Alba Sánchez, la joven de Granada que participará en una simulación de la vida en Marte

Esta atarfeña de 27 años es una de las ocho personas seleccionadas para un programa que tendrá lugar entre marzo y abril en Utah

Alba Sánchez, la joven de Granada que participará en una simulación de la vida en Marte
Alba Sánchez trabaja en el laboratorio de la Universidad Católica de Lovaina donde realiza su tesis doctoral | Fotos: Remitidas
Miguel López Rivera
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Lo sabía desde mayo, pero tenía que guardar el secreto hasta octubre, cuando la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica, dio a conocer al fin los nombres de los ocho jóvenes científicos que formarían parte Proyecto Mars UCLouvain. Se trata ni más ni menos de un programa que, a modo de simulación, recrea las condiciones de vida en Marte durante dos semanas. Alba Sánchez, natural de Atarfe, es la única española seleccionada en ese selecto grupo de ocho. En el desierto de Utah, donde se lleva a cabo el proyecto, tendrá las mismas sensaciones que un humano experimentaría en el planeta rojo, a excepción de la ausencia de gravedad y la radiación.

Entre el 31 y el 14 de abril, Alba tendrá el agua racionada, ingerirá comida liofilizada y convivirá junto al resto de sus compañeros de 'viaje' en un espacio muy pequeño. La Estación Experimental del Desierto de Utah también reúne las condiciones e infraestructura necesarias para que los participantes deban salir al exterior con trajes espaciales, se comuniquen por walkie talkie y cuenten con una zona de descomprensión, además de soportar altos niveles de estrés al estar dos semanas sin red. Algo que, como relata Alba, "se sabe que existe en los viajes espaciales".

La Nasa ha puesto el horizonte de amartizar –sí, esta palabra existe– en 2040. Quién sabe si en dicha expedición pionera irá Alba, a quien lo de ponerse la escafandra y viajar al espacio exterior le parecía "un sueño frustrado que nunca me había planteado", pero que ahora, después del mail de confirmación que recibió mientras trabajaba en su doctorado, ya no descarta. "Es un tema que me flipa", resume lacónicamente.

Será tres días antes de iniciarse el experimento cuando esta joven de 27 años empaque las maletas y ponga rumbo a Utah. Pero el trabajo de preparación comienza mucho antes, pues la Universidad de Lovaina, donde presentará a finales de 2024 su tesis doctoral en Ciencias Biomédicas y Farmacéuticas, exige pulir a cada uno de los ocho participantes las diferentes disciplinas en las que son expertos y que van a abundar con amplitud en el oeste de los Estados Unidos. "En el equipo hay dos psicólogos, un geólogo, un ingeniero civil, un bioingeniero, un físico, una farmacéutica y por último una biotecnóloga, que soy yo. Hay protocolos muy estrictos y tenemos que dejar constancia de cada cosa que hacemos. En el momento de plantear nuestra solicitud, también teníamos que plantear nuestra propuesta y yo iré a Utah para desarrollar mis conocimientos en inmunología", explica la granadina.

Un proyecto cuya ejecución corre a cargo de los propios científicos, con lo que ello conlleva. "Tenemos que buscar el dinero hasta debajo de las piedras", bromea, aunque a su modo de ver "por eso es una experiencia tan enriquecedora". "Tenemos que hacerlo todo, desde planearlo hasta encargarnos de que financieramente salga todo adelante. También tenemos la tarea de buscar patrocinadores", abunda, con el fin de cubrir las necesidades que implica su estancia, los vuelos y los materiales que requieren los experimentos. "En ciencia, ya sabemos que todo es carísimo", se encoge. Disponen por ello de un número de cuenta a través del que recogen cualquier aportación institucional y empresarial. Se trata de la cuenta con IBAN BE74 0689 3186 7307 y BIC GKCCBEBB, a la que reciben los ingresos con el asunto "nombre/nombre de empresa - SPONSORSHIP MARS 2024".

De Emilio Herrera a Alba Sánchez

La historia de Alba evoca irremediablemente a la de otro granadino cuyas aportaciones a la carrera espacial fueron claves. Emilio Herrera Linares, además de militar, aviador, diplomático y hasta presidente de la República en el exilio, también fue ingeniero aeronaútico y aeroespacial. Inventó y patentó la primera escafandra estratonáutica, precursora del traje espacial con el que posteriormente comenzaron a hacerse expediciones al espacio, y sus aportaciones en este campo fueron de gran relevancia tanto a nivel nacional como, sobre todo, internacional.

A Alba, la mera comparación ya le emociona, pero aunque pueda parecer paradójico, tiene los pies en la tierra: "Creo que no estamos al mismo nivel porque yo no me dedico exclusivamente a la aeronáutica ni a la exploración espacial, pero siempre ha sido algo que me ha apasionado. Poder contribuir de alguna manera, sin ni siquiera tener esa formación tan específica, es para mí un orgullo que no me cabe. Soy científica porque siempre he querido hacer mi aporte a la sociedad de cualquier manera, sobre todo para mejorar la vida de las personas o nuestro conocimiento sobre el mundo que nos rodea. Poder poner mi granito de arena es un orgullo que no me cabe". Y a fe que lo hace, pues como ella mismo detalló en GranadaDigital también se dedica a divulgar la ciencia entre los jóvenes aprovechando el escaparate de TikTok. "Ahora estoy también en Instagram", aprovecha para apostillar entre risas.

Y risas y sonrisas, muchas sonrisas, es lo que se dibujó en su cara cuando se enteró de que era una de las selecciones: "Estaba en mi oficina del laboratorio cuando me llegó el correo. Estaba en shock, pero automáticamente me puse literalmente a botar. Avisé por videollamada a mi madre y en casa estaban todos locos de contentos. Luego salí literalmente corriendo a contárselo a mi pareja".







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