RESPETAR con RESPETO

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Gente buena, buena gente casi siempre, con respeto | Foto: Gabinete
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Mi total respeto para las personas que arriesgan en sus proyectos o arriesgan sus trayectorias. Necesitamos una sociedad que respete más a los que arriesgan y que ignore mucho más a los mediocres que se dedican principalmente a bloquear y destruir. Y para ello, la humildad, una de las H que más nos gustan. La humildad es sabiduría, perspectiva, proporción, romper el modelo egocéntrico (ni soy tan importante ni el centro del mundo). El problema es que a veces la falta de humildad de algunos, junto a cierto ego les hace encumbrarse en una posición de prepotencia. Y claro el ego de algunos y la falta de RESPETO no les permite pensar que quien está delante a veces no concuerda con sus ideas. Son esos que consideramos responsables tóxicos.

Honestidad y humildad

Junto a la H de humildad, añado la h de honestidad para que se pueda entender su unión como el respeto a la verdad, a los hechos y a las personas; en otros sentidos la honestidad también implica la relación entre una persona y los demás, y de la persona consigo mismo. Y eso implica pensar antes de decir; reflexionar... Y plantearme cuál es HONESTAMENTE mi objetivo, previo a la entrada a una reunión, a una entrevista, a...

Los responsables humildes saben que lo importante es que la gente pueda crecer. Y la gente se siente crecer cuando aprende y cuando asume más responsabilidad. Aprender y respetarse son lo mejor que hay. Y desde una humildad militante que falta nos hace, puedan gestionar proporcionadamente el no-talento y contundentemente a los que se creen más que los demás y faltan al respeto. Sin respeto no hay comunidad. Drucker decía que es necesario ser intolerante contra la intolerancia.

El conocimiento de las propias limitaciones y debilidades abre las puertas a una humildad sincera. Implica dar ejemplo. Y en la búsqueda de las mejores personas, de los mejores profesionales, es importante buscar tres cualidades: integridad (la básica y fundamental), inteligencia y energía. La honestidad debe ser la base fundamental, en la que supone también la coherencia como referencia que vertebre nuestra acción. Cuando alguien del equipo ha hecho un buen trabajo, debemos asegurarnos de que lo sepa. No hay cosa más estimulante que un reconocimiento sincero por un trabajo bien hecho para hacerle crecer, retarle y emocionarle, desde el respeto y el plus que supone el ‘salario emocional’.

Necesitamos responsables humildes que también sean intolerantes contra la altivez que ofende. Y finalmente, los directivos humildes no necesitan decirlo todo, hacen de la brevedad una forma de respeto a los demás. Procuran no ocuparles demasiado espacio, saben que su gente también tiene trabajo. Respetar a tu gente significa no convocarles a cualquier reunión. En un líder, esto significa aceptar que no tiene todas las respuestas y elegir y recompensar a los miembros del equipo que pueden aportar sus propias fortalezas e ideas a la mesa, porque de la suma de muchos se consigue el éxito.

Aprender a aprender

Aprender es un proceso que viene programado en el cerebro de todos los organismos. Es la base de nuestra supervivencia como personas, como lo puede ser, comer, beber o la propia sexualidad. Aprender y memorizar en su esencia significa hacer asociaciones de eventos que producen cambios en las neuronas y sus contactos con otras neuronas en redes que se extienden a lo largo de muchas áreas del cerebro. Y, en su esencia, todos los cerebros usan los mismos mecanismos neurales de aprendizaje. Aprendamos a aprender. Y para ello, desaprendamos.

Todos quisiéramos que nuestra vida estuviera llena de hermosos momentos, de paz y alegría, sin embargo, las adversidades se pintan en distintos lienzos y en todos los espacios y solemos sufrir cada quien en aquello que más le sensibiliza. Muchas veces nos derrumbamos sin remedio, nos abatimos por circunstancias que en su mayoría no comprendemos, y es que el dolor jamás encuentra justificación, solo pensamos en injusticia, y en que no somos merecedores de lo que nos ocurre en algunos momentos. Las adversidades forman parte de la vida, no estamos exentos de ellas, no somos ajenos al sufrimiento, pues es un canal de aprendizaje, incluso más directo que la misma felicidad, por lo que aceptar, abrazar y superar lo que nos sucede en las adversidades, es vital para trascender la experiencia. Aceptar, quizás las parte más difícil frente a una adversidad, es entender que negar una cosa no va a hacerla desaparecer, que únicamente aceptando lo conseguiremos.

