Arezo se quita la espina del gol

El uruguayo, que salió desde el banquillo en la segunda parte, se estrenó con la elástica rojiblanca para sellar el triunfo y reclamar un sitio en el once de Karanka

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Matías Arezo golpea el balón en la acción de su gol ante el Ibiza | Foto: Granada CF
Chema Ruiz España
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Matías Arezo llevaba siete minutos sobre el terreno de juego cuando Ricard Sánchez levantó la cabeza. Había recibido el balón en banda, sin un apoyo cercano recién cruzada la divisoria del campo. Escrutó el horizonte en lo que le encimaba el incisivo Suleiman y localizó un espacio a la espalda de la línea defensiva. Levantó la pelota con su pierna menos buena y el atacante uruguayo del Granada, más avispado que Goldar, comenzó a correr hacia ella. En dos toques, uno para controlar con el pecho y otro para impactar, la envió a la jaula, para amarrar los primeros tres puntos del conjunto rojiblanco y quitarse, por fin, la espina del gol oficial como nazarí.

El charrúa llevaba 195 días, desde que aterrizó en Los Cármenes, pensando en aquel momento, carcomido por el ansia. Lo exteriorizaba casi en cada ocasión en que disputaba algún minuto. Incluso, después de anotar en pretemporada. Acostumbrado a ver puerta con asiduidad en Uruguay, Arezo llegó a España con la pesada etiqueta de ser una promesa del fútbol mundial, pretendido por clubes grandes de Europa. Sus primeros meses en Granada, sin embargo, fueron de aclimatación, duros para él, pero así estaba contemplado en su plan. En el calendario tenía subrayado el inicio de este curso, en el que habría podido trabajar desde el primer día de verano con sus compañeros para llegar a la Liga a su mismo ritmo.

En Ibiza, sin embargo, las miradas se iban a Callejón, debutante en encuentro oficial con el Granada y, además, en una sorprendente posición de falso nueve. Al uruguayo le tocó pasar por el banquillo y aguardar allí su momento. Este se fue acercando conforme al motrileño se le acababa la gasolina, sin atino ante el marco en las oportunidades que se le presentaron, pero fundamental en la acción que desembocó en el primer tanto del encuentro. Fue en el minuto 66 cuando Arezo entró en juego, en sustitución de Alberto Soro, para incluir en el esquema de Karanka un punta puro.

El charrúa ejecutó a la perfección su cometido como refresco. Insufló aire fresco en los pulmones del equipo, que entraba en reserva, y desajustó a la zaga para cerrar el marcador con una diana de killer. No fue un revulsivo, pero sí ofreció lo que requería el encuentro y aseguró los tres puntos para su equipo. Conforme vio el balón taladrar la red, abrió los brazos y esbozó una sonrisa que pide minutos.

Fue uno de los jugadores más empleados por Aitor Karanka durante la preparación estival, en la que ofreció un buen rendimiento. Partía, de hecho, como el mejor posicionado para ser la referencia nazarí en Ibiza -Jorge Molina quedó en el banco y Adri Butzke no entró en la convocatoria-, pero la incursión de Callejón alteró los planes. Refrendó su participación con un tanto y, a pesar de que desempeñó con nota el papel de relevo, presentó sus argumentos para optar a la titularidad. La presencia del motrileño y la puesta a punto de Melendo marcarán en buena medida su alineación.

Arezo asumió las esperanzas que el club ha depositado en él de cara al curso recién iniciado y persiste en su intención de convertirse en el delantero que se vislumbró en Uruguay, una vez completa su adaptación. Insiste en poner la alineación difícil a Karanka, quien, por el momento, ha apostado por el joven charrúa. Ha situado una buena base para seguir creciendo. El siguiente paso será convencer al técnico de que tiene un sitio en su planteamiento titular.







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