El Carmen Blanco de la Fundación Rodríguez-Acosta, una joya próxima a la Alhambra reabierta a visitas

Los visitantes pueden conocer sus espacios, espectaculares jardines y la amplia colección de obras de arte que atesora

El Carmen Blanco de la Fundación Rodríguez-Acosta, una joya próxima a la Alhambra reabierta para visitas - Celiaperez-10
El Carmen Blanco de la Fundación Rodríguez-Acosta ha reabierto sus puertas y ofrece varias visitas | Foto y vídeo: Celia Pérez
María José Ramírez
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Granada cuenta con una joya arquitectónica muy próxima a la Alhambra que deslumbra en la colina del Mauror. El Carmen Blanco de la Fundación Rodríguez-Acosta custodia el legado del pintor granadino José María Rodríguez-Acosta y de la familia Gómez Moreno. Esta peculiar construcción flanqueada por cipreses fue diseñada para albergar el estudio de José María Rodríguez-Acosta y fue declarada Monumento Nacional en 1982. Ahora, tras las obras de conservación, el carmen de la Fundación Rodríguez-Acosta ha vuelto a abrir sus puertas en noviembre para dar a conocer sus espacios y espectaculares jardines y la amplia colección de obras de arte que atesora.

“Allá por los años 20 del siglo pasado, don José María Rodríguez Acosta quiso conjugar un poco la vanguardia y la tradición y mezcló y sumó estilos. El carmen atesora ese toque ecléctico o cubista”, explica el gerente de la Fundación Rodríguez-Acosta, Fernando Egea. El pronunciado desnivel del terreno en el que se asienta este carmen dio origen a las terrazas y miradores que configuran sus jardines, que son muy singulares.

En los jardines del carmen, con fuentes, albercas y diversos patios a distintas alturas, se pueden encontrar estatuas romanas - como la de Venus o Baco-, la diosa de la caza o la tumba de una religiosa de época barroca. “Se pueden ir descubriendo tesoros que nos dejan con la boca abierta. Y luego están las vistas de la ciudad. Granada a los pies del carmen es una delicia”, resalta Fernando Egea.

Escultura de Venus en el carmen de la Fundación Rodríguez-Acosta | Foto: Celia Pérez

Tanto en los jardines como en otros espacios del carmen se pueden encontrar capiteles que Rodríguez-Acosta fue “recuperando y colocando como joyas dentro de su carmen”, explica Mª Carmen López Pertiñez, coordinadora de la Fundación Rodríguez-Acosta. En el carmen se mezclan estilos del pasado con múltiples elementos de piedra y de madera de diversa procedencia y antigüedad: columnas y capiteles hispanomusulmanes, portadas y fuentes renacentistas, fragmentos de construcciones barrocas, etc.

Durante los siete meses que el carmen de la Fundación Rodríguez-Acosta ha permanecido cerrado al público se han acometido varias mejoras en los paramentos del edificio. Además, se ha renovado el lucernario octogonal del Museo Gómez-Moreno, que se sitúa también en este espacio. Esta intervención, a cargo del Plan Alhambra, ha permitido que se triplique el espacio expositivo y se puedan dan a conocer una gran cantidad de piezas arqueológicas que por falta de espacio antes se mantenían en los fondos.

Espacio expositivo del Museo Gómez-Moreno | Foto: Celia Pérez

El gerente de la Fundación Rodríguez-Acosta, Fernando Egea, asegura que se han “cuidado las obras del Instituto Gómez Moreno, que está dentro del carmen, y que alberga una colección magnífica de pintura, escultura renacentista y barroca y también de prehistoria”. Entre las piezas más destacadas de la zona del Museo de Gómez Moreno resalta la de un cristo crucificado de Miguel Ángel Buonarotti o algunas mucho más antiguas como una colección de jarras griegas del siglo XVI antes de Cristo o una colección de figuritas de templos íberos, procedentes de Jaén.

Visitas guiadas al Carmen Blanco de la Fundación Rodríguez-Acosta

El carmen de la Fundación Rodríguez-Acosta ofrece visitas guiadas de lunes a domingo, desde las 10:00 hasta las 14:00 horas, por un precio de cinco euros. Los sábados por la tarde, además, hay recorridos especiales que incluyen tres espacios interesantes: la galería subterránea, la biblioteca y la casa de invitados, que es la antigua residencia de artistas. Estas visitas tienen un precio de diez euros. También hay visitas gratuitas por ser considerado Bien de Interés Cultural, los viernes y domingos en los pases de las 13:00 y las 14:00 horas. Todas las visitas se deben reservar previamente a través de la página web de la Fundación Rodríguez-Acosta o en el email [email protected]. Las visitas se realizan por grupos de diez personas por motivos de conservación, ya que son espacios pequeños y delicados.

Los visitantes comienzan el recorrido de la visita por el vestíbulo, que es la primera planta del edificio que es utilizable. Destaca porque tiene una fuente en la entrada dentro del edificio, no en un patio. Ahora está tal y como José Rodríguez-Acosta la tenía, con cuadros de algunas de sus obras. En la segunda planta tenía el estudio de pintura. Allí destaca un cuadro enorme de los padres de José María Rodríguez-Acosta.

Cuadro en el que aparecen los padres de José María Rodríguez-Acosta | Foto: Celia Pérez

En el interior resalta la biblioteca de la Fundación, que tiene una gran riqueza cromática y decorativa y que atesora una importante colección de arte asiático, ya que Rodríguez-Acosta era una enamorado de la cultura asiática. Entre sus estanterías hay numerosos libros de Matemáticas, Arquitectura, Filosofía, Literatura, Ética o Budismo, que tienen “cierto rigor estético”, señala Mª Carmen López Pertiñez. También en la biblioteca hay varias piezas de vidrio de Castril que al pintor le gustaron y otros tantos objetos y piezas que son reflejo de su particular gusto cosmopolita.

Biblioteca de la Fundación Rodríguez-Acosta | Foto: Celia Pérez

Otro sitio especial de la Fundación y que solamente se puede visitar los sábados, dentro de los recorridos especiales, es la casa de invitados, típica de los años 20, que se ha hecho museo y en la que se pueden ver obras pintadas por Rodríguez-Acosta. En ellas aparece Encarnación Gámez. “Fue su pareja, la conoció en Madrid. Estaba casada y fue abandonada por su marido, por lo que su relación la vivió al margen de lo que la sociedad imponía”, comenta la coordinadora de la Fundación Rodríguez-Acosta.

Y otro espacio que, sin duda, es de los más espectaculares es el de las galerías subterráneas que hay bajo este emblemático carmen de la Fundación Rodríguez-Acosta, que también se pueden visitar solamente los sábados en las visitas especiales. “Bajando, todas esas historias que nos han contado alguna vez de que entre la Alhambra y el Albayzín había pasadizos secretos, viendo esto dices puede ser verdad, porque es una cosa impresionante”, indica Fernando Egea. Estas galerías subterráneas, José Rodríguez-Acosta las hizo sobre una cueva que ya existía y se encargó de decorarlas con escalones, columnas y arcos.







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