Sobrevivir a base de deudas o desaparecer: la cruda realidad de las agencias de viajes

En torno a un 30% de estos negocios han cerrado sus puertas definitivamente, mientras que un 40% está al borde de la quiebra

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Las agencias de viajes se enfrentan a un situación económica límite sin ningún tipo de ayuda | Foto: EP
Ainoa Morano
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Sin ayudas y con préstamos por pagar, así se encuentran las agencias de viajes en el año más catastrófico para el sector turístico. El estallido de la crisis sanitaria provocada por el Covid-19 obligó a millones de personas a cancelar todos los viajes planeados hasta nueva orden. Con la entrada en vigor del estado de alarma y la movilidad restringida, ambos factores aún vigentes tras un año de pandemia, las agencias de viajes han tenido que hacer frente a la devolución del dinero de los viajes programados, así como seguir haciendo frente a los alquileres e impuestos de sus establecimientos, todo esto, sin la más mínima ayuda por parte de las administraciones. 

“Un 30% de las agencias han cerrado sus puertas y un 40% están al borde de la quiebra”. Estos datos tan desoladores, según Juan Peláez, vocal de agencias de viajes en la Federación Provincial de Hostelería y Turismo de Granada, son la cruda realidad de estos establecimientos. “Las agencias no solo no tienen actividad, sino que además, se han visto obligadas a efectuar reembolsos, devoluciones que en numerosas ocasiones no se las ha facilitado el proveedor, sobre todo, las compañías aéreas o las navieras. Hay una gran parte de estas agencias que sí han efectuado estos reembolsos a costa de sus propias tesorerías. Se endeudaron al solicitar ICOS para poder hacer frente a todos los pagos”, asegura Peláez.

Ángel García es uno de los cientos de propietarios de una agencia de viajes en Granada. García analiza este año como una “hecatombe nunca vista” en el sector. “Con la pandemia, todo ha caído un 95%, la actividad tiene un encefalograma plano, ha habido ventas”. Con esta situación, mantener un negocio se vuelve una misión casi imposible y más aún cuando no se cuenta con ningún tipo de ayuda por parte de las administraciones. 

En un principio, la Junta de Andalucía aprobó una pequeña partida de mil euros para aquellos autónomos que regentasen una agencia de viajes. El problema con esta subvención vino por partida doble. En primer lugar, la prestación finalizó en el mes de enero, época en la que las agencias aún no podían reanudar su actividad como es lógico. Por otro lado, los autónomos societarios no recibieron esta ayuda ya que se pactó que se aprobaría otra partida de 3.000 euros a la que sí podrían acceder. A día de hoy, según Juan Peláez, estos autónomos “aún no han recibido ni la primera subvención, ni la segunda, que ya está prometida”. 

El vocal asegura que “ se trata de unas ayudas mínimas e insignificantes que no llegan ni a un 25% del sector”. Además, resalta que algunos Ayuntamientos de la Provincia sí que han destinados pequeñas partidas a las agencias de sus municipios, pero en el caso de el de Granada “por no hacer no nos ha rebajado ni los impuestos de la basura, un pago que seguimos asumiendo a pesar de no generar residuos ya que tenemos nuestros establecimientos cerrados”. Así mismo, García asegura que en el resto de países de Europa, "el sector sí que está recibiendo grandes ayudas. Les están bajando los impuestos, mientras que aquí, nada. Tendrá un mérito infinitamente mayor si las empresas conseguimos sobrevivir, porque no hemos recibido apoyo logístico de nadie". 

Ante este panorama, la única esperanza que le queda a un sector fundamental en este país como el turismo y abandonado por las administraciones, en materia de ayudas, es la vacunación y el verano. La época estival del 2020 fue como un “pequeño conato de incendio” para Ángel García. “Todo el mundo tenía muchísima esperanza puesta en él, sin embargo, fue miserable en producción”, afirma el propietario. Los mínimos desplazamientos que realizó la población en julio y agosto fueron totalmente insuficientes para hacer frente a las pérdidas originadas en los meses anteriores. 

Más concretamente, Peláez asegura que "gracias al gran movimiento turístico que suele tener Granada, las agencias disfrutaron de algún brote verde, sobre todo, en momentos muy concretos del verano, pero hablamos de un porcentaje que no llega ni al 20% de lo que suele haber en la ciudad en un año normal".

El segundo verano de pandemia está cada vez más cerca y el turismo ya mira con ilusión y esperanza esos benditos meses que tan buenos frutos les trajo en años anteriores, aunque todo dependerá del ritmo de vacunación. "Tenemos los dedos cruzados para que el ritmo de vacunación sea aceptable, tal y como se nos está diciendo desde el Gobierno. Podríamos tener un verano aceptable en función a la situación que tenemos, para ir ajustándonos e ir entrando en una nueva normalidad de cara al otoño. Si las vacunas no funcionan estamos totalmente perdidos".







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