Granada, la musa de la inspiración para los más ilustres artistas

Washington Irving, Eugène Delacroix o Alejandro Dumas, entre otros, tuvieron a la ciudad nazarí como base para la creación de sus obras

Visita a la Alhambra por el dia del patrimonio
La Alhambra es uno de los espacios más apreciados por grandiosos artistas | Foto: Antonio L. Juárez
Juan Pérez Martín
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A lo largo del tiempo, los más grandes artistas de toda la historia han tenido la imperiosa necesidad de poseer una fuente de inspiración para la realización de sus majestuosas labores. A menudo, el hecho de estimar a una musa incluso ha servido de ayuda para poder ver la luz ante una bruma que impedía conectar con la fuente de la creación.

Sin duda alguna, Granada ha sido el numen de centenares de virtuosos. Ya sea por el encanto de la ciudad como tal, su gente o sus lugares, la ciudad nazarí ha servido para que grandes obras, como Cuentos de la Alhambra, hayan visto la luz. Washington Irving es uno de los principales mencionados en esta lista. "Jamás en mi vida habité un lugar más delicioso que este y nunca podré encontrar otro que se le iguale”, manifestó el neoyorquino, que se alojó en territorio granadino mientras escribía el conjunto de leyendas nazaríes que tanto éxito tuvieron y hacen que cada año tantos turistas de fuera acudan hasta la fortaleza musulmana.

El escritor, que habitó en las Salas de las Frutas, junto a las Habitaciones de Carlos V, quedó deslumbrado por la Alhambra, y así lo mostró en su recopilación de obras, donde narra diferentes tradiciones y fábulas que los propios granadinos de la época le contaron al americano. El monumento, que destaca por su encantadora belleza y la magia que desprende, ha hecho que más intelectuales hayan quedado atrapados en sus visitas. John Frederick Lewis, Alejandro Dumas, David Roberts o Jean-Auguste-Dominique Ingres son otros grandes maestros que también han estado en Granada y han tomado la capital como base para sus obras y cuadros.

En la corriente romántica del propio siglo XIX resalta Eugène Delacroix, que estuvo durante un amplio periodo en diferentes sitios de Andalucía, entre ellos Granada. La inspiración oriental, tomada de la propia herencia musulmana, lo tomó como referencia en partes de sus creaciones.

Los pintores de la época, que partían de lo exótico y el toque oriental de la Granada mora, tuvieron más interés por ello, sobre todo gracias a la luz que se puede captar en la propia Alhambra, que cambia los colores de esta figura dependiendo de los ángulos de los rayos solares.

Las complejas construcciones o los materiales de lo que estaba hecho fascinaban a los ilustres, que deleitaban y continúan agradando a todos los visitantes que acuden para perderse y disfrutar de una experiencia hipersensorial que transporta a lo maravilloso.

Una ciudad donde el enamorado escribe mejor

Diferentes espacios de la ciudad andaluza, además de la Alhambra, han servido de inspiración para grandes poetas nacionales en estos últimos siglos. El reconocido Paseo de los Tristes, la Catedral, el Mirador de San Nicolás o la Acera del Darro son otros de los sitios que también han servido de ayuda a los maestros en las distintas artes.

Mención aparte tiene Federico García Lorca, granadino y orgulloso de ello que, a lo largo de su efímera vida, llevó por bandera a Granada. El propio poeta, en una de sus obras, afirmó que Granada "está indefensa ante la gente; pues ante los halagos nada ni nadie tiene manera de defenderse".

Lorca tenía un amor incondicional por su tierra y por su gente. El dulzor que le desprendía hacía que disfrutara cuando estaba en su casa: "Granada es una ciudad de ocio, una ciudad para la contemplación y la fantasía, una ciudad donde el enamorado escribe mejor que en ninguna otra parte el nombre de su amor en el suelo".

Sin duda alguna, la frase más mencionada cuando se habla de Granada la creó Francisco de Icaza, otro novelista que tuvo predilección por este territorio: "Dale limosna, mujer, que no hay en la vida nada como la pena de ser ciego en Granada".

Antonio Machado, Lope de Vega, Miguel de Unamuno o Rafael Alberti son otros que, a través de la lectura, también cayeron hechizados por el embrujo de Granada y tuvieron a bien dedicarle unos versos con los que lo reflejaron a la perfección:

“Todas las ciudades tienen su encanto, Granada el suyo y el de todas las demás” – Antonio Machado

“No sé si llamé cielo a esta tierra que piso, si esto de abajo es el paraíso ¿Qué será la Alhambra, cielo?” – Lope de Vega

“Las lágrimas me subían a los ojos, y no eran lágrimas de pesar ni de alegría, eran de plenitud de vida silenciosa y oculta por estar en Granada” – Miguel de Unamuno

“Luego iremos todos los otoños a Granada a morirnos un poco…” – Juan Ramón Jiménez

“Con Granada se despiertan los sentidos más dulces. La vista, el oído, el tacto y sobre todo el dulce gusto por todo” – Jorge Oteiza







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