Un equipo, más de 8.000 almas y una última oportunidad para seguir soñando

Con un Palacio lleno y con la buena dinámica de las últimas jornadas, el Covirán Granada luchará por una victoria que les permita seguir siendo equipo de ACB

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Celebración de Covirán Granada tras la victoria ante Casademont Zaragoza | Foto: ACB Photo
Ainoa Morano
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Ya no quedan balas en la recámara. Las oportunidades se han acabado. Este miércoles, el Covirán Granada luchará por seguir siendo equipo de ACB una temporada más. Cuando caiga la noche en la ciudad de la Alhambra, el destino habrá marcado sentencia para los rojinegros. Todo o nada. Cara o cruz. Salvación o descenso. Todo se decidirá en el Palacio de Deportes, ese mismo escenario que hace un año y once días vio a la misma plantilla tocar el cielo con su ascenso a la máxima categoría del baloncesto español y que este miércoles deberá pelear hasta el último segundo para no bajar a los infiernos.

Las cuentas para prolongar el sueño de la ACB son claras. Hay que vencer a Joventut Badalona y esperar a que Betis pierda ante el Real Madrid en el Wizink Center. Todo resultado que se salga de estos dos condicionantes supondrá el regreso del Covirán Granada a la LEB Oro.

Tenía razón Pablo Pin cuando allá por el mes de octubre comenzó a decir eso de "esto se decidirá en la última jornada". En aquel momento, con cinco victorias en el casillero de ocho partidos disputados esa afirmación parecía demasiado pesimista. Se soñaba con la Copa del Rey, la salvación una certeza, pero la cruda realidad golpeó a los rojinegros cuando mejor se sentían en la competición. Lesiones, un ciclo de derrotas sin fin, fichajes... La temporada de Covirán Granada se podría definir como una auténtica montaña rusa de emociones, aunque también se distingue por una palabra que da sentido a todo. Fe. Esa creencia de que el objetivo se podría conseguir, esa confianza en el equipo, en el cuerpo técnico y en la afición para lograr llegar vivos a la última jornada.

Esa fe es la que Covirán Granada necesitará este miércoles para enfrentarse a Joventut Badalona. Porque a estas alturas de la competición el planteamiento táctico es importante, claro que sí, pero como dijo Porfi Fisac tras perder ante los granadinos hace unas semanas. "Han querido más la victoria que nosotros". Ahí estará la clave. Esto ya no va de rebotes, de triples o de posesiones. Esto va de querer el triunfo más que nadie. De confianza. Esa confianza en sí mismo que tuvo Joe Thomasson ante Real Betis o la de Luke Maye ante Zaragoza. Esa confianza de Lluís Costa, Thomas Bropleh, Pere Tomás... y así hasta completar una plantilla que sigue creyendo, ahora más que nunca en la salvación.

A ellos se les unirá un Petit Niang preparado para su último baile de la temporada. El pívot senegalés se lesionó en el encuentro ante Lenovo Tenerife y, desde entonces, no ha vuelto a pisar el parqué. Tras tres jornadas apartado de las pistas, Niang regresa a la convocatoria para acompañar a un Youssou Ndoye que por fin está brillando para frenar el juego interior de Joventut Badalona liderado por Ante Tomic.

Faltan palabras describir la calidad del plantel dirigido por Carles Durán. Joel Parra, Ante Tomic, Andrés Feliz, Pau Ribas, Kyle Guy... Una plantilla de quilates que no regalará nada, que venderá muy cara la victoria. Primeros en rebotes, con 38,15 de media por encuentro; terceros en rebotes defensivos con 27,36; tercer equipo con mejor promedio de tiros de dos anotados por encuentro con 21,97 canastas de media y segundo equipo con mejor porcentaje de acierto desde la línea de personal con un 78,22%. Casi nada.

Aun así, como dijo Pablo Pin este pasado martes en su rueda de prensa previa a este duelo, "no hay que fijarse en los demás". Poco importa lo que se juegue Joventut, Betis o Real Madrid. Lo que ocurra en el Wizink Center. Lo único a lo que hay que prestarle atención es a lo que ocurra en el lado granadino.

"Debemos estar muy bien en el rebote y ser capaces a nivel mental de estar tranquilos. El partido no se gana en el minuto uno. Se trata de ir construyendo poco a poco la victoria, de tener paciencia y de esperar nuestro momento. Hay que llegar al final del partido con oportunidades de victoria. El inicio lógicamente es importante, se ha hablado mucho de cómo empezamos el partido, pero quiero destacar la capacidad de reacción del equipo. Tenemos que ser capaces de jugar con tranquilidad", explicaba Pablo Pin este pasado martes.

Calma, paso a paso, pero sin perder de vista el objetivo. Solo vale la victoria. Covirán Granada no estará solo, contará con más de siete mil voces, siete mil almas que tratarán de llevar en volandas a una plantilla rojinegra que merece la permanencia, que quiere la salvación y que luchará por ella hasta el último aliento. El sueño sigue vivo.







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