La Toma celebra su 530 aniversario otra vez en la intimidad de la Capilla Real

Cuenca manda un mensaje "de concordia y de respeto" y pide "vivir en tolerancia y considerando mucho lo que tenemos alrededor"

FOTOS - La Toma de Granada se queda por segundo año consecutivo en la intimidad de la Capilla Real-15
Miguel López Rivera
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Cuando la pandemia sea al fin historia, ojalá que pronto, los ciudadanos podrán a echar la vista atrás para hacer recuento de todo aquello cuanto el Covid les arrebató. Viajes, emociones, despedidas, momentos y celebraciones. Son muchas las tradiciones y fiestas suspendidas para evitar la propagación del virus.

Duelen la Semana Santa, el Corpus, las cruces o la Virgen de las Angustias. Y también la Toma de Granada, que por segundo año consecutivo se ha tenido que celebrar en la intimidad de la Capilla Real y la Catedral. Al menos ha servido para evitar las acaloradas discusiones de bandos, tan populares ya como la propia festividad.

En el 530 aniversario de la entrada de los Reyes Católicos a Granada, y en la primera Toma desde la conmemoración del V Centenario del traslado de Isabel y Fernando de la Alhambra a la Capilla Real, el coronavirus impidió a los granadinos por segundo consecutivo disfrutar de la procesión cívico-militar o acompasar con la tremolación del pendón con el clásico 'Granada, qué'.

El Estandarte Real se batió, sí. Pero al igual que en 2021 dentro de la Capilla Real, frente a los imponentes mausoleos reales de los monarcas, en lugar de en el balcón de la Plaza del Carmen junto a miles de granadinos, quienes se tuvieron que conformar con seguir el acto por la televisión.

La corporación municipal y las autoridades invitadas, menos que de costumbre, llegaron puntuales, a las 12.15 horas, a la puerta de la Capilla Real. Allí les esperaban el alcalde de Granada, Paco Cuenca, y la subdelegada del Gobierno, Inmaculada López Calahorro, así como el teniente coronel del Mando de Adiestramiento y Doctrina (Madoc), Jerónimo del Gregorio. Todo ellos encabezaban la comitiva.

Tras la retirada de las insignias reales, siendo portada la corona de la reina Isabel por un Capellán Real y la espada de Fernando por el alcalde, todos accedieron a la Catedral junto a los cabildos de la Santa Iglesia Metropolitana de la Encarnación y el de la Capilla Real. El concejal José Antonio Huertas portaba el pendón en ese momento, cuando comenzó la tradicional eucaristía.

Ya en la Capilla Real, fue César Díaz el encargado de tremolar el pendón cinco veces entre los acordes del Himno de España y Paco Cuenca el de realizar la ofrenda con la corona laurel y el ramo de flores "como muestra de concordia y paz", en sus propias palabras. Tras el quíntuple batido de bandera, el Estandarte Real fue trasladado al altar de las reliquias, donde se despositaron las insignias reales.

En el ideario nacional, la Toma de Granada está concebida como el inicio de la modernidad. No en vano, históricamente se ha considerado el 1492 como el año en el que comienza la Edad Moderna. Representa la unificación de la idea de España y es también un hecho relevante para la cristiandad, pese a que el acontecimiento no fue sino la culminación de la Reconquista de la Península Ibérica, en manos musulmanas hasta entonces.

"Concordia y respeto" y sin polémica

Paco Cuenca ha querido destacar que Granada "vuelve a ser fiel a su historia y tradiciones". "Conmemoramos un hecho histórico por el que Granada cogió el papel que le corresponde y que tiene que ver con la fundación de la España que conocemos y también con un mensaje muy importante de concordia y de respeto", ha matizado en tono conciliador ante el carácter controvertido que envuelve cada año a la fiesta.

"Es el mensaje —ha proseguido— de la unidad de un país que tiene que entender también sus diferencias para ser capaz de valorar el papel fundamental que tenemos en el futuro. En una época tan compleja como la que estamos, y en una etapa en la que tenemos que pensar a quién tenemos alrededor, el hecho histórico que conmemoramos nos hace también valorar el papel de Granada y ese mensaje al resto de España para que vivamos en tolerancia y considerando mucho lo que tenemos alrededor", ha abundado el alcalde.

Para Cuenca, valorar aquello que rodea a la sociedad es, precisamente, "la mejor manera de salir de una crisis tan terrible" como la actual del Covid. "Hoy —por este domingo— Granada vueve a ser espacio fundamental de la historia de España", ha zanjado.

Aunque no ha habido polémica esta vez, no han faltado los actos reivindicativos de los colectivos y asociaciones que exigen sustituir la actual celebración por en la que no se enaltezca la victoria de unos granadinos sobre otros. Proclamas que han abanderado formaciones como Nación Andaluza o entidades como Granada Abierta. Esta última, no en vano, ha organizado un acto en la Fundación Euroárabe, con lecturas poética y de un manifiesto, y el cante del panciverde Juan Pinilla bajo el lema Toma no, Mariana sí y de carácter laico.

Además, al caer este 2 de enero en domingo, el Ayuntamiento decidió pasar el festivo al 26 de mayo, Día de Mariana Pineda. Está claro que en estos tiempos de crispación y enfrentamiento parece difícil contentar a todo el mundo, aunque desde luego que los gestos y las intenciones pueden y deben contar.







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