El reto de buscar un piso decente en Granada para alquilar

Con el metro cuadrado cada vez más caro, las 'gangas' vuelan en cuestión de minutos y muchos de los pisos que quedan dejan mucho que desear para el precio que piden propietarios e inmobiliarias

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Vista del salón de un piso para alquilar en Granada | GD
Jesús González y Paula Salazar
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La búsqueda del piso adecuado no es nada fácil, ya seas estudiante o trabajador. Numerosos son los anuncios que ofrecen una habitación a precios desorbitados para los estudiantes o un estudio en condiciones un tanto desfavorables. Otros muchos ni aceptan estudiantes, solo trabajadores, ya que conocen la capacidad, a veces destructora, que los universitarios tienen, y cuando contactas con ellos su primera pregunta es "¿eres estudiante o estás trabajando?", colgándote o deshaciéndose de ti rápidamente si te estás formando. Para los trabajadores tampoco es nada fácil ya que en muchos casos la primera mensualidad supera con creces el salario medio que percibe un trabajador que acaba de finalizar sus estudios.

Partimos de la base de que en agosto de 2018, el precio medio de la vivienda en alquiler en Granada se situaba en los 731€ mensuales. Respecto a las habitaciones, el alquiler en Granada ha subido hasta los 221 euros al mes, un 4.4% por ciento más que el mismo mes de 2017, según detalla el portal inmobiliario Fotocasa. La compañía señala que cuatro capitales de provincias andaluzas se encuentran entre los 20 municipios de España con los alquileres más altos. Estas son Málaga, donde la habitación sale a 279 euros, un 9,1 por ciento más en la variación interanual; Sevilla, con 255 euros (2,9% más); Córdoba, con 230 euros (8,6%), y Granada, con 221 euros (4,1%)

Desde GranadaDigital nos adentramos en esta aventura para encontrar piso de alquiler en Granada, a un precio coherente, bajo dos perfiles: un estudiante universitario y una persona que acaba de lanzarse al mundo laboral.

Visita a uno de los pisos para alquilar | GD

Búsqueda de piso para estudiante

Basta con teclear en el buscador “pisos de alquiler para estudiantes en Granada” para que nos salgan numerosos resultados de distintas páginas para comprobar la enorme oferta que hay en la ciudad. Para conocer la demanda solo es necesario llamar a alguno de los números disponibles en los anuncios y comprobar que, las habitaciones o estudios que no sobrepasan los 300 € de alquiler mensuales, están ya adquiridos.

El alquiler de pisos es una carrera contrarreloj, y aquel que emprende la búsqueda antes de que comience el mes de septiembre, es el que se lleva la mejor oferta. Una vez entrado el noveno mes del año, comienzan las prisas por encontrar la habitación adecuada, y el panorama que nos encontramos es que más de la mitad de los pisos están ya ocupados por otros que fueron más rápidos. Para hacernos una idea, de 29 pisos contactados para concertar una visita, 4 accedieron a ella y los 25 restantes declinaron la oferta porque ya habían sido ocupados anteriormente.

El espectro de viviendas de alquiler para estudiantes esta repartido entre inmobiliarias, la gran mayoría, y particulares que llevan ellos mismos a cabo el arrendamiento del piso. Entre alquilarlos a una inmobiliaria o al propietario del piso existe una diferencia económica sustancial, sobre todo para estudiantes, ya que, en el caso de un particular, cuando firmas el contrato para entrar ya a vivir, debes aportar la primera mensualidad además de una fianza que corresponde al precio de un mes, la cual será devuelta, siempre que no haya desperfectos cuando el inquilino deje el hogar.

En cambio, por parte de la inmobiliaria, cuando se proceda a la firma del documento, se ha de aportar la primera mensualidad, una fianza y los honorarios que van destinados a la agencia, que viene a ser una mensualidad. En total tienes que desembolsar una cantidad aproximada de tres mensualidades al comienzo, multiplicando el precio del anuncio por cinco en algunos casos para el primer mes, el resto de meses solo se debe estar al corriente de pago de las mensualidades, junto al consumo de luz y agua, que en la gran mayoría de pisos corre por cuenta propia. Además, si eres estudiante, la agencia mobiliaria precisará de un aval paterno, para asegurarse de que el cliente puede pagar. Mientras que algunos particulares suelen son más permisivos y únicamente solicitan el DNI del futuro inquilino.

