La solidaridad entre territorios, amenazada

Cada mes de diciembre, el mundo conmemora el Día Internacional de la Solidaridad, destacando la importancia de este valor fundamental para la cooperación y el bienestar de las naciones. Sin embargo, desde la perspectiva andaluza, esta celebración se tiñe de preocupación en un contexto político que plantea desafíos significativos para la solidaridad interterritorial en España.

El Gobierno de Pedro Sánchez , investido gracias al pacto con partidos independentistas y la pérdida de valores de los que siempre se había presumido en la izquierda haciéndolos bandera , suscita inquietudes palpables sobre la cohesión y la igualdad en España.

La investidura del presidente Sánchez, a la que se llegó gracias a acuerdos parlamentarios con partidos que abogan por la independencia, plantea un costo elevado para Andalucía.

La alianza con formaciones políticas que representan a élites sociales y económicas, especialmente en Cataluña, genera dudas sobre la equidad y la justa distribución de recursos para Andalucía. La ruptura del principio de solidaridad interterritorial, esencial para la redistribución de la riqueza en España, suscita la pregunta inevitable: ¿dónde han quedado los valores históricos de los que ha hecho bandera la izquierda, como la solidaridad, la igualdad y el progreso, de los que siempre había presumido?

La investidura de Sánchez supone una desventaja económica para Andalucía. La preocupación se centra en la posible falta de recursos para proporcionar servicios básicos de calidad a los andaluces, afectando directamente su bienestar y desarrollo. En este contexto, surge la cuestión fundamental: ¿justifica la búsqueda de un gobierno coyuntural renunciar a principios fundamentales, como la solidaridad interterritorial?

La solidaridad interterritorial se ve amenazada cuando se permite que comunidades más ricas no contribuyan equitativamente a la bolsa común de impuestos. Esta situación plantea un dilema crucial sobre la distribución de la riqueza y sus implicaciones para el conjunto de la nación. ¿Cómo se garantizará la equidad si se quiebra este principio esencial?

Los andaluces no pueden ser meros espectadores en estos acuerdos políticos. Es imperativo que defiendan activamente su posición en el contexto nacional.

La voz de Andalucía no va a ser silenciada, y la defensa de los principios de solidaridad, igualdad y progreso debe ser una prioridad en la agenda política andaluza.

Concluyendo, la situación actual plantea desafíos significativos para la solidaridad desde la perspectiva andaluza.

La defensa de los principios fundamentales no debe ser sacrificada en aras de acuerdos políticos temporales que solucionan investiduras hoy, pero generan incertidumbres mañana.