La peor pesadilla del Covirán se hace realidad en el día de gloria de Breogán (84-85)

Los rojinegros optaron a la victoria hasta el último segundo, pero el no hacer falta en la última jugada los condena a un derrota que pone en aprietos la salvación

Coviran Granada Rio Breogan
David Kramer y Sergi García en el encuentro de la Jornada 31 disputado en el Palacio | Foto: Antonio L. Juárez
Ainoa Morano
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En los últimos siete días, la palabra final ha intentado alejarse lo máximo posible de los pensamiento del Covirán Granada. Si se ganaba no se descendía y si se perdía no se acababa la liga. Esta frase se ha repetido hasta la saciedad, pero a la hora de la verdad, el conjunto rojinegro saltó al parqué del Palacio de Deportes con la actitud propia de toda una final por la permanencia. Aunque a veces la actitud no es suficiente. La suerte no sonrió a un Covirán que tuvo en su mano llevarse el partido hasta el último momento, pero que cometió fallos imperdonables que lo llevan a complicarse la vida más de lo deseado.

Defensa y cuidar el rebote, las dos grandes máximas que el Covirán llevó hasta la casi excelencia en los primeros compases del partido. Costó anotar la primera canasta, pero una vez Cheatham abrió la lata, los puntos llegaron de todas las formas y colores para un plantel granadino que ya gritaba que quería quedarse en la ACB. Dos triples consecutivos de David Kramer y una canasta de Cheatham llevaron a Veljko Mrsic a para el encuentro por primera vez. No era tanto el 12 a 5 que lucía en el marcador, sino la evidente superioridad de su rival. El nivel de intensidad propuesto por los rojinegros en defensa asfixiaba a un conjunto gallego que veía como prácticamente cada ataque terminaba en un robo de los granadinos o en un lanzamiento errado para desembocar en rebote para los locales.

Se mantuvo Covirán Granada en su línea de intensidad propuesta con los cambios aunque el acierto de cara al aro ya no brillaba en exceso. Se embarró levemente el encuentro entre ataques fallidos y faltas, una situación en la que el Breogán se mueve como pez en el agua y aprovechó para, sin hacer demasiado ruido, ir recortando distancias en el marcador. La energía de Jacob Wiley, peleando cada balón como si se tratase de la última posesión del encuentro y la victoria dependiese de ello, no fue suficiente para evitar que los lucenses se pusiesen a tan solo un punto (18-17).

No empezó con mejor pie el segundo acto. Un 0-6 de inicio, que sumando al desenlace del primer cuarto se convertía en un parcial de 2 a 14 cambió la balanza del liderazgo en el partido, concediendo a los visitantes su primera ventaja real del encuentro. Con el 18 a 23, Pablo Pin paró el juego, y eso que tan solo habían transcurrido tres minutos del cuarto. Las sensaciones no eran buenas. El Covirán seguía peleando en cada jugada, mantenía su actitud en defensa y su agresividad en la lucha por el rebote, pero cada ataque, cada lanzamiento que efectuaban los rojinegros acababa de una forma o de otra siendo escupidos por el aro. Mientras tanto, Polite se colgó la medalla de héroe para, desde el tiro exterior, ir cosechando un colchón de puntos que se hizo peligrosamente más grande con el paso de los minutos. La diferencia en el criterio arbitral también influyó. A falta de 4:22 para el descanso, los de Pablo Pin ya habían entrado en bonus, mientras que Breogán tan solo sumaba una.

El Palacio disminuyó sus decibelios conforme el cronómetro corría y la distancia en el marcador no se reducía. Por momentos, solo el flopping de Sergi Quintela y sus continuas quejas arrancaron una sonora pitada a las más de 8.000 personas que acaparaban las gradas del pabellón del Zaidín. Los puntos para los locales llegaron, en primera instancia desde el tiro libre de la mano de Lluís Costa y de un Scott Bamforth que se convirtió en el líder ofensivo que tanto necesitaba el Covirán. Tras mucho remar, el marcador se colocaba en el 36 a 40 gracias a los 11 puntos del escolta. Sin embargo, Polite continuó haciendo de las suyas y una falta en ataque incomprensible señalada a Malik Dimé dio una última posesión a los gallegos que Momirov convirtió en un nuevo triple para el 36 a 45 con el que se marcharían al descanso. El 3 de 8 en tiros de dos y el 2 de 8 en triples dejaba a los de Pablo Pin en una complicada situación de cara a la segunda mitad.

