Primer caso de eutanasia en Granada: "Cuando no disfrutas de nada en tu vida diaria, no dudas en liberarte”

Catherine, natural de Francia pero de corazón andaluz, es la primera persona de la comunidad en solicitar y conseguir ejercer la Ley de la Eutanasia

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El 13 de enero de 2022, Catherine rodeada de su familia, amigos y médicos falleció en la cama de su casa | Foto: Archivo
Celia Pereira
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"Esto es una mierda. De forma que mejor irse a otra parte. Ya os contaré", alegó con ironía hace un tiempo Catherine en la emisora France Info. Esta mujer llegó a Granada, en concreto al Valle de Lecrín, hace más de diez años. Francesa de origen, pero sus raíces crecieron por todo el mundo, así lo asegura Pascale, amiga y cuidadora de Catherine.

Viajaba muchísimo, vivió en varios países, pero Andalucía la enamoró. En Granada se vive muy bien, por eso se vino aquí”, cuenta Pascale, que además lo asegura vehemente porque ella también vive en una localidad granadina, concretamente en Dúrcal.

Hace cinco años todo cambió en la vida de Catherine. “Estaba todo el día cansada y no encontraban lo que era hasta que una médica encontró lo que le estaba provocando este cansancio”, explica Pascale. "Párkinson severo" fueron las palabras que escuchó esta señora francesa de 63 años. La enfermedad neurodegenerativa avanzó muy rápido, su estado físico fue disminuyendo hasta que hace dos años era totalmente dependiente. “Había cuidadoras que se turnaban en su casa todo el día. No podía estar sola”.

Su cuerpo era una cárcel y quería liberarse, morir con dignidad

Espíritu joven, culta y con una memoria enviable, así define Pascale a su amiga, y es que, aunque las capacidades físicas de Catherine eran nulas, las cognitivas no habían cambiado. “Hubo un tiempo en el que se planteó ingresar en una residencia de ancianos, pero realmente esto le deprimía. No quería estar con personas mucho más mayores que ella y todo se complicaba por el idioma”. Otra de las opciones que barajó Catherine era irse a Suiza, “allí la Ley de la Eutanasia estaba aprobada desde hace tiempo, así que miró cómo podía solicitarlo, pero era muy caro y difícil por la poca movilidad que tenía. Lo descartó.”

En verano de 2021 vio la luz. “Le brillaban los ojos, su proyecto fue coger las riendas de su vida y solicitar ejercer su derecho a la eutanasia”. Pascale cuenta emocionada que su amiga no paraba de pensar en eso, en los documentos para el dossier, en la respuesta y el día que iba a suceder. “Su cuerpo era una cárcel y quería liberarse, morir con dignidad”.

A esto último se refiere por el miedo que pasaba Catherine por fallecer atragantada con un trozo de comida. Debido a su enfermedad las horas para comer se complicaban en la vida de esta mujer, no podía tragar con facilidad y esto le generaba angustia por poder morir de esa manera.

Es muy difícil separarme de mis amigos de manera consciente, pero cuando no disfrutas de nada en tu vida diaria, no dudas en liberarte

Pero el 2021 no iba a dejar de sorprender a Catherine, y es que el 26 de diciembre le enviaron la resolución de la petición de eutanasia. Fue positiva. 18 días después consiguió llevar a cabo lo que llevaba tanto tiempo deseando: morir dignamente. El 13 de enero de 2022, Catherine rodeada de su familia, amigos y médicos falleció en la cama de su casa. “Tuvo mucho amor a su alrededor y estaba tan convencida de su elección que no dudó ni un momento, se fue con calma”, cuenta Pascale.

“Los últimos días ella quería que fuera todo normal, no quería hablar de su muerte sino seguir viviendo como hasta ahora. No obsesionarse con este momento”. Puede parecer extraño conocer el día de tu muerte, por ello, Catherine le dijo a su amiga antes de morir que es muy difícil separarme de mis amigos de manera consciente, pero cuando no disfrutas de nada en tu vida diaria, no dudas en liberarte.

Por otro lado, Pascale se alegra de que esta Ley se haya aprobado en España porque “cuando no tienes esperanza, debes tener derecho a elegir tu futuro”. Además, asegura que para ella fue un proceso muy fuerte acompañar a Catherine en esto, pero más que apoyarla era su mano derecha. Ojos y voz antes las administraciones y médicos. Por eso, cuando aprobaron la Ley sonrió por su amiga. “Ha podido agarrarse a eso y he visto como se liberaba”, zanja Pascale.







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