Porque cualquier niño/a comienza a aprender desde el mismo momento del nacimiento, si no antes. Aprende en los primeros años a través de la imitación, la atención compartida y la empatía. Los padres, con su lenguaje, su conducta y, con ella, el respeto a ciertos valores y normas, moldean, cambian la estructura del cerebro del niño/a de una forma casi definitiva y, por tanto, su futura conduc­ta. Los y las maestras colaboran en ese proceso de manera esencial.

Y es que se pierde el respeto a esta gente altiva e intolerante porque se deja de confiar en su capacidad o en su manera de ser. Y es que el 49% de ”la ciudadanía denuncia las “faltas de respeto” como la principal lacra procedente de los mandos altivos y mediocres, junto a “prepotencia”, escogida por un 37%, “incompetencia” (por un 29%), “falta de apoyo” (por un 28%) o “ausencia de trato humano” (por un 25%) completan este cuadro presente en muchos de los jefes que tenemos.

Escucha, amabilidad, empatía y respeto

Ante esta visión, es importante trabajar desde la perspectiva de utilizar ese conjunto de palabras como son comunicación, respeto, empatía, motivación, ESCUCHA activa, formación, honestidad, toma de decisiones, adaptación al cambio y coherencia, junto a otras palabras con h, para que nos ayuden a que la humanización sea una clave en el cambio. Todas estas palabras son importantes, y entre todas ellas, elijo la palabra ESCUCHA.

Escuchar a los demás es prueba de empatía y respeto, claves para crecer y estar en paz. Querer tener razón es la enfermedad crónica de la humanidad, seguramente una de las causas que han enfrentado más a las personas, las naciones y las religiones organizadas del planeta. La posesión de las personas por sus propias ideas es siempre una causa de sufrimiento. Escuchar con interés a las personas, aunque lo que digan esté en contra de la propia opinión, es la prueba máxima de la empatía, el respeto y la aceptación, claves todas ellas para ser mejor.

Esperemos que la amabilidad pueda ser la idea más revolucionaria, ya que tiene el poder transformador de las personas que llevan la sonrisa puesta, que transmiten optimismo, que nos hacen reír, que por donde pasan mejoran el ambiente.

MADUREZ EMOCIONAL para el RESPETO

La madurez emocional, cómo explican en la mente es maravillosa, no es una entidad normativa que se alcance a determinada edad. Nuestro entorno está lleno de personas adultas que alcanzan el éxito profesional mostrando la gestión emocional de un niño pequeño. Es un despertar a la autoestima, a la empatía y a esa vida social basada en el respeto, fundamental siempre y más en estos momentos.

Respeto, aprendizaje, saber abordar la adversidad y tener la amabilidad como regalo: cuatro aspectos de la VIDA. Una buena persona es aquella en la que puedes confiar de verdad, al ser responsable, firme y que tiene muy claro que el respeto es un elemento básico en las relaciones humanas. Mi dilema ante la situación que vivo es adaptarme, apartarme o intentar ser el cambio en esta situación tan desagradable del trabajo.

La realidad es que creo y pienso que es buena y necesaria la discrepancia y el confrontar ideas siempre desde el respeto. El problema es que a veces la falta de humildad de algunos, junto a cierto ego les hace encumbrarse en una posición de prepotencia. Y claro el ego de algunos y la falta de respeto no les permite pensar que quien está delante a veces no concuerda con sus ideas. Son esos que consideramos responsables tóxicos.

Además de la honestidad, la comunicación, la humildad, la coherencia y la integridad, el sacrificio también ha sido una virtud a destacar. Espíritu de sacrificio y capacidad de superación son dos activos muy importantes.

Se trata, pues, de fomentar esos valores. Ir más allá en las cualidades personales es básico: la responsabilidad, la transparencia, el respeto y, en definitiva, los valores. La reputación de una marca personal hoy en día puede incluso observarse hasta en las redes sociales, porque tener una presencia digital de acuerdo a unos parámetros morales correctos no es algo menor en nuestros días. Trabajémoslo. Es necesario, casi imprescindible. Siendo siempre buena persona para ser un buen profesional.

Gente buena, buena gente casi siempre, con respeto.







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