Melendo da juego y Bryan lo agita

El mediapunta aseó la circulación del Granada con su incursión en la alineación, mientras que el malagueño, revulsivo desde el banquillo, reclama más minutos

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Óscar Melendo conduce el balón durante el encuentro frente a la Ponferradina | Foto: Granada CF
Chema Ruiz España
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La alineación de Aitor Karanka este sábado en El Toralín volvió a sorprender por las rotaciones introducidas. Además de las obligadas, por lesión de Sergio Ruiz y sanción de Cabaco, el técnico vitoriano dio campo a Óscar Melendo, lo que en cierta medida sí se esperaba tras la recuperación de su lesión, si bien el preparador había dejado entrever en rueda de prensa que tal vez aguantaba su titularidad por precaución. Sentó, además, a Bryan Zaragoza, una de las mejores noticias en el Granada en lo que va de curso, a pesar de que destacó ante el Huesca. El mediapunta catalán dio juego al conjunto rojiblanco, que, como el propio entrenador nazarí había destacado en comparecencias previas, es otro cuando el ‘21’ está sobre el verde. El extremo malagueño, revulsivo desde el banquillo, lo volvió a agitar para seguir reclamando más minutos.

La incursión de Melendo en el esquema rojiblanco aseó la circulación del Granada. El catalán es un enganche puro, que tiene una capacidad única en la plantilla para orquestar el caudal ofensivo del cuadro nazarí. Por detrás del punta, que en Ponferrada fue Jorge Molina, se deja caer a un lado y a otro en pos de ofrecer a sus compañeros una línea de pase que les permita salir de la trinchera propia. Cuando recibe, posee la cualidad de encontrar en el horizonte el espacio por el que su equipo puede atacar.

Su influencia en el juego del Granada crece cada vez que tiene la oportunidad de calzarse las botas. El conjunto rojiblanco juega a lo que Melendo desea, al tempo que él marca. Karanka le ha echado de menos durante los cuatro encuentros que ha permanecido en la enfermería y, por eso, no ha dudado en alinearlo a la primera oportunidad que el estado físico del catalán le ha brindado, frente a la Ponferradina. Se asoció con Callejón y Puertas, apagado el motrileño y desafortunado el almeriense, además de facilitar que el equipo diera un paso adelante, liberados tanto Petrovic como Bodiger de la exigencia de generar juego ofensivo. Sin balón, avanzó unos metros para situarse a la altura de Jorge Molina y dificultar la construcción estática del cuadro berciano.

El refresco

El Granada fluyó hasta que a Melendo se le encendió el piloto de la reserva. Entonces, la Ponferradina se creció y amedrentó durante algunos minutos al cuadro nazarí. Karanka, no obstante, mitigó la reacción local agitando el duelo con la entrada de Bryan Zaragoza, que relevó al catalán. El extremo es pura chispa, un talento natural que juega a otra velocidad. Perfundió osadía en el choque y lo dotó de idas y venidas que agitaron el tramo final. Su ausencia en la alineación titular suscitó dudas, pero desde el banquillo ha demostrado ser un arma muy peligrosa.

El velocista malagueño retó a Moi Delgado, que había salido al descanso en el lugar de Lukaku, y le sobrecalentó el motor a base de galopadas. En su primera acción, casi conecta con Arezo, también recién entrado, con un pase al área que Pascanu abortó con los tacos. Después, intentó él mismo romper la igualdad, pero sin éxito. Desde su participación frente al Mirandés, Bryan Zaragoza reclama más minutos, incisivo y vertiginoso. No obstante, cabe plantearse si tal vez es la indumentaria de refresco tras el intermedio, como revulsivo, la que mejor le sienta.

Rochina se pone a punto

El joven futbolista, con ficha del Recreativo, había sido lo más destacado del duelo anterior frente al Huesca, junto con un Rubén Rochina que también se quedó en el banco. El mediapunta valenciano fue el primero en ingresar desde el banquillo ante la Ponferradina, tras el descanso en el lugar del dolorido Ricard. Empieza a ponerse a punto, tras superar la secuencia de lesiones que le lastraron la pasada campaña y que le impidieron trabajar al nivel al que acostumbra hasta bien entrado el curso. Entre el jugador que regresó en el amistoso de presentación contra el Málaga y el que este sábado tomó el relevo en la organización nazarí se aprecia un cambio radical.

Rochina entró para retrasar a Puertas, carrilero desde entonces, y actuar como una suerte de falso extremo. Aunque partía desde la banda, por instinto se mueve hacia el centro, lo que suavizó el progresivo desgaste de Melendo en zona de tres cuartos. Desde ahí, enganchó nada más comenzar un disparo raso con el que exigió a Amir y forzó una pérdida que le situó casi mano a mano con el guardameta, con la opción de asistir a Jorge Molina o Bodiger, aunque terminó estrellando el balón en la pierna del portero. Con la entrada de Bryan Zaragoza, quedó como enganche puro y aguzó las posesiones granadinistas. A balón parado, también suscitó problemas a la zaga berciana, aunque la acción en la que encontró un aliado en el área, que Miguel Rubio culminó mandando el balón a la red, fue anulada.

Más efectivos

Los tres jugadores empiezan a ofrecer alternativas sólidas a un Aitor Karanka que sacó de la alineación a Uzuni y acabó reemplazando también a Callejón. Además, el técnico vitoriano empieza a recuperar efectivos. Más allá del propio Melendo, este sábado se sentaron en el banquillo Jonathan Silva, Alberto Perea y Alberto Soro, ya recuperados en principio de sus respectivas dolencias. Cabaco, aunque fue expulsado por roja directa, estará disponible este jueves porque solamente fue sancionado con un partido. Habrá que ver si Ignasi Miquel o Sergio Ruiz se encuentran aptos, pero el entrenador del Granada goza ahora de una más amplia disponibilidad.







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