Todo sigue igual con Cacique Medina

El Granada continúa su caída libre pese a la llegada el pasado mes de noviembre del técnico uruguayo, todavía respaldado por el club

Real Madrid Granada CF
El entrenador del Granada, Alexander Medina, en el banquillo del Bernabéu | Foto: Antonio L. Juárez
Chema Ruiz España
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Paco López se despidió del granadinismo el pasado 27 de noviembre, con una sentencia que ha perseguido al club desde entonces: "Nuestro principal objetivo cuando estábamos en pretemporada era llegar al mercado de invierno", reconoció. Con el eco de sus palabras, tomó el mando de inmediato Alexander Medina, cuando el equipo, instalado en la penúltima posición de la clasificación, apenas había sido capaz de sumar siete puntos tras disputar 14 jornadas. Bajo su mandato, el cuadro nazarí ha jugado 12 partidos más desde entonces, pues el encuentro contra el Valencia fue aplazado. Además, llegó la ventana de transferencias y, con ella, una profunda reforma de la plantilla granadinista. En el casillero, sin embargo, solo siete unidades más. El plantel continúa penúltimo, en caída libre, y el corte de la permanencia le queda ya a diez puntos. Todo sigue igual con el Cacique.

El técnico uruguayo salió de La Cerámica señalado por la hinchada, aunque todavía conserva el respaldo del club. Fuentes de la entidad consultadas por este periódico sostienen que no se cuestiona en este momento la continuidad del charrúa, en la misma línea que apuntó el director deportivo, Matteo Tognozzi, en un desayuno informativo tras el mercado de invierno. "Le tengo mucha confianza a Medina porque le veo entrenar todos los días. Los resultados podrían ser mejores, pero hay muchos aspectos. Veo a un equipo que responde al entrenador y que sabe lo que quiere. La idea es que esté hasta el final de la temporada", respondió al ser preguntado por una hipotética destitución del Cacique si el rumbo no variaba. Una postura que eleva el enfado de la afición granadinista a cotas más altas.

El uruguayo intervino por primera vez contra el Submarino Amarillo en el minuto 63, cuando Bruno Méndez y Theo Corbeanu saltaron al campo en reemplazo de Piatkowski y Hongla. Para entonces, el electrónico reflejaba un contundente 4-0, a dos minutos de que Sorloth completara la bofetada sobre el rostro granadinista. El barco nazarí se hundía y su capitán no actuó hasta que ya no había solución. Un inmovilismo sorprendente durante la peor función del Granada en lo que va de curso, que además concluyó con la mayor goleada que ha recibido el conjunto rojiblanco en toda la temporada y una distancia abismal con el umbral de la salvación.

"Estamos muy fuertes como para poder cambiar la situación, el rumbo, y tratar de lograr el objetivo", sostuvo pese a todo Medina tras el encuentro frente al Villarreal, convencido de que el Granada "tiene con qué ilusionarse porque ha hecho buenos partidos" y de que el equipo "venía jugando bien, con una regularidad importante y un margen de mejora". Los números del conjunto rojiblanco desde su llegada, sin embargo, se alejan de esta imagen. Más allá de la puntuación, el cuadro nazarí ha encajado 21 goles, mientras que solo ha sido capaz de marcar nueve. Cifras con las que cae en picado hacia Segunda División.

Los récords negativos de este Granada argumentan el esperpento. El conjunto rojiblanco es el segundo más goleado de Primera División, con 52 tantos en contra, solo superado por el Almería. También es el equipo que menos veces ha empezado ganando en esta Liga, circunstancia en que se ha visto tan solo en cuatro ocasiones, y el que menos veces ha dejado su portería a cero, solo en un encuentro. Además, como apuntó el matemático y estadista Fran Martínez en redes, es el equipo que más minutos ha ido perdiendo en todo el campeonato. Datos que pesan y lo hunden de manera irremediable.