Cómo elegir la almohada perfecta

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) aconseja sobre el tamaño ideal, los tipos y rellenos que van mejor

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Mientras dormimos, la cabeza, el cuello y la columna vertebral deben estar alineados y para eso sirve la almohada | Foto: Archivo GD
GranadaDigital
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Elegir un buen colchón es importante para tener un descanso reparador, pero también una buena almohada. Si te despiertas con dolor de cuello u hombros, quizá sea el momento de cambiar tu almohada y, para ello, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ofrece una serie de consejos para elegir la almohada perfecta.

Mientras dormimos, la cabeza, el cuello y la columna vertebral deben estar alineados y para eso sirve la almohada. "Su objetivo es contribuir a una adecuada postura de la columna, de forma que se relajen los músculos y se pueda favorecer un buen descanso y una buena respiración. No hace falta decir más para comprender la importancia de escoger bien la almohada, pero la almohada ideal no existe, para escogerla hay que tener en cuenta los hábitos de sueño y la complexión física de cada uno, en especial altura y corpulencia", detalla la OCU.

La anchura ideal de una almohada debería siempre superar la de tus hombros y su altura dependerá de la postura. "Una almohada baja (10 cm), es adecuada para quienes duermen boca abajo, y también para los niños pequeños, aunque en uno y otro caso quizá lo mejor sea dormir sin almohada. Una almohada mediana (12-13 cm), es ideal para quien duerme sobre la espada. Debe ser más bajo que los hombros, y de una dureza media. Una almohada medio-alta (15 cm). Es ideal para quien duerme de lado, para mantener la cabeza y el cuello bien alineados con el eje de la columna", explica la OCU, que aconseja que en la tienda se intente probar la almohada "adoptando la postura en la que duermes habitualmente" para comprobar que "cabeza, cuello y columna se encuentran bien alineados".

Los rellenos de almohada pueden ser de pluma, de látex, sintético o de espuma. "Las almohadas con relleno de plumas son blandas, se deforman, pero vuelven rápidamente al punto de partida. No sujetan bien el cuello. Este tipo de almohada está más pensado para los que duermen boca abajo, pero no es indicado para personas muy robustas, ni tampoco para quienes se mueven mucho mientras duermen. Tampoco es apto para persona alérgicas, ni para niños pequeños", detalla la OCU.

La almohada de látex "ofrece una buena sujeción de la cabeza, lo que la hace muy adecuada para quien duerme de lado o para personas corpulentas". "El látex admite bien los movimientos, y es también adecuado para quienes tienen alergia a los ácaros". La almohada con relleno sintético es "blanda, muy adecuada para personas muy delgadas, para niños y no presenta problemas de alergia". Las almohadas de espuma son normalmente de poliuretano. "Entre ellas están las de material viscoelástico que tienen 'efecto memoria', es decir, durante unos segundos mantiene la forma de cabeza y cuello aunque cambie de postura, lo que hace que no sea muy adecuado para quien se mueve mucho. Sí que va perfectamente para los que duermen de lado", apunta la OCU.

Si se cuida bien de la almohada, se alargará su vida útil, que puede extenderse hasta unos cinco años. Los consejos que da la OCU para cuidar la almohada son los siguientes: "Airea la almohada habitualmente, abre las ventanas antes de hacer la cama, y ventílala bien, al aire, una vez a la semana; dale la vuelta a menudo, así evitarás que se deforme; compra una almohada lavable, basta con lavarla una o dos veces al año; usa una funda de protección y lávala cada dos meses. La funda de almohada, lógicamente, cada vez que cambies las sábanas".







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