Mandando desde lejos

Reapertura comercios en Granada Carlos Gijon _-6
Antonio Somoza habla en su artículo sobre la designación de Granada como Zona de Gran Afluencia Turística | Foto: Archivo GD
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Cuando comenzamos con esto de las autonomías y, sobre todo, la andaluza, la capital, el centro neurálgico de toda la historia debió ser -alguien lo pensó y casi lo consigue- Antequera. Está a la mitad del camino de casi todas las ciudades de provincia y así se pueden ver los temas con más tranquilidad y mejor perspectiva. Pero no, se escogió Sevilla, en una punta, y ahí sí que cambia la cosa cuando se trata de hacer un análisis de lo que ocurre, o puede ocurrir en la zona más distante, lean como ejemplo, Almería o Granada.

Y, después, hay algo que el que manda, porque lo votaron, aunque en realidad la mayoría votó al partido y la lista casi nadie la ve con detalle, no se ha enterado de que la barra de un bar es el peor sitio para hablar de lo que no se debe, sobre todo, cuando tratas temas que no son los tuyos y sí de los votantes o de las ciudades que están involucradas.

Ocurre así que el que escribe está tomando café con tranquilidad, cercanamente hay unos señores emperifollados y con pinta de ejecutivos, aunque alguno con edad pasada, y están hablando de Granada. Y uno pone la oreja, se entera de algunas cosas y, aunque no sabe de lo que va el tema, sí entiende que hay de nuevo un encontronazo entre los que mandan al lado de la Giralda y lo que están disfrutando del mayor espectáculo arquitectónico del mundo que es la Alhambra.

Pero uno es vicioso por profesión y entiende que hay algo que se llama, o se llamará, que en política nunca se sabe si existe o existirá, Zona de Gran Afluencia Turística, y que se trata de una guerra en ciernes sobre horarios de comercios y diferencia de opiniones entre mandamases y mandados. Me entero a pedazos, pero lo que sí me queda claro es que los que están en la barra no aceptan los cambios que pida un ayuntamiento, que la zona la han declarado ellos, que son los que mandan o no lo que más saben, y que digan lo que digan por allí tan lejos, se hará lo que la excelsa Junta diga y se acabó.

Hay uno, el mayor en apariencia, que advierte que el granaíno, él vivió allí creo entender, es muy suyo, tiene malafollá y luchará por imponer sus ideas, y hay otros tres que opinan que eso es leyenda, que hay que obedecer y que bastante tienen con la Alhambra, la sierra y otras cosillas que de vez en cuando alcanzan.

Han pasado varios días, y en este medio me entero de que lo que anticipaban es verdad, y que unos dicen que sí y otros que no, y que el Ayuntamiento ya avisa de que, si la vía administrativa no vale, se irá por la vía judicial. Porque se trata, según me he enterado por aquí, de que los negocios que están en la zona mencionada tendrán libertad para fijar días y horas de trabajo y desde Sevilla se piensa que eso solo afectará a los que estén en Alhambra, Generalife y Albaicín.

El resto no debe ser importante para los ‘dueños’ de la Junta, que está a más de doscientos kilómetros.

O sea, que volvemos a estar en otra. La última fue cuando Coruña ganó a Granada y recuerden que la delegada dijo aquello, más o menos y no es textual, de que se hacía mucho por Granada y no había que enfadarse. El alcalde dijo de preguntar y recuerden que yo me atreví a indicarle que podía hacerlo, pero que la respuesta no la veía yo de ninguna manera, aunque siendo un dialogo entre políticos, la cosa podía ser distinta.

¿Saben una cosa? Vergonzosamente volvemos a ver una película más que conocida y que sigo sin entender. Hay andaluces de una zona y andaluces de otra. Andaluces de los extremos y de otras zonas. Andaluces que no cuentan para casi nada y son vistos por los turistas e inversores como puntitos en el mapa a los que se deben visitar alguna vez. O sea, que no somos iguales en absoluto.

Por lo oído en un bar, por lo leído en estas mismas páginas, por la experiencia que uno tiene por la edad y la profesión, me atrevo a indicarle otra vez al alcalde que tome el toro por los cuernos, que no se arrugue y que mantenga las ideas del Ayuntamiento porque serán las de verdad.

El que conoce las necesidades es el que vive en Graná y no uno que a lo peor ni ha ido en su vida y mantiene aquello de si tienen…, pues ya tienen bastante.

Una pregunta tonta: ¿El granaíno que tiene plaza en la Junta, y cobra bien por ello, no defiende lo bueno para su ciudad?







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