Vídeo | Los churros de siempre, ahora también para llevar

Cafetería Alhambra ha inaugurado su nuevo servicio take away, un concepto que abarca tanto la recogida en el nuevo local de la empresa como el reparto a domicilio

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La inauguración del nuevo local de la empresa congregó a decenas de personas | Foto y vídeo: Celia Pérez
Chema Ruiz España
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Faltaban cinco minutos para las 19:30 horas, y en una de las esquinas de la Plaza Bib-Rambla se empezaban a aglutinar personas. Los viandantes, con curiosidad, se iban deteniendo al llegar, expectantes, y el motivo no era la instalación de la decoración navideña en el céntrico emplazamiento, ni siquiera la futura pista de hielo. Lo que allí hacía pararse era un pequeño local, cuya iluminación dorada resaltaba entre los negocios de toda la vida, a pesar de que no deja de ser uno de esos lugares de siempre. "¿Qué es? ¿Una inauguración?", se preguntaban algunos, incapaces de esconder en su rostro la extrañeza. En el de quienes desde dentro se dejaban ver, se percibía el nerviosismo y la ilusión de quienes van a atender a sus primeros clientes. La Cafetería Alhambra, de casi 80 años de historia, daba un giro. Este miércoles no solo estrenaba establecimiento, que también, sino un novedoso concepto de churros take away -se puede ver en el vídeo que acompaña a este reportaje-.

"¿Ahí va a caber tanta gente?", preguntaba una señora, conocedora del negocio tradicional, pero asombrada por la muchedumbre que aguardaba la apertura al público del establecimiento. La respuesta les sorprendió: este concepto que implementa la empresa no consiste en una cafetería al uso, sino que los clientes entran, piden sus churros y se los llevan. "Oy, pues eso está muy bien. ¡Me ha dado una idea para otro día!", exclamó la mujer, al conocer el funcionamiento de la nueva rama de atención de la Cafetería Alhambra. De repente, salió del interior Bubi Moreno, uno de los propietarios de la empresa, deseoso de quitar la cinta de la puerta para permitir que entrasen todos los que esperaban en el frío. "Lo que queremos es llevar a los granadinos los churros", sostiene.

Es la idea fundamental que persigue esta modalidad de venta, que, además de la recogida en el establecimiento, también habilita la opción de comprar churros con chocolate mediante aplicaciones de reparto a domicilio. "Para la gente que no puede venir aquí a Bib-Rambla, poder llevárselos, tanto por Glovo como por JaustEat y Uber Eats. Luego, también está el formato del ‘cucuchurro’, para que la gente los pueda degustar mientras ve la maravilla de ciudad que tenemos. Va paseando por todos los monumentos y puede ir comiéndose su chocolate con churros, que calienta y bien rico que está", abunda Bubi Moreno. José Manuel Villanueva, también propietario, lo sintetiza: "Lo que queremos es que nuestra terraza sea toda Granada".

"Una forma de adaptarse a los nuevos tiempos"

"Es una modernización del negocio tradicional que ya teníamos, para que puedan disfrutar todos los granadinos del chocolate con churros, tanto en pedido a domicilio como en recogida en el establecimiento", señala, antes de definir esta innovación como "una forma de adaptarse a los nuevos tiempos". "La gente joven quiere otros conceptos", sostiene, aunque matiza que no se trata de más que "otra forma de servir". "En realidad, el sabor sigue siendo el mismo, el churro sigue sabiendo igual. El churro es algo muy importante, muy famoso en esta ciudad. Queremos darle una nueva dimensión", agrega.

Lo hace con cierta presteza, porque la clientela se impacienta. Los dos socios recibieron a Antonio Jesús Pérez, párroco de San Agustín y San Juan de Letrán, y la cinta fue retirada. Se adentraron rápidamente decenas de personas en el local, que no querían perderse el alumbramiento de la nueva modalidad del negocio. "El concepto que queríamos era una modernidad, dar a conocer más el churro, que es un emblema de la ciudad, dar a conocer todo esto a través del chocolate con churros", expone Villanueva a sus primeros visitantes, antes de ceder el testigo al sacerdote, que bendijo el local. "Siempre que hay un nuevo comienzo, empezar con la bendición de Dios viene bien", pronunció, para, seguidamente, orientar el rumbo de la empresa con una antífona cuidadosamente elegida para la ocasión: "Guía, Señor, las obras de nuestras manos".

Los asistentes presenciaban el acto con emoción. "En el mes de obra que hemos estado, la gente preguntaba qué es, decía que tenía ganas de probarlo. Hoy que está el local terminado, la gente ha entrado varias veces diciendo 'oye, queremos llevarnos', pero he dicho 'a partir de mañana, hoy no se puede'", puntualiza Bubi Moreno, a quien no le sorprende estar robando la atención a la decoración navideña. "La gente sabe que lo de la Navidad es muy bonito, pero que aquí se llena la barriga", bromea. Del local tradicional, situado a pocos metros, empiezan a salir camareros, bandeja en mano, con los ‘cucuchurros’ prestos para repartir entre los asistentes. "¡Ay, qué monos!", exclaman al verlos venir. Al probarlos, aunque ya los conocían, no pueden evitar augurar un buen futuro a la innovación: "Están genial".







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