Estado de la ducha de uno de los pisos visitados | GD

Durante las 29 consultas telefónicas diferentes, pudimos conocer algunas condiciones que exigen los propietarios o inquilinos, como que sea chica, que la persona no fume o la prohibición de mascotas, sobre todo perros. Así mismo, nos hicimos una idea de que zonas están más demandadas. Por ejemplo, si nos vamos a calle Arabial o camino de Ronda, lugares céntricos y con cercanía al Campus de Fuentenueva, podemos comprobar que, de los nueve pisos contactados en esa zona, todos menos un estudio, se encuentran ocupados y desde hace al menos una semana. Lo mismo ocurre en la zona por donde discurre la calle de Pedro Antonio de Alarcón, donde nos atendieron siete números de teléfono confirmando que ya no estaban disponibles. A pesar de ser una zona con mucho ruido, es también muy demandada.  

Nos tenemos que mover hacia la zona de plaza de Gracia, plaza de toros, Gran capitán o los alrededores de calle Elvira y Gran Vía para encontrar habitaciones disponibles.

El primer piso que logramos visitar se trataba de un domicilio cercano a la plaza de toros que alquilaba tres habitaciones a estudiantes por 200 euros al mes, la habitación, más un mes de fianza y uno de honorarios. Se trataba de un piso muy demandado, pues junto al agente inmobiliario iban seis personas más para ver dicha vivienda, la cual estaba completamente amueblada, con lavadora e internet, además de tratarse de una zona tranquila según nos contaba el propietario. Guardaba un inconveniente, estaba actualmente bajo reformas y no estaría listo hasta pasado una semana o diez días, lo que generó algo de disconformidad entre los asistentes. Al abrir la puerta nos encontramos con lo que nos advirtieron, obreros trabajando, propietario de la vivienda, muebles fuera de su lugar, ausencia de algún mobiliario, objetos de trabajo para las obras repartidos por las instancias del hogar, resumiendo: un completo desorden. Esto no hizo más que afianzar el sentimiento de disconformidad entre los interesados, que no dudaron en descartar este piso y seguir con la búsqueda.

Nos movemos a posiblemente una de las mejores ofertas del centro de Granada. Situado entre calle Elvira y Gran Vía de Colón, encontramos un inmueble recientemente construido, que alquilaba una habitación por 157 euros al mes, más fianza y honorarios. La habitación era espaciosa para una persona, amueblada con armario, cama, mesita de noche y escritorio junto a la ventana que aportaba buena luminosidad. El sitio era muy adecuado si se buscaba tranquilidad, pues a pesar de encontrarse cerca de Gran Vía, por esas calles no circulaba casi ningún vehículo. Las zonas comunes como el “salón” y la cocina eran también amplias, lo suficiente para que pudieran estar al menos tres personas. Carecía de calefacción, aunque uno de los inquilinos afirmaba que no se pasaba frío durante el año. Se trataba de una ganga que no tardó en ser adquirida, pues a la tarde el agente inmobiliario nos confirmó que había alguien muy interesado dispuesto a firmar en el momento.

Uno de los pisos visitados por GD 

El siguiente piso se encontraría en una zona tranquila, casi sin circulación, cerca de la basílica de San Juan de Dios. El piso de unos 100 metros cuadrados alquilaba una habitación por 240 € al mes, a pesar de los 175 € que ponía el anuncio. Constaba de una cama, un armario y un escritorio pegado a una ventana que daba a un patio interior, iluminando todo el cuarto. El resto de zonas comunes como el salón y la cocina eran amplias con luminosidad. Se notaba que la alquilaba un particular, pues daba la sensación de que hubiera estado habitada por una familia durante un tiempo, ya que el mobiliario así lo hacía parecer y era mejor que el de otros pisos visitados anteriormente.

La ultima visita nos lleva a una de las calles que atraviesan Gonzalo Gallas y conectan con camino de Ronda. Allí se encuentra un estudio para una persona por 340 € al mes, 290 € más 50€ de gastos de luz y agua que pueden reducir o aumentar depende del consumo, otros 290 € de honorarios, y una fianza de 340 € haciendo un total de 970 € a entregar el día de la firma del contrato. Estaría disponible a partir de diez días ya que tiene humedades y debe ser pintado por lo que el precio de la primera mensualidad se vería reducido hasta los 195 €, entregando 830 euros el día de la firma. Como estudio no dejaba que desear, pues tenia una pequeña cocina aparte, cuarto de baño y una habitación con cama escritorio televisión mesa y sofá junto al balcón. El estudio tenía una luminosidad escasa, ya que el balcón da a la calle donde justo enfrente da otro bloque. Todo esto se veía manchado por unas humedades localizadas en el baño que atravesaban la pared, por si fuera poco el precio que pedían por dicho estudio, que al final resultaría más caro que una habitación en un piso compartido.

