Doce regalos de palabras saludables para estos próximos doce meses

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Querría dedicar estos 12 regalos a personas que necesitan cambios para que el 2022 les ayude a mejorar su vida plenamente.

A mi me gusta decir felices Reyes (y Reinas), para que estén llenos de gente buena, que sume y que ponga entusiasmo a la vida, que pida perdón y perdone, que utilice palabras que curan y cuidan, con confianza, con creatividad, con gratitud, generosidad y optimismo.

Aquí mis 12 regalos con reflexiones de estos últimos 12 meses que han pasado por mi cabeza y mi corazón que he resumido en estas 12 ideas:

El primero para enero es, sin duda, dedicado a esas personas que este año he comprobado que necesitan, para mí, ser buenas personas. La importancia de ser además de buen/a profesional, ser buena persona, porque nadie puede ser mejor profesional que persona. Las competencias emocionales nos convierten en mejores profesionales, porque la emoción es la energía que mueve el mundo. Siendo siempre buena persona para ser cada día mejor profesional. Gente buena es buena gente casi siempre.

Quiero para febrero que esta buena gente sea, además, feliz. Es la importancia de la felicidad de la gente con la que comparto mi vida y mi trabajo, teniendo claro en valorar lo que tenemos sin esperar lo que nos falta y viviendo el presente. Para conseguir la felicidad, me gusta añadir un verbo a nuestra manera de hacer: 'RecoNoceR' añadiéndole el valor de la gente que suma: la gente que suma lo que hace es sonreír, ayudar a los demás, con energía positiva, poniendo corazón a los detalles, ser personas arrolladoras, con los que nos sentimos muy a gusto y, además, lo logran sin aparente esfuerzo, con un denominador común, que es mi tercer regalo para marzo: el entusiasmo que mueve el mundo, que es la energía que nos lleva hacia la felicidad, que es sentir interés y placer al hacer las cosas, que es sustituir una actitud pasiva a una activa y motivada, que es hacer todo con un buen ánimo y que resulte agradable cumplir lo que hacemos, que es perseguir los sueños y no abandonar el camino que lleva hasta ellos. El entusiasmo es la pasión por hacer lo que realmente nos motiva. Vivir esta energía conlleva una actitud de ilusión y apertura ante lo que se nos presenta. Vivir con entusiasmo significa elegir explorar, mantener la ilusión, abrirse a las emociones y a la capacidad para experimentar. El entusiasmo es una forma de ver la vida, una actitud que nos ayuda a motivarnos y afrontar las situaciones que se nos presentan.

El cuarto regalo para abril va de verbos que ayudan a avanzar y poder dar la mejor versión profesional y personal con palabras que curan como perdón. Me parece curativo hablar del perdón. Me parece útil ser humilde y pedir perdón cuando nos equivocamos. Me parece necesario trabajar para cuidar a la persona a la que hemos pedido perdón. Perdonar no es renunciar, no es tirar la toalla, no es consentir…Perdonar no es olvidar, es aprender a pensar mejor entendiendo que no estamos obligados a facilitar una reconciliación, sino a aceptar lo sucedido sin sentirnos “débiles” por dar ese paso. Perdonar es comprender, es empatizar, es dejar a un lado las emociones negativas, es pensar qué serías tú en las circunstancias vitales del otro, cómo habría sido tu camino si lo hubiera recorrido con sus zapatos. Perdonar es abandonar el rol de víctima, ese papel que nos consuela en momentos de desesperación, pero que nos impide avanzar. Perdonar es liberarnos de muchas cargas que no merecemos llevar de por vida. Necesitamos perdonar la incomprensión, la falta de herramientas para entender la diversidad, los reproches por exigir nuestros derechos, los diagnósticos poco acertados...

Ya el quinto regalo de mayo va de la importancia de curar, acompañar y acariciar con las palabras, teniendo cuidado con la cultura del envase y con no dar la adecuada importancia al contenido.

A ese quinto le añadimos el sexto de junio con la sencillez. La sencillez también está presente en la forma como nos relacionamos con los demás. Una persona que cuenta con esta extraordinaria virtud es muy respetuosa consigo misma y con los otros. Se acepta y, por lo tanto, acepta a los demás. Lo uno va unido a lo otro. La sencillez es una cualidad de personas extraordinarias. La sencillez no quiere decir conformismo. La sencillez nos ayuda a caminar más ligeros por la vida. La gente auténtica se une entre sí y descubre más allá de la realidad un mundo de cariño y honestidad con el que solventar cualquier situación que parezca complicada. Y es que me gusta mucho lo simple: un abrazo, un gracias, un “cuídate”, un perdón. Es importante poner de moda “rescatar” el valor de lo simple. Es el poder de lo simple, el poder de las emociones y la inteligencia, ese poder inigualable. Es la belleza de la sencillez en los actos cotidianos.

El verano con julio y el séptimo regalo nos lleva al alma con h y con toda la confianza del mundo. Y quitando la frase tóxica de que la confianza da asco. Y tener confianza es básico en la vida. Y sobre todo siendo honesto con uno mismo, siempre; quitando (o trabajándosela) gente tóxica y rodeándose de gente buena, que derroche bondad y emociones positivas, como claves para conseguir que la confianza tenga un peso en nuestras maneras de hacer y pensar y, por tanto, signifique creer en uno mismo. Y es que la confianza es un elemento básico en la construcción de relaciones adecuadas. Y cuando el conflicto se instala es necesario ir ganando cuotas de confianza, para ir desescalando la tensión.

