La salvación ya torna más a milagro que a posibilidad (86-93)
Los rojinegros no pueden con un Barcelona demoledor desde el tiro exterior y suman su octava derrota consecutiva que los distancia a cuatro triunfos de la salvación

Se podía confiar en el milagro, pero ni la semana de mayor devoción y fe en la ciudad podía obrar el deseo de vencer al Barcelona. La sorpresa ante uno de los grandes tendrá que seguir esperando, eso sí, el tiempo se agota tanto para dar el campanazo como para conseguir una salvación que ya es prácticamente una quimera. El Covirán Granada trató incansablemente de derrotar a un Barcelona que aplacó con cierta facilidad los continuos intentos de remontada de su rival.
En el arranque del encuentro, el acierto desde el tiro exterior de los blaugranas, siempre desde las esquinas, dio la primera ventaja a los visitantes con el 5 a 13. Saltó el Covirán Granada algo tenso al parqué, costándole entrar en calor a nivel ofensivo. Con la entrada de Gio Bezhanishvili a pista, la imagen de los rojinegros cambió sustancialmente. El georgiano se hizo grande bajo aros, ayudado por la intensidad de Riccardo Visconti y el acierto, esta vez sí, de Amine Noua para sumar un parcial de 8 a 2 que permitía acercar posturas. La mejora ofensiva de los locales incluso hizo que se viese el 22 a 22 durante unos instantes en el marcador, permitiendo que el Palacio entrase en el partido. Eso sí, ante el primer conato de rebeldía, el Barça tiró del siempre fiable Justin Anderson y, por qué no decirlo, de sus continuas visitas a la línea de personal, para cerrar el primer cuarto con el 26 a 33.
El Covirán había olido sangre. A diferencia de otros encuentros, la salida de los granadinos al segundo periodo fue más que notable. Con dos canastas consecutivas de Rousselle y de Bezanishvili, los granadinos amenazaron el liderazgo de su rival. En el intercambio de canastas, los de Pablo Pin se encontraron con ciertos problemas para igualar el nivel físico de un Barcelona que corría la pista sin ningún atisbo de problema. Cualquiera diría que se jugaron el pase a Playoffs de la Euroliga apenas 48 horas antes. Se colocó con cierta facilidad el Barcelona once puntos arriba, pero aun quedaba mucho cuarto por disputar. De la mano de un Riccardo Visconti luchador y acertado desde el triple, los rojinegros pusieron brevemente a su rival en aprietos. Llegó a colocarse a tan solo dos puntos, pero una vez más, el Barça jugó cuando quiso. Su acierto exterior y varias decisiones arbitrales una vez más cuestionables e innecesarias para un equipo como el catalán dejaron una distancia en el marcador que ya sería insalvable (44-53).
De regreso al parqué, cinco puntos consecutivos de los blaugranas y tan solo un tiro libre anotado por Amine Noua marcaría la tónica a seguir durante el periodo. Cierto es que el Covirán Granada no bajó los brazos en ningún momento, pero el balón se empeñaba en salirse prácticamente de dentro de la canasta para no permitir a los rojinegros pasar de los siete puntos de diferencia. Los de peñarroya tenían un plan de partido claro. Cansar a su rival físicamente con transiciones rápidas y obligarlos a posesiones extremadamente largas que, al no acabar en canasta los cansase también mentalmente. La frustración en los jugadores de Pablo Pin era evidente, tanto que hasta llegó a verse como se reprochaban ciertos errores entre ellos. La situación ya era límite. Aun así, no dejaron de intentarlo llegando a sacar cuatro faltas a su rival en apenas cuatro minutos. Eso sí, como era de esperar, no entraron en bonus hasta casi acabado el periodo, mientras que el casillero de las faltas de los locales subió a las cinco de un momento a otro. La intensidad del Covirán les permitió sacar una antideportiva cuando se encontraban a nueve puntos, pero Rousselle tan solo anotó uno de los tiros libres y la posesión acabó en pérdida y falta a favor de su rival. Un ejemplo de que el día no estaba para los rojinegros.
Con el 61 a 73 arrancó el último periodo de una muerte anunciada. Sam Griffin levantó a todo el Palacio con un arranque sensacional. Los siete puntos consecutivos del estadounidense al inicio del cuarto pusieron el 68 a 73 en el marcador, momento en el que Peñarroya paró el juego. Era la oportunidad del Covirán, pero como ya ha ocurrido en otras ocasiones, no se saben cerrar los partidos o las remontadas. La entrada de Agustín Ubal en pista fue un auténtico revulsivo para un Covirán que necesitaba su garra y su energía, eso sí, el coraje no es suficiente si las canasta no entran. Varias pérdidas consecutivas hicieron que los blaugranas recuperasen los diez de ventaja. Volvió a apretar el Covirán con cuatro puntos consecutivos de Bezhanishvili, pero el tiempo se agotaba y el Barcelona no permitiría ni un solo amago de rebelión. El resultado acabo siendo el esperado. Octava derrota consecutiva para el Covirán Granada con el 86 a 93 cosechado este domingo. La salvación ya se encuentra a cuatro triunfos de distancia, por lo que pensar en un cambio drástico de la situación es más un sueño que una posibilidad real. Aun queda temporada, si, pero las jornadas pasan y aunque el Covirán muestre una mejor imagen, de eso no cabe duda, el triunfo no llega y las matemáticas no tardarán en dictaminar el indeseado y cruel descenso.
Ficha del partido:
Covirán Granada: Rousselle, Noua, Visconti, Valtonen, Ndiaye - quinteto inicial - Griffin, Bezhanishvili, Ubal, Medal, Guerrero, Aurrecoechea, Silverio.
Barcelona: Brizuela, Satoransky, Fall, Abrines, Parker - quinteto inicial - Punter, Anderson, Vesely, Hernangómez, Parra, Villar.
Parciales: 26-33; 18-20 - descanso - 17-20; 25-20
Árbitros: Juan Carlos García González, Javier Torres y Carlos Merino
Incidencias: partido correspondiente a la Jornada 27 de la ACB disputado en el Palacio de Deportes de Granada el domingo 13 de abril, a partir de las 17:00 horas.