Los monitores escolares de Granada reclaman la contratación a jornada completa para el colectivo

Un total de 72 personas empleadas en la provincia tienen un contrato de 20 horas semanales con el que aseguran que no satisfacen las necesidades de sus centros

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Imagen de archivo de la entrada a un colegio de Granada | Foto: Carlos Gijón/Archivo GD
Sergio Rodríguez Acosta
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En el 2006, el empleo de monitor escolar comenzó a ser conocido entre muchas familias. Muchas personas, la mayoría de ellas mujeres, accedieron a este puesto de trabajo que tiene numerosas facetas en los centros educativos. Habitualmente se les relaciona con administrativos, pero apoyan en tareas de comedor escolar, biblioteca, transporte, actividades extraescolares y otros menesteres, pues son un comodín. Han pasado quince años desde aquel marcado momento, y desde entonces se han producido muchos altibajos entre los trabajadores que desempeñan esta función y la Junta de Andalucía. El objetivo del colectivo en este momento es que todos sus integrantes sean contratados a jornada completa, pues más de un tercio de ellos tiene un contrato de 20 horas. Los propios monitores aseguran que una relación de jornada parcial no satisface las necesidades del centro ni tampoco las suyas económicas.

Manolo Fernández, responsable de la sección de Laborales de CCOO Enseñanza de Granada, es monitor escolar desde hace más de 30 años y conoce de primera mano las labores que desempeña este perfil. "Encuentras de todo. Depende del equipo directivo y lo que deleguen en la persona", explica Fernández, que destaca que el inicio del curso es el momento más ajetreado debido a la cantidad de tareas administrativas existentes con las matriculaciones y otras gestiones.

El representante de CCOO explica desde su experiencia empírica como se han desarrollado los acontecimientos desde el comienzo: "Desde 2006 se dijo que iba a haber un monitor en cada centro, pero al mismo tiempo que se firmaba un acuerdo se estaba haciendo una privatización". En 2013, se sucedieron una ola de despidos en lo que Manolo Fernández califica como una "cesión ilegal". La historia se encaminó pronto hacia los tribunales, donde los trabajadores ganaron sus causas, lo que dio paso a que las plazas fuesen de la Junta. "La administración dejó los contratos como estaban, lo que derivó en que se hiciesen contratos de 8, 12 y 16 horas semanales. "Eso es una barbaridad. Había personas que cobraban 300 euros. Posteriormente conseguimos subir el mínimo a 20 horas semanales", declara el responsable de la sección de Laborales de CCOO Enseñanza de Granada. El objetivo ahora es que todos pasen a ser de 35 horas.

Un total de 72 monitores, que representan un 38,1% de los empleados en la provincia, tienen jornada parcial. Una de esas personas es Rosa Ávila, que trabaja como monitora en el CEIP La Almohada de Belicena desde 2006. "Tengo un colegio con 460 niños y con 20 horas no me da", manifiesta Rosa, que defiende que "los centros y las familias tienen que estar bien atendidos". Tanto ella como Manolo recuerdan que la administración ha dado el ansiado sí en alguna ocasión, pero "siempre se remiten a los presupuestos", sostiene Rosa.

La monitora escolar de La Almohada reclama "igualdad" porque "todos los puestos tienen que ser de 35 horas". Rosa recuerda que el trabajo es la vía para ganarse la vida, ya que a sus 40 años tiene dos hijos y una hipoteca. "No llega uno a final de mes", agrega. Esta granadina dice que siente "frustración" cuando ve que no puede sacar su trabajo adelante, lo que en ocasiones deriva en tener que llevarse a casa parte de sus cometidos. La parte positiva para ella es que su centro es consciente de la necesidad que existe con su puesto y lo positivo que sería si tuviese 15 horas más de trabajo a la semana. "Algunos directores han enviado escritos a la delegación", expone Rosa, que espera que quince años de lucha tengan un final feliz para ella y sus 71 compañeros.







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