El olivar granadino afronta una complicada campaña del aceite: "Partimos incluso peor que el año pasado"

La Federación de Cooperativas Agro-alimentarias sostiene que la llegada de lluvias es la única forma de paliar una situación "inédita"

Olivar granadino aceite
Las estimaciones de producción de aceite para la campaña granadina son muy negativas | Foto: Gabinete
Sergio Rodríguez Acosta
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Miles de agricultores granadinos inician estos días la campaña del aceite de oliva en la provincia. La Federación de Cooperativas Agro-alimentarias de Granada (Faeca) la ha calificado como "una de las más complicadas de los últimos años" por factores como la falta de lluvia o los elevados precios del producto. El representante sectorial del aceite de la federación, Rafael Almirón, asegura que “partimos incluso peor que el año pasado”. Asimismo, aclara que la única esperanza de que esta tormenta amaine es la llegada de precipitaciones, que ya serían tardías. Por el momento, las malas previsiones supondrán un descenso de la producción, cuyas consecuencias económicas son severas para Granada.

“Llevo 20 años en el sector y esto no había ocurrido en la historia porque tampoco se había dado la coincidencia de dos campañas malas consecutivas”, afirma Almirón. El presidente de Aceites Algarinejo relata desde su experiencia que “esto ha sido inédito. Nunca el aceite había llegado a estos precios ni en origen ni en el lineal”. “Si llegan las lluvias, los precios se puedan ir normalizando poco a poco”, añade.

“La única forma de que mejore la situación es la lluvia porque hará que el fruto, que ha estado estresado hasta hace diez días, se hidrate y coja aceite", detalla el representante, conocedor de los problemas que acarrean las circunstancias actuales. Almirón explica que la agricultura tradicional se encuentra "más saneada", pero en la intensiva se pueden dar casos en los que "no puedan acometer los gastos y pagar los préstamos por inversión o mejoras”.

Una producción reducida a la mitad

Las previsiones de la federación apuntan a que la campaña 2023-2024 puede sufrir una pérdida del 51% respecto a la media de las últimas cinco. En cifras, la caída va desde las 116.570 toneladas hasta la previsión de 56.500. La bajada en la producción trae consigo un efecto dominó para los ingresos y los jornales. La estimación de la federación señalan unas pérdidas económicas de 351,4 millones en la provincia, de los que 246 millones corresponden al sector cooperativo. Por otro lado, prevé que la reducción de jornales supondrá una pérdida de 31,6 millones que dejarán de percibir los jornaleros o trabajadores del campo granadino.

Rafael Almirón declara que desde la agrupación de cooperativas se está dialogando con la Junta de Andalucía para explorar posibilidades como el abaratamiento de los módulos, la reducción de las tributaciones o la opción de hablar con las entidades de crédito para "flexibilizar esos pagos o si puede haber alguna ayuda”.

Llamar al aceite 'oro líquido' no estuvo nunca tan justificado | Foto: Gabinete

Las dificultades que vive el olivar granadino no trae únicamente las preocupaciones al presente, pues la tendencia meteorológica es una amenaza para el futuro. “El cambio climático está aquí. Es cierto que para el cultivo del olivar, si esto sigue así, va a ser menos óptimo nuestro territorio", asevera Almirón en referencia a toda Andalucía.

La fórmula, que actualmente no se da, es bien sencilla: "La aceituna tiene sus épocas de floración y de maduración. Si en primavera no llueve y el fruto no cuaja no hay cosecha". El representante sectorial del aceite de la Federación de Cooperativas Agro-alimentarias también expone que las lluvias tardías generan que "el fruto luego no tiene el rendimiento que debe”. En otro punto se encuentran los cultivos de secano, que también necesitan "que le llueva de forma adecuada" para producir.

"Es una forma de vida de muchos pueblos"

Rafael Almirón manifiesta que el olivar “es el motor de muchas explotaciones andaluzas, pero también es una forma de vida de muchos pueblos”.  El portavoz recalca su preocupación por los cultivos del territorio y agrega que “tendríamos un problema grave muchísimas familias. Sólo a las cooperativas a las que yo represento son 36.000 agricultores, 36.000 familias en la provincia de Granada que viven del olivar”.

La experiencia de este productor de Algarinejo durante dos décadas está acompañada de mucha empatía con la población. “Cuando a un cliente le pones un producto al doble de precio es muy difícil explicarle porque ha subido tanto. Entiendo al consumidor. Llevo 20 años en este sector y siempre he apostado por la calidad y la identificación de un olivar”, declara Almirón. Además, reitera que los elevados importes se deben a la falta de aceite de oliva. "Aquí no se está enriqueciendo nadie”, defiende el representante, que ejemplifica con la posibilidad de que una producción baje de "2 millones de kilos de aceite a 800.000", una bajada incompensable a pesar del crecimiento de los precios. De momento, los agricultores del olivar granadino miran al cielo con la esperanza de que sus resultados de esta campaña no sean calcados a los de sus malas previsiones.







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