Los fichajes de invierno que continúan en el Granada

En las filas rojiblancas permanecen cinco de sus últimas incorporaciones de enero, cada una en una situación y rol diferentes

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Matías Arezo, en su presentación con el Granada CF | Foto: Javier Gea
Chema Ruiz España
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Aunque son pocas las incorporaciones invernales que han sumado al Granada y prolongaron su estancia en el plantel nazarí más allá del curso en el que firmaron, en las filas rojiblancas permanecen en este momento cinco de sus últimos fichajes de enero. Son Matías Arezo, Njegos Petrovic, Myrto Uzuni, Shon Weissman y Famara Diédhiou, jugadores todos ellos cuya llegada implicó un desembolso económico de la entidad granadinista, con contrato de larga duración la mayoría de ellos. Los tres primeros se unieron en 2022, mientras que los dos últimos lo hicieron ya en 2023. Cada uno vive una situación distinta y ostenta un rol diferente.

Los fichajes invernales que más tiempo acumulan en la plantilla granadinista son Njegos Petrovic y Myrto Uzuni, que reflejan bien esta disparidad en la tesitura de todos ellos. El mediocentro serbio, de 24 años, fichó por el Granada en enero de 2022 procedente del Estrella Roja, donde mostró un potencial atractivo para la dirección deportiva rojiblanca, entonces liderada por Pep Boada. Tras unas negociaciones largas, el club nazarí concretó un traspaso por 1,6 millones de euros que permitió al centrocampista recalar en Los Cármenes. Estampó su rúbrica en un contrato que le ata hasta 2026 como una apuesta de futuro.

Petrovic tuvo un papel protagonista en la recta final de la campaña 2021/2022, que concluyó con el descenso del equipo a Segunda. Jugó 15 partidos, 10 de ellos como titular, y mostró una potencia que proyectaba un futuro llamativo. Continuó en el plantel en la categoría de plata, pese a que atrajo el interés de algunos equipos en el extranjero, si bien perdió relevancia, sobre todo con la llegada de Paco López al banquillo. Cerró la temporada con 26 partidos en sus botas, 18 de ellos entre los titulares, tras lo que quedó sumido en el ostracismo en el retorno a Primera. La llegada de Alexander Medina y un cambio de sistema le ofrecen la posibilidad de reengancharse. En lo que va de temporada, ha participado en 11 encuentros, solo uno, el de Copa frente al Arosa, de inicio.

Uzuni, por su parte, recaló en el Granada procedente del Ferencvaros, después de firmar la que hasta entonces había sido su mejor marca goleadora. El club rojiblanco abonó alrededor de tres millones de euros para hacerse con sus servicios hasta 2025 y pronto entró en la rotación del equipo. Participó en 15 duelos, nueve como titular, en los que anotó un gol y dio una asistencia, todavía en proceso de aclimatación. Sintió la responsabilidad de devolver al cuadro granadinista a Primera y asumió el reto como una cuestión personal tras la marcha de Machís. Se echó el equipo a la espalda con un apetito voraz que le permitió mandar a la red 22 disparos, los mejores números de la categoría, y repartir otros seis pases de gol. Su rendimiento llamó la atención del extranjero, pero él quiso continuar y prorrogó su contrato hasta 2026. 

La vuelta a Primera División está costando algo más al atacante albanés, que pese a ello es junto a Bryan Zaragoza el máximo artillero del equipo. Suma cinco dianas en 18 encuentros, 15 de ellos como titular. Este rol parece peligrar desde la llegada de Alexander Medina, que prefiere jugar con un punta. Aunque puede regresar a la banda, su posición original, sus cualidades lucen menos lejos del área. Deberá luchar por reivindicarse.

Arezo, también desde 2022

Mayor es la pugna que debe emprender Matías Arezo, el tercero de los tres fichajes invernales de la campaña 2021/2022 que permanece en el club. El delantero, considerado una joya futura a sus 21 años, fichó por el Granada a razón de alrededor de seis millones de euros por el 50% de sus derechos, cuando, entre otros grandes clubes de Europa, la Juve de Matteo Tognozzi le echaba el ojo. Fue la gran apuesta de futuro del equipo de trabajo de Pep Boada e, incluso, el propio ariete comprendió que necesitaría un periodo de aclimatación al fútbol español tras destacar en Uruguay. Sin embargo, no logró convencer a Aitor Karanka ni a Paco López tras el descenso del equipo y al final del ejercicio pasado salió cedido a Peñarol hasta el 31 de diciembre, con un bagaje que, por el momento, se reduce a 18 partidos, cuatro como titular, y un solo gol.

Durante su préstamo a Uruguay, Arezo recuperó su mejor versión, indiscutible en Peñarol e, incluso, internacional absoluto. Cerró su cesión con 21 tantos en su cuenta particular, en 40 encuentros disputados, antes de regresar a Granada. Ahora, pretende convencer a Alexander Medina, hacerse un sitio en el conjunto rojiblanco y mostrar su valía. “Se termina un año más, esta vez fuera de casa, con mi familia, y reencontrándome con un club tan importante como lo es el Granada para mí, con muchas ganas de vivir lo que se viene y preparado para todo lo que llegue por delante”, escribió en sus perfiles oficiales en redes sociales. Con contrato hasta 2026, trabaja ya a las órdenes del Cacique, dispuesto a cautivarle.

Los casos de Famara y Weissman

Los casos de Famara Diédhiou y Shon Weissman son bastante diferentes. Ambos llegaron al Granada en Segunda, durante el último mercado de invierno, cedidos con sendas opciones de compra obligatorias en caso de ascenso. El israelí generó un impacto inmediato en el conjunto rojiblanco, con un tanto en el primer balón que tocó con la elástica nazarí, pero fue perdiendo la confianza de Paco López. El senegalés, por su parte, no llegó a colarse entre el grupo de titulares del técnico valenciano. El salto a Primera, no obstante, ejecutó automáticamente la adquisición de ambos futbolistas, que ingresaron 3,5 millones de euros en el Valladolid y 500.000 euros en el Alanyaspor. 

Weissman firmó contrato hasta 2026, si bien se sabía en la rampa de salida al igual que Famara Diédhiou, cuyo vínculo se extiende hasta 2024. Ambos estuvieron cerca de marcharse este verano, especialmente cerca la llegada del israelí al Venezia italiano, pero las operaciones no fructificaron. El senegalés siempre quiso quedarse y continúa convencido de que puede ser importante en el Granada. El ex del Valladolid, en cambio, intenta convencer ahora a Alexander Medina. Hasta el momento, ninguno ha gozado de muchos minutos en lo que va de curso.