Investigan el impacto de la actividad física y el sedentarismo en la salud mental de los jóvenes

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental es crucial, y es preciso localizar desde edades tempranas los hábitos saludables que permitan prevenir el desarrollo de trastornos mentales como la depresión o la ansiedad

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El estudio elaborado por el grupo de investigación Profith de la Universidad de Granada (UGR) | Foto: Gabinete
Gabinete
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Investigadores de la Universidad de Granada están analizado cómo impactan la actividad física y el sedentarismo en la salud mental de los jóvenes y asocian el llevar una vida sedentaria con mayores síntomas depresivos, así como con una peor satisfacción con la vida.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental es crucial para el completo bienestar de las personas y las sociedades. Por lo tanto, es necesario, ya desde edades tempranas identificar hábitos saludables que permitan prevenir el desarrollo de trastornos mentales como la depresión o la ansiedad, así como incrementar los niveles de bienestar.

En el contexto de una sociedad cada vez más sedentaria, el grupo de investigación Profith de la Universidad de Granada (UGR) ha realizado una revisión sistemática y meta-análisis con el objetivo de determinar la influencia de la actividad física y el sedentarismo en la salud mental de personas de 2 a 18 años.

María Rodríguez Ayllón, primera autora del estudio e investigadora de la Universidad de Granada, destaca que la actividad física podría mejorar la salud mental de los jóvenes. Aunque el efecto parece relativamente pequeño, podría ser mayor en intervenciones bien diseñadas y enfocadas a satisfacer las necesidades de los jóvenes, promoviendo que se diviertan y perciban que son físicamente competentes, en otras palabras, que sientan que se les da bien moverse.

Algunos de los posibles mecanismos a través de los cuales la actividad física podría mejorar la salud mental de los jóvenes son los cambios en el cerebro, como el incremento de capilaridad y flujo sanguíneo, o la liberación de endorfinas y el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF).

Al mismo tiempo, el estudio sugiere que otros mecanismos psicosociales, como podría ser el apoyo social, que proporciona el pertenecer a un grupo a estas edades, también podrían explicar dicha relación.







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