De regreso a la pista, el Covirán Granada encontró en David Kramer y Jacob Wiley los líderes morales y de anotación que necesitaba para afrontar el mal momento que vivían en esta final por la permanencia. Aunque los primeros minutos mantuvieron la tónica del final del segundo cuarto, con el balón no queriendo entrar para los rojinegros, el alemán fue hallando los espacios necesarios para ir sumando unos puntos que levantarían poco a poco el ánimo de sus compañeros. Aunque lo que realmente hizo entrar en el partido al Covirán fue el criterio arbitral. Cuando se pasa de una clara falta a favor a una falta en contra en la misma jugada, la rabia te consume y puede hacerte caer o levantarte con más fuerza.

Los rojinegros apostaron por lo segundo. Capitaneados por Wiley y Kramer, los de Pablo Pin se reencontraron con su acierto desde el tiro exterior y volvieron a dominar hacerse grandes en la pintura para dejar el marcador en una distancia de cuatro puntos. La balanza tornaba poco a poco a favor de los locales, pero el entrar en bonus a falta de cuatro minutos para acabar el cuarto mientras el rival solo cuenta con dos nunca ayuda. Si a esto se le suma que el destino o la suerte no querían sonreír a los granadinos, todo se complicaba. Christian Díaz se botó el balón en el pie y no pasó el medio cambio en el tiempo establecido. Cheatham logró capturar un balón que podría dar la última posesión a los suyos, pero el pase largo acabó en manos de Sergi García y en un posterior triple de Robinson que devolvía el +9 a Breogán. Paró el partido Pablo Pin. El partido se iba por momentos. Entraron de nuevo Valtonen y Bamforth a pista y se desató la locura. Una antideportiva de Sergi Quintela sobre Valtonen, precedida de una canasta de Felicio permitieron a los rojinegros colocar el 60 a 61 en el luminoso. Se las prometía felices el Covirán, pero otra vez un triple sobre la bocina, esta vez de Sergi García abría un poco más la brecha (62-66).

Solo quedaban diez minutos de una batalla que pintaba demasiado mal para el Covirán Granada. Anthony Polite continuó siendo el gran líder breoganista, pero los rojinegros encontraron la forma de penetrar la férrea defensa visitante. Casi al borde de la posesión y siempre con Lluís Costa o Felicio como protagonistas, los granadinos apostaron por una penetración agresiva a canasta que les dio buenos resultados. El balance de faltas se equilibró concediendo a Covirán unos tiros libres que lo llevaron al 72 a 71. Por primera vez en demasiados minutos, los locales tomaban la delantera en el marcador, pero dos malas decisiones rojinegras echaron por tierra todo lo conseguido. Una antideportiva de Elias Valtonen y un balón perdido de Felicio cuando el rebote cayó prácticamente en sus manos devolvió la ventaja a Breogán.

Golpe y remontada. Golpe y remontada. Así pasó el Covirán gran parte de su final por la permanencia, pero los golpes fueron más fuertes que las ganas de llevarse el partido. Pérdidas cuando menos debían producirse, pases por la espalda que nunca debieron ocurrir sentenciaron a un Covirán Granada que nada pudo hacer ante el dia de gloria de Breogán y las decisiones de los colegiados. La ilusión por la victoria se mantuvo hasta el último segundo con tres triples de Bamforth, Cheatham y Kramer que dejaban el 84 a 85 en el marcador. La última posesión fue para Breogán e inexplicablemente, ningún jugador rojinegro hizo falta. Con un segundo y tres décimas en el marcador, el Covirán intentó un triple a la desesperada que quedó en absolutamente nada. La peor pesadilla de los rojinegros se hizo realidad, su final por la permanencia se transformó en derrota. La salvación se complica un poco más.

Ficha del partido:

Covirán Granada: Felicio, Cheatham, Costa, Kramer, Tomàs - quinteto inicial - Dimé, Rousselle, Bamforth, Valtonen, Díaz, Iriarte, Wiley

Río Breogán: McLemore, Momirov, García, Fernández, Nakic - quinteto inicial - Polite, Robinson, Jogela, Sahko, Sajus, E.Quintela, S. Quintela

Parciales: 18-17; 18-28 - descanso - 26-21; 22-19

Árbitros: Fernando Calatrava, Javier Torres, Alberto Baena

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 31 de la Liga Endesa disputado en el Palacio de Deportes con 8.283 espectadores.