No hay noche de paz para este Granada (0-3)

Un Sevilla en crisis golea al conjunto rojiblanco en Los Cármenes para mandarlo a comerse las uvas lejos de la permanencia

Granada CF Sevilla FC
Sergio Ruiz se lamenta tras uno de los goles del Sevilla | Foto: Antonio L. Juárez
Chema Ruiz España
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No hay noche de paz para este Granada, que cae sin paracaídas hacia Segunda División sin que nadie parezca poder remediarlo. Este martes ha sido el terapeuta de un Sevilla en crisis, que pasó por Los Cármenes para dejar carbón bajo el árbol rojiblanco y volver a sonreír. Pedrosa abrió el marcador y Ocampos casi hace un agujero a la red con un obús antes del descanso, atolondrada una semana más la zaga granadinista. Sergio Ramos invitó tras el intermedio a la temprana marcha de los hinchas del estadio, en masa en los últimos minutos. Antes, la grada descargó su rabia contra el palco, vista la regresión de los de franjas horizontales y el rumbo del club en todos sus estratos. Fue la última función del circo de los horrores en 2023. Los nazaríes se comerán las uvas, al menos, a seis puntos de la permanencia. Habrá que ver si cumplen sus propósitos el próximo año, aunque es complicado que los camellos de Sus Majestades de Oriente puedan cargar con todos los regalos que necesitan para lograrlo.

En otro contexto, cabría imaginar a dos equipos jubilosos en el vestuario y villancicos al son de sus técnicos, zambomba en mano. Pero tanto Granada como Sevilla están para cualquier cosa menos para una fiesta y lo único que tronó fue un grito unánime: "Directiva, dimisión". A la mesa de Los Cármenes se sentaron los dos conjuntos sin demasiadas ganas, como ese familiar que acude por compromiso a las cenas navideñas. Más bien, por tomar ideas para completar la lista de los Reyes Magos. Apareció Puertas por sorpresa entre los comensales, con Uzuni resguardándose del frío en el banco. Oportunidad para el almeriense de resarcirse ante Oltra, el técnico que le desterró al ostracismo a su regreso al conjunto rojiblanco en 2017, hoy segundo de Quique Sánchez Flores. Fue lo único que varió Medina, imperturbable su confianza en una dupla de centrales zurdos que hace aguas. 

No se puede culpar al frío de la hibernación granadinista, a pesar de que más de uno tiritara este martes en Los Cármenes. El Granada es un plantel inerte que se deja ir desde hace semanas, un equipo sin alma que ha contagiado de su depresión incluso a Bryan Zaragoza. Quique Sánchez Flores lo maniató con lo puesto y una excursión de estudiantes en el banquillo. Su Sevilla salió mandón frente a un rival acongojado, aunque tardó en producir peligro. André Ferreira, en el punto de mira tras su reciente gira de conciertos, salió con seguridad cuando se embalaba Ocampos hacia el área. Después sería un mero espectador de los viajes del balón hacia su red. Suso marcaba el tempo del juego y Soumaré se multiplicaba.

A los de Alexander Medina les cuesta un mundo salir con el balón jugado pese a que se empeñan en ello. La primera vez que lo lograron culminó con un remate inocente de Puertas a las manos de Dmitrovic, con el banderín levantado. Fue algo aislado, si bien más tarde les invadió un ataque de coraje que, aunque carente de fútbol, les permitió merodear las dependencias del guardameta sevillista. El de Benahadux volvió a rematar en una falta y, más tarde, Villar puso el balón en órbita. Sintieron la corazonada los rojiblancos, intensos en la presión, pero no vieron venir el sopapo. A Ignasi Miquel se le hizo bola un despeje sencillo y Suso aceptó el regalo con gratitud. Abrió el juego para la internada de Adriá Pedrosa, que, sin mucha oposición, remitió un envío al segundo palo. En su trayectoria se interpuso la pierna de Ricard y la pelota cayó como un globo por encima de André Ferreira, sorprendido. 

Al Granada se le bajaron los plomos. Quiso taparse la cabeza con la manta y dejar que pasara la tormenta, pero solo había comenzado su pesadilla antes de Navidad. Torrente pasó más adelante sin mirar a quién y En-Nesyri, avispado, torpedeó una entrega que acomodó Ocampos. El argentino salió echando chispas y Gumbau le dio todo el tiempo del mundo para armar el cañón. Disparó certero, allí donde duermen las arañas. El segundo en diez minutos. Solo faltó que se pudiera leer 'game over' en el videomarcador. Los Cármenes enfureció y el conjunto rojiblanco se desquició. En estas, Ramos se elevó más que nadie para forzar a André Ferreira en una falta que el luso detuvo en dos tiempos. Le dolió en el granadinismo a Puertas, que primero asistió al testarazo de Boyé, a las manos de Dmitrovic, y después trató de emular a Maradona sobre la línea de fondo, cegado en la resolución.

Todavía pudo ser peor el escenario al descanso, pero En-Nesyri solo alcanzó a peinar un altísimo servicio de Suso y el travesaño resistió el latigazo de Pedrosa, a quien tendieron una alfombra en su internada. Había que dejar algo para el postre. La pitada rotunda del intermedio tornó en un resignado silencio a la vuelta. Medina reclutó a Uzuni en busca de una reacción. Lo que encontró fue un preciso testarazo de Sergio Ramos al fondo de la red. El sevillano no iba a perdonar dos veces en la materia que domina. Hubo quien, harto, abandonó el estadio.

El cuadro dirigido por Quique Sánchez Flores se acomodó, y con razón, impotente su adversario. Los de franjas horizontales no supieron qué hacer con la pelota. Tan solo Bryan encontró una grieta para combinar con Uzuni en el área. El albanés prolongó la acción hacia Puertas, que, solo frente al arco, no supo cómo superar a Dmtrovic. El Sevilla bailaba solo. Dio descanso a sus hombres habituales mientras Medina fortalecía la medular con Petrovic y buscaba profundidad con Álvaro Carreras. Manu Bueno, uno de los refrescos sevillistas, vio la roja por un pisotón a Lucas Boyé, pero la repetición hizo comprender a Busquets Ferrer que se había pasado y cambió el color de la tarjeta. Callejón entró en las postrimerías, pero de fútbol no hubo mucho más que contar, más allá de alguna intentona desesperada de los locales. Aunque, a decir verdad, hace tiempo que no hay demasiado en Los Cármenes.


Ficha técnica:

Granada CF: André Ferreira; Ricard, Ignasi Miquel, Torrente, Carlos Neva (Álvaro Carreras, 64'); Gumbau, Sergio Ruiz (Petrovic, 64'), Gonzalo Villar (Uzuni, 46'); Puertas (Callejón, 79'), Bryan Zaragoza y Lucas Boyé.

Sevilla FC: Dmitrovic; Juanlu, Gudelj, Sergio Ramos, Kike Salas, Adriá Pedrosa; Soumaré (Marcao, 87'), Óliver Torres; Suso (Manu Bueno, 71'), Ocampos (Rafa Mir, 71') y En-Nesyri (Januzaj, 81').

Goles: 0-1: Pedrosa, min. 23; 0-2: Ocampos, min. 32; 0-3: Sergio Ramos, min. 49.

Árbitro: Mateo Busquets Ferrer, del comité balear. Amonestó a los locales Gumbau y Torrente, así como al visitante Manu Bueno.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la 18ª jornada de Liga en Primera División, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes, ante 16.534 espectadores. Alrededor de 700 de ellos, hinchas sevillistas.







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