La receta Sandoval para perseguir el milagro

El técnico transmite entusiasmo y confianza a los jugadores, con fe en las posibilidades de lograr la permanencia y su anterior etapa como argumento

Foto Antonio L Juarez - Entrenamiento de Jose Ramon Sandoval como nuevo entrenador del Granada CF-16
José Ramón Sandoval bromea con Sergio Ruiz durante su primer entrenamiento al frente del equipo | Foto: Antonio L. Juárez
Chema Ruiz España
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José Ramón Sandoval ha comenzado a aplicar su receta para perseguir el milagro desde su primer día de vuelta en el Granada. Una inyección de entusiasmo y confianza para sacar a sus pupilos de la depresión generalizada. El técnico rojiblanco, aun consciente de que las posibilidades de salvación son mínimas, se aferra a ellas con fe y convicción. Con base en estos ingredientes, pretende, al menos, una reacción que dignifique el escudo granadinista y que despierte cierta ilusión desde el choque frente al Cádiz. Esa primera cita se antoja clave en el levantamiento de los ánimos nazaríes, los cimientos en la construcción de una nueva moral que permita a los de franjas horizontales competir por sus opciones de permanencia hasta el final del curso.

Cabría imaginar al técnico madrileño como Jack Sparrow al frente de la perla rojiblanca, incapaz de dar la causa por perdida mientras al equipo le quede aliento. Enérgico, su retorno a Los Cármenes fue toda una declaración de intenciones: "¡Vamos, hostia!". Ya durante el entreno, mostró a los medios para qué ha venido. Cercano, conversó con algunos de los pesos pesados en el vestuario, como Carlos Neva, Víctor Díaz y José Callejón. También mantuvo una charla con Sergio Ruiz entre ejercicios, otra con Kamil Piatkowski y una tercera con Marc Martínez, que ni siquiera ha debutado. En todas ellas, la sonrisa final tanto del técnico como de los jugadores como denominador común.

Sandoval sabe que la recuperación del equipo pasa por el plano mental y por ello hace las veces de psicólogo con la plantilla. En cada práctica, un refuerzo positivo, elogios e intensidad. También integra en el funcionamiento a Manolo Lucena y Jorge Molina, a quienes conserva en el cuerpo técnico y quiere implicados por lo que representan tanto en el vestuario como en la propia entidad rojiblanca. "¡La calidad la pone Manolo! ¡Olvidaos!", destacó este martes en su primer entrenamiento. Con todo ello busca la unión del vestuario, un latido conjunto en pos de la salvación. "El esfuerzo no es por mí, sino por mi compañero. Sé que si voy, el otro tiene que hacer un poquito menos", indicó a sus pupilos.

Como principal argumento, su anterior etapa. Sandoval se incorporó por primera vez al Granada en mayo de 2015, con cuatro jornadas por delante para salvar la categoría. Un margen de tiempo muy reducido, pero con el umbral mucho más cerca que ahora. Le separaban cuatro puntos del corte de la permanencia, nueve menos que en esta campaña. Entonces, encontró a un equipo también tocado, que personificó durante su presentación en el caso de Lass Bangoura. El extremo, fichado en invierno procedente del Rayo Vallecano, había coincidido con el técnico en el conjunto franjirrojo, pero en el cuadro nazarí había sido relegado a un segundo plano. El madrileño le devolvió la confianza, titular de nuevo tras un mes de suplencias.

Entonces, Sandoval logró contagiar de entusiasmo al vestuario y lavar la cara al equipo. Venció en su primer partido, en casa del Getafe, para inocular confianza en la plantilla y afrontar con convicción las cuatro últimas citas. Venció dos de ellas con solvencia, en Los Cármenes contra el Córdoba y en Anoeta frente a la Real Sociedad, para situarse en una posición favorable con respecto a sus rivales directos. Se permitió empatar en la última jornada con el Atlético de Madrid en un encuentro de no agresión para salvar la categoría. Ahora, recupera esa fe para abordar una misión casi imposible. Las matemáticas conceden una probabilidad mínima, en manos además del resto de equipos en la pomada. Suficiente para sostener la confianza del madrileño.







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