historia. Sé que hay muchas ambigüedades con esta cuestión, pero yo entiendo que es un espacio que debe existir y es muy sano porque actúa como la válvula de escape de una olla a presión. Hay cosas que como el racismo o el machismo que en el espacio social se deben cuidar, pero en el artístico tiene que haber una libertad absoluta que debe de amparar a todos los artistas. Y luego, por contra, en las columnas y todos esos espacios sociales sí que puede existir cierta tolerancia porque hoy en día, sin tolerancia, es imposible convivir.

P. En el arte sí y en las columnas periodísticas no, ¿dónde se encontraría Charlie Hebdo?

R. (ríe) Pues sí es verdad que estaría un poco en el medio, aunque para mí ese es un espacio muy artístico. Cuando ocurrieron los asesinatos de Charlie Hebdo fui el primero que se echó las manos a la cabeza y me puse al cien por cien con la libertad de expresión, pero sí que es verdad que ellos comenzaron a sacar unas viñetas en las que Hitler violaba a Anna Frank, que estaba representada como una prostituta y le alentaba. A mí no me hacía ninguna gracia, pero traté de ser coherente y dije "si aquello me pareció normal, esto también me lo tiene que parecer porque es arte". Me mantuve en mis trece. Por eso hay que discutir qué espacios son artísticos y cuáles no. A mí aquello me hizo reflexionar.

"A Álvaro Urquijo se le recuerda por el 'Déjame' y a mí por el 'Kronen', pero siento gratitud porque sin esta novela nunca habrían venido las demás"

P. Todavía le siguen recordando que el 'Kronen' fue su 'ópera prima'. Andando el tiempo, ¿cómo lo ve usted?

R. Noto gratitud. Mucha gratitud. Cuando me vaya, yo desapareceré, pero quedará el 'Kronen'. A mí me gustaría que con el tiempo me vieran como a Francis Scott Fitzgerald, que la novela con la que cosechó más éxito en un principio fue con Tender is the night (Suave es la noche), pero con el tiempo fue con El gran Gatsby. De aquella época, por ejemplo, me quedo con Ciudad rayada, pero a lo mejor no ocurre. Yo me quedo con esa sensación de gratitud que antes te describía porque gracias al éxito de Historias del Kronen he podido dedicarme casi exclusivamente a escribir ficciones. Sin ella no habrían venido las demás. Eso es un privilegio absoluto y me quedo con lo bueno. Hay muy pocas novelas que al cabo de casi 30 años sigan vivas. Estoy agradecido a ese éxito. Te puede cansar un poco, pero es una satisfacción que la gente se siga acordando.

P. Me recuerda a una entrevista que le hice al pianista Dorantes antes de un recital en Granada en el que llegaron a decirle "toca Orobroy que es para lo que hemos venido". Él siempre muestra enorme gratitud pese a que considera que ha compuesto piezas mejores…

R. Pues mira, es un buen ejemplo. Uno escribe para una comunidad y el mayor éxito es que lo reciban y lo valoren. Lo triste sería que esto no tuviese ninguna repercusión. Evidentemente no puedes no estar satisfecho. La vida es así. Ha ocurrido muchas veces. De Álvaro Urquijo solo nos acordamos por el Déjame y Françoise Sagan por Buenos días tristeza. Son cosas que pasan y es un fenómeno ciertamente habitual, pero yo seguiré peleando para que alguna otra de mis novelas sea más conocida.







Comentarios

Un comentario en “José Ángel Mañas: "Lo que diga un rapero o el personaje de una novela nunca puede ser judicializable"

  1. Qué buena cabeza la de Mañas, hacen falta más pensadores sin ataduras como él, y qué buena cabeza la del entrevistador, hacen falta entrevistadores frescos y salaos como él.

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