Agosto a gusto con el octavo regalo. Algunas veces se gana, otras se pierde y siempre se aprende. Y la importancia de aprender, viviendo con creatividad, con calidad, sin miedo al cambio, trabajando en equipo y tomando decisiones participadas. Ser curioso te hace, sin duda, más deseable. La curiosidad es clave para la creatividad. Y sin curiosidad, no hay creatividad. A mí me gusta ser curioso en un entorno de un cambio de época en la que el éxito no tiene tanto que ver con obtener todas las respuestas como si fuéramos una wikipedia, sino con cuestionar el entorno y hacer las preguntas adecuadas. Preguntar y cuestionar son claves de éxito.

El noveno mes nos da el regalo de septiembre. Con un proyecto que enfoque en las cosas importantes para una mejor salud, con un enfoque salutogénico, de activos en salud y siempre desde la perspectiva de los determinantes sociales de la salud para disminuir las desigualdades. Poniendo a un lado a las personas que no acepten la palabra encima de la mesa, que no quieren oír ninguna crítica, que no les parece bien ningún comentario ajeno a sus planteamientos, que no creen oportuno la divergencia, que no valoran el conocimiento experto... También será por lo del síndrome de alta exposición que nos habla de que cuando las personas destacan demasiado en algún área generan odio en los demás, odio más bien relacionado con el hecho de que el éxito de los demás hace que las propias limitaciones se hagan más visibles. Quitar, por favor, del decir y hacer, las palabras como odio, veto, exclusión, olvido... En un entorno en el que el conocimiento, la sabiduría y la bondad son claves para enseñar. Y la enseñanza es bueno que esté siempre asociada con la serena sabiduría.

Octubre es el décimo regalo. Y para este mes es necesario trabajar la gratitud y el altruismo. La gratitud es una herramienta poderosa para sentirnos bien con nosotros mismos. La gratitud nos puede ayudar a superar traumas y estrés, aumenta nuestra autoestima y nos ayuda a disolver las emociones negativas. La mayor expresión de gratitud es el altruismo: hacer el bien sin esperar nada a cambio. Numerosos estudios han demostrado que la solidaridad está directamente relacionada con el bienestar, la salud y la longevidad. Los actos de bondad hacen que nos sintamos bien con nosotros mismos y las emociones positivas que generamos hacen que tengamos una mayor capacidad de recuperación.

Llegamos a noviembre con el onceavo regalo, donde a pesar del frío, es importante y necesario ser optimista porque las personas pesimistas no son peores personas, pero de forma casi inconsciente tienden a generar un entorno desmotivador que no es beneficioso ni para ellos mismos ni para la gente que les rodea. Si queremos mejorar como personas y ser más felices, debemos trabajar nuestra actitud frente a la vida. La felicidad no es una meta, es un estado que debe entrenarse todos los días. Si no buscamos una lectura optimista de las cosas, contagiaremos la infelicidad. Los pensamientos moldean las emociones. Yo decido y yo elijo qué emociones reforzar. Y en ese entorno, la ética, el compromiso o la confianza son valores que se generan en el día a día, en lo ordinario, en el quehacer laboral, en la vida y este es el entorno que genera brillantes críticos. La ejemplaridad resulta hoy más que nunca un imperativo de las organizaciones. El ejemplo es básico y fundamental. Y, por tanto, la bondad discreta y cotidiana lucha contra la chapuza y la mediocridad, tan presente en nuestros días. Ser un ejemplo de coherencia entre lo que se propone y la manera de conseguirlo es clave en la honestidad de quien lo hace. Ser ejemplo para poder marcar el camino es porque el ejemplo no es lo principal para influenciar a otros: es la única cosa.

Y el mes de diciembre, es el mes de la generosidad. Cuando hablamos de generosidad nos referimos a la inclinación a dar y compartir sobre el propio interés o la utilidad. Hay quien dice que "generosidad es dar lo que tienes a otros que lo necesitan”, “anteponer las necesidades de los demás a las de uno mismo”, “compartir lo que tienes”, “ayudar”, “la virtud de ayudar sin esperar nada a cambio” o cosas por el estilo. La generosidad es una actitud. La persona generosa lo que sabe es compartir. La generosidad es una manera de entender la vida, más allá incluso de una mera habilidad. Está relacionada con la capacidad de cuidar a los que nos rodean. La generosidad no solo se centra en cuestiones materiales, sino también con respecto al tiempo o a los afectos. Parte de una concepción positiva del mundo, en la que creo firmemente: seré más feliz en la medida que comparta. Y, por tanto, la generosidad es una cualidad ligada a dar a los otros cosas que tienen valor, en un acto en el que sientes algo valioso por el hecho de dar.

Gracias a quien los quiera usar e incluso regalar. Yo, muchos de ellos, los he cogido prestados. Ojalá os sean útiles los regalos. Buen 2022.







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