Reencuentro con un Casademont Zaragoza siempre salvador

Los rojinegros se enfrentarán este fin de semana a uno de sus rivales fetiches, un conjunto maño al que siempre ha vencido en la recta final de la temporada

Coviran Granada Casademont Zaragoza
Santi Yusta en el duelo de la Jornada 17 ante Covirán Granada en el Palacio de Deportes | Foto. Antonio L. Juárez
Ainoa Morano
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Al Covirán Granada se le acaba el tiempo para obrar el milagro. La derrota del pasado fin de semana ante Dreamland Gran Canaria no solo dejó una sensación de desasosiego en el equipo y la marea rojinegra, sino que también supone una nueva bala gastada en las pocas que ya le quedan en la recámara para conseguir la permanencia.

Los de Pablo Pin se quedan prácticamente sin margen de error, viéndose en esta Jornada 31 más obligados a ganar que nunca. De hecho, casi se necesitaría un pleno de triunfos en las últimas cuatro jornadas que quedan por disputar para que los granadinos volviesen a ser equipo de ACB la próxima temporada. Como parte positiva en este mar de decepciones y de malas noticias, aparece un Casademont Zaragoza que siempre ha sido un rival bien recibido para los rojinegros.

De los cinco enfrentamientos que maños y granadinos han tenido hasta el momento, en cuatro ocasiones el triunfo ha sido para el Covirán Granada, cuatro partidos ganados que siempre han llegado en el momento que más lo necesitaban. En la temporada 22/23, los rojinegros perdieron en el Príncipe Felipe, encuentro que se disputó en la primera vuelta. Sin embargo, en la segunda ronda, esta vez en el Palacio de Deportes, el Covirán sacó un partido que se les puso muy cuesta arriba pues su rival llegó a doblarlo en el marcador ya en el primer periodo. Los de Pablo Pin sacaron su ya habitual garra para remontar y acabar llevándose un triunfo que les mantenía con vida en la pelea por la salvación. Una victoria que se consiguió a dos jornadas del final de temporada.

En la campaña 23/24, los rojinegros comenzaron con mal pie su segundo año en ACB. Cinco derrotas consecutivas que hacían presagiar unos meses complicados en la élite del baloncesto español. Se necesitaba una victoria que cambiase la dinámica del equipo, un partido ganado que llegaría en la sexta jornada ante Casademont Zaragoza en el Palacio. Con el paso de las jornadas, el destino del Covirán se encaminaba a otro final agónico, pero histórico una vez más. Nuevamente la necesidad de ganar acechaba y tocaba visitar el Príncipe Felipe, un pabellón que, sorprendentemente, trae buenos recuerdos. Como ya ocurriese un año atrás, el Covirán salió vivo de su duelo ante los maños logrando un triunfo que les permitía depender de sí mismos en la última batalla por la salvación.

En la presente temporada, la historia ha seguido un curso similar. En la Jornada 10, el Covirán contaba en su casillero con seis derrotas y cuatro triunfos tras vencer a Joventut Badalona. Tras esto, seis partidos perdidos de forma consecutiva que ya hacía presagiar que el curso no sería agradable esta vez. La mala dinámica atosigaba a un conjunto rojinegro que necesitaba resurgir y volver a verse capaz de ganar. Una alegría que llegó en la Jornada 17, otra vez en el Palacio, otra vez ante Zaragoza. Los maños han encontrado en el Covirán Granada una especie de bestia negra a la que no consiguen doblegar más allá de la primera vez que se enfrentaron de forma oficial. Una racha positiva que debe mantenerse si el plantel granadino quiere seguir contando con opciones de mantener la categoría. Como un aliciente más, Zaragoza ya está salvado, por lo que este es el momento ideal para que los de Pablo Pin prolonguen su idilio en tierras aragonesas.

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