Playa, alta montaña y ciudad: siete suculentas propuestas para sacarle todo el partido al verano en Granada

La capital y la provincia aúnan una riqueza exclusiva con multitud de paisajes y posibilidades para convertirse en una arcadia estival

Playa, alta montaña y ciudad, siete suculentas propuestas para sacarle todo el partido al verano en Granada
Mosaico con diferentes actividades que se pueden disfrutar en Granada como nunca durante el verano | Fotos: Archivo GD
Miguel López Rivera
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El verano avanza y, a las puertas de agosto, son muchos los que miran con zozobra el calendario para volver al trabajo y otros tantos los que están a punto de iniciar sus vacaciones. Es tiempo de calor, de estar pendiente del termómetro y de aguardar a las horas en las que el sol menos castiga para poder apagar el aire acondicionado o el ventilador y abandonar el refugio del hogar. No todo el mundo tiene la oportunidad de aprovechar los días de asueto estival para emprender el largo y merecido viaje que el cuerpo reclama para activar el 'modo off' tras un año de rutina y estrés. Pero para todos ellos, y también para quienes desde otras latitudes elijan Granada como destino vacacional, la capital y la provincia ofrecen un cúmulo de atractivos que la ponen al nivel de grandes urbes nacionales y europeas sin renunciar al encanto y la desconexión del contacto con el medio natural.

Es Granada provincia de dualidades, por todos es sabido. En su versión más chovinista, el granadino apela a la lacónica tríada de 'la playa, la Sierra y la Alhambra' para presentar el producto que ofrece su territorio como el más exclusivo e inimitable de entre la oferta patria. Más allá de aforismos, lo cierto es que la conjunción de múltiples realidades coloca a la provincia en una situación de privilegio que se sustenta sobre la base de una ciudad que combina cosmopolitismo, ambiente nocturno y cultura, así como una provincia que, como si de un equipo galáctico se tratara, reúne los encantos suficientes para satisfacer las veleidades de todo tipo de públicos. Así que contra el mantra de que "Granada está muerta en verano", aquí puede encontrar una serie de planes para redescubrir la ciudad y la provincia a través de los otros prismas contenidos en su caleidoscopio.

Cultura al fresquito para abrir boca

Se podría pensar que en una ciudad dominada por las bandas de rock, los grupos indies y los festivales de todos los estilos no hay cabida para la contraoferta veraniega. Pero nada más lejos de la realidad. Granada es la capital de la música nocturna en el Generalife, el Palacio de Carlos V o los Palacios Nazaríes, siempre con la Alhambra como telón de fondo. Esta lista está concebida con una vocación pretendidamente huidiza del recurso fácil del recinto amurallado, solo que a veces resulta imposible obviar lo majestuoso. El ya pasado Festival de Música y Danza es el mayor exponente de las posibilidades que ofrece la capital para disfrutar de la cultura 'al fresquito', vocablo muy 'granaíno'. Su excelencia ha sido incluso reconocida por la BBC. Pero no es el único. Desde este mes de julio, y durante todo agosto, el Teatro del Generalife acoge el ciclo Lorca y Granada en los Jardines del Generalife, una apuesta de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales que cumple ya 22 ediciones, y lo hace esta vez aunando la magia del poeta universal con la de otro genio como el pintor malagueño Pablo Ruiz Picasso. Allende las fronteras de la urbe se atisban festivales en los que la agradable brisa de la alta montaña ejerce como denominador común. Véanse el Parapanda Folk, el Picón Rock o Sierra Nevada Por Todo lo Alto. Y en la Costa Tropical, atrás ha quedado el mítico Jazz en la Costa de Almuñécar, la ciudad vacacional por excelencia de la provincia.

La Costa Tropical y el embrujo sexitano de Almuñécar

Y ya que sale el tema, hablemos de la Costa Tropical y de Almuñécar. Lo de que el gentilicio de sus gentes sea 'sexi' le va como anillo al dedo. Exótica y afrodisíaca a partes iguales, el principal núcleo de turismo de sol y playa en la provincia de Granada ha despertado los deseos ocultos y evocado las pasiones desenfrenadas de oriundos y visitantes desde tiempos lejanos. No se puede pasar por alto el peso específico que este este municipio ha tenido en las últimas décadas en la cultura urbana popular de todo el país, pese a no tener la Costa Tropical la popularidad de la que sí gozan otras del Mediterráneo como la Costa del Sol, la Costa Blanca o la Costa Brava. Desde ser destino vacacional para famosos hasta organizar antaño el certamen Miss y Míster Verano en El Majuelo. El agradable parque también acoge el ya mencionado Jazz en la Costa y cuenta en sus cinco hectáreas con un yacimiento arqueológico que data de la época romana. Las playas de Almuñécar, los espetos, el parque acuático Aquatropic y un ambiente nocturno a la altura de los grandes epicentros de la diversión, aunque más concentrado, hacen el resto en una ciudad que también tiene su propio balcón al Mediterráneo. Una pequeña Benidorm a menos de una hora de Granada.

'Rooftop bar' para tomar una copa

Pues volvamos a Granada capital. La proliferación de hoteles de cinco estrellas es bastante sintomática de la demanda de un turismo de calidad que la ciudad ha de sondear con más profusión. En estos y otros establecimientos de mayor o menor categoría proliferan lo que de toda la vida se ha nombrado como 'terrazas en azoteas para tomar una copa' y que ahora tienen una denominación mucho más chic: 'rooftop bar'. Resumiendo, que en Granada las hay y muy buenas, con el aliciente de las privilegiadas vistas que ofrecen. Destacan la B-Heaven del recién reformado Hotel Carmen, la del Alhambra Palace, el Hotel Puerta Real o la del Puerta de las Granadas, con una panorámica inigualable de la Torre de la Vela. Pero lo cierto es que tomarse un cóctel en un ambiente exclusivo es algo que se puede hacer casi en cualquier punto de la ciudad. A todas las ya existentes, que no son pocas, se incorporan ahora las de los recién abiertos establecimientos Seda Club y Palacio Gran Vía. Una mirada distinta y más cómoda al concepto de litrona y mirador.