Como hemos podido ver, a pesar de haber pocas habitaciones disponibles a estas alturas, la oferta no es del todo mala aún, ya que como nos confirman algunos agentes inmobiliarios, “como tardes más en meterte en un piso, te encontrarás con un cuchitril o algo muy caro”. Dentro de las pocas ofertas disponibles que cumplen con nuestro presupuesto, hay de todo, desde habitaciones en pisos aún no listos, a habitaciones muy asequibles en pisos bastante decentes. Está claro que, si hubiéramos contactado a finales de agosto, encontraríamos mejores precios o mejores instalaciones, pero aún, a una semana del inicio del curso universitario, se puede encontrar piso por un buen precio.

Uno de los estudios visitados | GD

Búsqueda de pisos para trabajadores 

Si ya has acabado tus años de estudio con pisos compartidos, habitaciones pequeñas y una sola red wifi para varios estudiantes, te encuentras en esa etapa de la vida en la que deseas no estar en la cola del paro y vivir de lo que has estudiado. Sea como sea, si eres afortunado y has encontrado un trabajo, vuelves a necesitar un piso de alquiler para vivir, esta vez de manera diferente.

Pensar en independizarse al encontrar trabajo es la meta de muchas personas. Pero buscar piso de alquiler si eres trabajador no es una tarea fácil. En muchas ocasiones piden nómina y avalista, ambas cosas, y tu contrato debe de ser de al menos un año. También es cierto que algunos pisos no quieren a estudiantes, así que eso sería un punto a favor si eres trabajador.

Decenas de anuncios colgados en internet esconden los datos de fianzas u ocultan el tamaño de las habitaciones en las fotos utilizando la lente adecuada. Omiten datos importantes para así tener que llamar y conocerlos por ti mismo.

El primer mes supone un gasto excesivo. Debes pagar un mes de fianza, uno de honorarios y el corriente. Así que aunque en el anuncio aparezca el precio de 350 euros, por ejemplo, el primer mes deberías pagar 1.050 euros. Y cuando tienes un sueldo que ronda los 900 euros al mes, es un gasto difícil de permitir.

De un gran número de llamadas realizadas a los anuncios de pisos vistos en internet, muy pocos nos contestaron. Es más abundante el número de habitaciones o de pisos exclusivos para estudiantes, lo cual dificulta la búsqueda al trabajador. No obstante, algunas llamadas si recibieron una respuesta muy educada e informativa.

Visitamos un piso en una calle paralela a Calle Elvira. Al abrir el portal encontramos sitios comunes con las otras viviendas y un patio interno. Esto hace que en tu estancia en el piso el ruido no te moleste, pero en cambio tiene muy poca luminosidad.

Aunque muchos pisos tengan la etiqueta de amueblados, el inmobiliario suele ser antiguo y de pocas piezas. Si tienes un animal de compañía, encontrar tu piso ideal de alquiler es aún más difícil. Dos de los tres pisos consultados no admiten bajo ningún concepto mascotas, y el tercero no se hace responsable de los daños que pueda causar el animal al inmobiliario.

Otra dificultad añadida es la de contactar primero con la inmobiliaria. Estos tienen que quedar con el propietario y ponerse de acuerdo para la cesión de las llaves y poder visitar el piso. En dos de las varias llamadas que realizamos a lo largo de estos días, hubo un problema de este tipo. Cuando llegamos a la ubicación del piso tuvimos que esperar bastantes minutos hasta que nos volvió a llamar el trabajador de la inmobiliaria para decirnos que no había podido contactar con el dueño del piso por lo que no tenía la llave. El dueño de la otra vivienda se encontraba de vacaciones por lo que era imposible visitar el piso en estas semanas.

A la hora de contactar con un particular en vez de con una inmobiliaria, suelen ser más permisivos a la hora de exigir documentos o pagos durante el primer mes.

Los estudios más ofertados tienen una superficie aproximada de 30 m 2  y rondan los 400 euros. Los pisos de más de una habitación tienen precios aún más desorbitados, se encuentren o no en una zona céntrica.

Aunque resulte más difícil encontrar piso si eres trabajador que estudiante, existe una buena oferta de pisos si le dedicas tiempo y realizas una buena búsqueda comparando unos con otros. Preguntar por extras como si el precio incluye comunidad, facturas, televisión, internet, acepta mascotas y otros electrodomésticos; es algo que no debes olvidar.