No quiero casi nada

Amistad amor abrazo
Tener una persona al lado que te comprenda y te entienda sólo se puede conseguir o, con los años de amistad, o con una conexión de primeras | Foto: J. C. M.
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Decía la escritora Ángeles Caso: "En este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila. También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una persona amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada o todo".

Y todos empieza por el amor y cuento lo que el actor Roberto Benigni, después de recibir el León de Oro en la Carrera, abriendo la edición número 78 de la Exposición de Cine de Venecia contó de su mujer: "En este momento quiero dedicarle un pensamiento a Nicoletta Braschi, aquí en la sala. Lo hicimos todo juntos durante 40 años, yo solo conozco una forma de medir el tiempo: contigo o sin ti. Nos lo dividimos este León, yo me tomo la cola, para que veas mi alegría, mi alegría meneando y tú te llevas el resto; sobre todo las alas son tuyas, porque si en el trabajo alguna vez tomé el vuelo es gracias a ti , a tu talento, a tu misterio, a tu encanto, a tu belleza, a tu feminidad, a ser mujer. Ser mujer es un misterio que los hombres no entendemos. Tenía razón Groucho Marx cuando decía 'los hombres son mujeres que no lo lograron'. Y es la verdad. No pude ser como tú, Nicoletta. Si algo hermoso y bueno hice en mi vida siempre fue atravesado por tu luz. Lo nuestro fue un amor a primera vista, más bien a eterna vista".

Amor que perdura, a eterna vista. Y junto a ello:

I. La ternura es la clave para entender mejor a las personas que necesitan cuidado. Gracias a la ternura, las relaciones afectivas crean las raíces del vínculo, del respeto, de la consideración y del verdadero amor. Cuidar con ternura es un valor añadido de la atención. Y es que la ternura es definida como un sentimiento ante las personas, que se consideran merecedoras de un amor o un cariño puro y gratuito, por su dulzura o delicadeza. Y además es necesario saber que la ternura es fuerte y firme, porque se muestra sin barreras, sin miedo.

II. La amistad se puede definir como el vínculo afectivo entre dos personas. Un vínculo que trae consigo valores como la lealtad, el amor y la confianza, que son muy importantes para nuestro día a día. Por esta razón, se ha considerado a lo largo del tiempo que la amistad es uno de los pilares que sostiene la sociedad. Se puede definir la verdadera amistad como aquella en la que se forja una relación y una conexión tan especial con otra persona que, ésta, puede durar años. Tener una persona al lado que te comprenda y te entienda sólo se puede conseguir o, con los años de amistad, o con una conexión de primeras. Un amigo de verdad, estará contigo en los buenos momentos, pero también los malos; y, por otro lado, lo hará de forma desinteresada, sin exigir nada a cambio. A raíz de esto, nace la importancia de cuidarlos.

III. Si tuviéramos que destacar el comportamiento que mejor defina la inteligencia sería la capacidad para no perder la sonrisa. La sonrisa es el pegamento social. Y se sonríe con todo el rostro, porque una de las más bellas sonrisas, las pódenos ver y las podemos expresar con los ojos, con la mirada. Existe una sonrisa social, la que utilizamos cuando vemos a alguien y queremos ser amable y se puede provocar a voluntad. Y hay una sonrisa auténtica, que surge del cerebro inconsciente y es totalmente automática. Sonreír, sin duda alguna, es básico. Una persona cercana, es alguien que tiene bienestar y genera bienestar porque quiere lo mejor para su gente. La sonrisa ayuda a generar confianza, sinergia y conexión. La sonrisa es uno de los elementos más importantes para generar influencia, porque precede y acompaña a todos los demás.

IV. Leer crea nuevas conexiones entre diferentes partes de este órgano, como las que controlan el procesamiento del lenguaje, según indica una investigación. Este mismo estudio indica que provoca cambios a largo plazo en la corteza somatosensorial bilateral, la parte del cerebro que procesa la información sensorial. Esta actividad también mejora la capacidad de aprender, recordar y la capacidad crítica. Lectura animada desde el discurso de Luis García Montero en la Feria del Libro de Granada. Invertir en cultura es apostar por la responsabilidad de lo común. La lectura como la poesía sirve contra la soledad. Entre las lecciones de la literatura, implica resistir al recibir una herencia de nuestros mayores y dejarlo en herencia a los más jóvenes. Y es que entre las bolsas de libros está el germen de las bibliotecas del futuro. Los libros son una negación del absolutismo. La lectura nos hace herederos de la escritura.

V. La música es un estado de ánimo. La música influye en nuestra forma de pensar, en nuestra forma de actuar, en nuestra forma de percibir y, finalmente, en nuestra salud. Escuchar música provoca una gran variedad de estímulos cerebrales que influyen directamente en aspectos importantes de la vida como el control de la ansiedad o la fatiga. La música desarrolla la creación y la percepción. Hagamos de la música un espacio para que las personas tengamos en ese prodigioso lenguaje de notas y ritmos, nuestra naturaleza.

Y es que no quiero casi nada, o mejor dicho, me interesan algunas cosas como algo de ternura, algunas compañías y amistad, todas las risas y sonrisas, y muchas lecturas y músicas para la vida. Empecemos a prestar atención a las palabras. Aprendamos a usar un lenguaje amable en vez de críticas, quejas o excusas como primer paso para ganar resiliencia y bienestar. Nunca perdamos la ternura de nuestra sonrisa ni el brillo puro de la mirada, nada merece la pena las arrugas del alma. El truco está en volverse fuerte de corazón sin perder la ternura del alma. Y quiero mantener la libertad y el espíritu crítico. Y todo por amor.







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