Rutas senderistas con agua

Para los que prefieren huir de la ciudad o no tener que esperar a la noche para disfrutar de las temperaturas suaves, una buena opción puede ser buscar una ruta senderista en la que se pueda finalizar el recorrido con un chapuzón. Por su orografía, Granada reúne un buen puñado de itinerarios en los que el agua se erige en protagonista. Una de las más elegidas por los capitalinos cuando quieren distanciarse de la urbe lo suficiente sin llegar a estar lejos es la del río Maitena, en Güéjar Sierra. Cuenta con la particularidad de no tener un recorrido largo ni duro y de albergar una piscina natural de agua fría con chiringuito incluido al final de su recorrido. El camino va paralelo al trazado del antiguo tranvía de Güéjar Sierra, famosa por el inigualable sabor y calidad de productos como los embutidos. En el Valle de Lecrín, el río Saleres aúna un paisaje extraordinario con una majestuosa cascada apta para el baño, como también lo es la cascada del río Dílar. Y también en la localidad de Saleres se encuentra la ruta del Barranco de la Luna. Río Verde o la Cascada de los Bolos son otras de las rutas más populares. La lista es extensa y aplicaciones como Wikiloc pueden ser herramientas útiles para encontrar la que por distancia, tiempo, características o localización más se ajusta a las preferencias de cada uno.

Casas cueva en pleno Geoparque

Más al norte, en la comarca de Guadix, el paisaje cambia de forma abrupta. Si se accede desde Granada capital, tras atravesar la Sierra de Huétor se abre un escenario trufado de dólmenes, cerros testigos y tierras baldías. Es el Geoparque, un espacio natural que hace unos dos millones y medio de años estaba cuajado de una peligrosa fauna con bestias indómitas y frondosas especies arbóreas que bebían de un lago y un río hoy ya inexistente. Un panorama muy distinto al actual. El horizonte semidesértico deja fallas que dan paso a espectaculares badlands y cárcavas como las del extenso Parque Megalítico de Gorafe. Este escenario es ideal para la construcción de las famosas casas cueva de Guadix. Allí dentro, las crudas temperaturas del invierno se combaten mucho mejor y el calor propio de la canícula parece algo de otro mundo. Se trata de una muy buena opción de desconexión para los amantes del turismo rural que buscan algo alternativo. Guadix, además, ofrece historia, cultura popular, tradición y su preciosa catedral.

La Vega de Granada, una hibridación perfecta

Y por raro que pueda parecer, otro plan alternativo es el de descubrir la Vega de Granada. Entiéndase como algo más que coger el coche llegar hasta Las Gabias atravesando en coche el Camino de Camaura. Este regalo que la naturaleza ha dejado en el entorno periurbano de la capital es una combinación extraordinaria entre lo rural y lo urbano. Nada tiene que envidiar a modelos parecidos que se encuentran en otras ciudades como puede ser el caso de la Albufera valenciana o el Deltebre tarraconense. Antiguo motor de la economía en el Cinturón, la Vega de Granada hoy es un territorio con menos aprovechamiento del sector primaria. Eso no significa que no haya sabido reinventarse. Los antiguos secaderos de tabaco, como los de Cúllar Vega, ahora albergan improvisadas bibliotecas y la mejor manera de descubrir sus encantos es dejarse caer en las primeras horas de la mañana por sus caminos, parar a partir de las nueve de la noche en alguna de las numerosas ventas que salpican este territorio o disfrutar de una agradable copa en sus terrazas nocturnas. La cercanía de núcleos de población convertidos en ciudades dormitorio permite encontrar ese contraste entre lo rural y lo urbano. Conviene recordar, no obstante, que la política del ladrillazo no debe acabar imponiéndose en una maravilla natural que está a tan sólo cinco minutos de la capital.

Alta cocina no reñida con la cultura de la tapa

Durante muchos años, Granada soportó el incómodo lastre de ser la única provincia de Andalucía sin un solo restaurante con estrella Michelin. Una anomalía que no hacía justicia a la gran variedad de productos de alta calidad que salen de sus tierras, la riqueza culinaria de sus platos y, por supuesto, la calidad de sus bares y restaurantes. Para los polemistas, el debate sobre hasta qué punto la cultura de la tapa gratuita ha podido influir o no en esta demora. Pero es que esa sombra de duda, además, se disipó el año pasado con la concesión el pasado noviembre de la primera estrella para la provincia al distinguido Restaurante La Finca, ubicado en el único hotel de la provincia con la categoría de cinco estrellas gran lujo, el Royal Hideaway La Bobadilla, en Loja. Que sea el único restaurante con estrella Michelin no es óbice para encontrar otros muchos locales en los que la alta cocina ofrece lo mejor de la provincia. En la capital destacan Atelier casa de comidas, María de la O y el tantas veces elogiado por los más ilustres Bar FM. En la provincia, una buena opción es el cada vez más popular Restaurante El Gallo, en Nívar; El Olivo de Miguel y Celia, en Castillo de Tajarja, o el mítico Casa Piolas, en Algarinejo. La Alpujarra, la Costa Tropical, Los Montes o el Altiplano también cuentan con bares y restaurantes en los que el buen yantar es norma de obligado cumplimiento.







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