Las temperaturas alivian las alergias en época de niveles extremos de polen en Granada

Los olivos se encuentran en plena floración y se prevén tres semanas de alta concentración de polen, pero el tiempo primaveral permite una bajada de la sintomatología

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Se prevén niveles extremos de polen de olivo y altos de gramíneas en las próximas tres semanas | Foto: Archivo GD
Ainoa Morano
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La incidencia del polen y, por consiguiente, de las alergias parecen dar un pequeño respiro a los granadinos. Según los datos aportados por la Unidad de Calidad Biológica del Aire, dependiente del Departamento de Botánica de la Universidad de Granada, los niveles de polen de olivo se encuentran en niveles extremos, es decir, superando los 500 granos por metro cúbico de aire, mientras que los de gramíneas se encuentran en niveles altos. Con esta incidencia, podría hablarse de una clara repercusión en la sintomatología de las personas alérgicas, sin embargo, la temperatura se ha convertido en su mejor aliado.

Concepción de Linares, coordinadora de la Unidad de Calidad Biológica del Aire, explica que “la alergia no está afectando tanto porque, aunque tenemos niveles extremos de más de mil granos de polen, no están siendo súper extremos”, algo que sí ocurrió el pasado año cuando “alcanzamos los 3.000 granos de polen, una incidencia que hacía que las personas que normalmente no suelen tener sintomatología sí la padecieran”.

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En las últimas semanas se ha experimentando un incremento considerable del polen de olivo, algo que no es “anecdótico” ya que “como lleva ocurriendo en los últimos 30 años, desde que hacemos la medición, la floración del olivo comienza a partir de abril y terminará entre la primera y la segunda semana de junio”. La dinámica de la floración del olivo y, por lo tanto, el aumento de los niveles “muestra la misma dinámica anual”, explica Concepción de Linares, a lo que añade que estos niveles altos se están alcanzando desde la pasada semana y se espera que continúe hasta la próxima. “Esperamos que durante tres semanas los niveles de polen de olivo sean extremos y en el caso de las gramíneas sean altos”.

A pesar de contar con estos datos, las temperaturas están permitiendo dar un pequeño respiro a las personas alérgicas. Desde la Unidad de Calidad Biológica del Aire de la UGR puntualizan que las temperaturas de los últimos días, tanto de la mañana como de la tarde, que es cuando deben aumentar considerablemente, “no están siendo muy elevadas, algo que permite que las flores no estén emitiendo unos niveles de polen como si estuviéramos a más de 20 grados durante toda la jornada”. Estas temperaturas primaverales hacen que aunque haya niveles extremos y sostenidos en el tiempo, “las personas que no están completamente sensibilizadas a sus efectos puedan encontrarse mejor este año”.

Granada vive en estos momentos una época “amable” en relación a las alergias, pero hay que tener en cuenta que la provincia cuenta con unas características peculiares que hacen que los niveles de polen se mantengan durante más tiempo respecto a otras provincias. La coordinadora de la unidad señala la importancia que Sierra Nevada tiene en este aspecto. “Las floraciones del olivo dependen de las temperaturas. A partir de los 18-20 grados empieza a abrir la flor. En Granada, al tener Sierra Nevada tan cerca, los cultivos de los olivares no están todos a la misma altura, es decir, hay olivares en la costa, a 300, 400 metros; a 700 metros que sería en Granada capital e incluso a mil metros de altura. Esto hace que la temperatura de más de 20 grados necesaria para la floración aparezca a principios de abril en la costa, mientras que cuanto más sube la altura más tarda en florecer”.

La floración del olivo en Granada es escalonada, provocando que los niveles de polen se mantengan durante más tiempo, “con niveles extremos durante más semanas que, por ejemplo, en provincias como Málaga o Jaén donde su altura es más constante. “En estos lugares tienen polen en mucha cantidad, pero durante pocas semanas, mientras que en Granada la alta concentración de polen dura más tiempo”. Con estos condicionantes, si la temperatura aumenta, algo que ya se prevé para los últimos días de mayo llegando a superar los 30 grados, no sería de extrañar que la repercusión de los niveles de polen sea mayor en las personas alérgicas.

Investigación y prevención de la mano de la Unidad de Calidad Biológica del Aire de la UGR

Para conocer todos los datos sobre los niveles de polen y que las personas afectadas puedan informarse de primera mano sobre si la semana venidera puede ser perjudicial o no para su afección, es fundamental el trabajo realizado por la Unidad de Calidad Biológica del Aire del Departamento de Botánica de la Universidad de Granada.

Este equipo realiza semanalmente una medición de la concentración de polen en el aire a través de un captador ubicado en la Facultad de Ciencias en la UGR. Este captador, según explica Concepción de Linares, “simula a un pulmón humano que respira 10 litros al minuto. Cuando aspira impacta todas las partícula sólidas que se encuentran en el aire en una cinta con un adhesivo. Dicha cinta se mueve dos milímetros a la hora por lo que, a los 48 milímetros tenemos todas las partículas que había en el aire en las últimas 24 horas”.

El siguiente paso realizado por esta unidad sería analizar a través del microscopio “uno a uno los granos que se encuentran en el adhesivo, identificándolos y cuantificándolos”, así se puede conocer el nivel de polen que soporta la ciudad durante la semana. Este trabajo lo realiza, manualmente, la técnica asignada a esta labor Elena Blanca Ordoñez. Según los últimos estudios, esta semana, Granada se encontrará en niveles extremos en polen de olivo, pero no superará la barrera de los 1.500 gramos por metro cúbico.