Una niña de diez años se moviliza con una carta para salvar el Parque Tico Medina de la construcción de viviendas
Vega ha enviado una carta a este medio en la que denuncia y expresa su preocupación por lo que ocurre en uno de los pulmones verdes de Granada

Vega, una niña granadina de tan solo diez años, ha decidido no quedarse de brazos cruzados ante lo que considera "una injusticia en su barrio". Ante la posible construcción de bloques de viviendas en un solar del Parque Tico Medina -inicialmente previsto para instalaciones deportivas-, esta joven vecina ha tomado papel y lápiz y ha escrito una carta con la esperanza de que su voz, aunque pequeña, sea escuchada por quienes toman las decisiones.
En su carta, enviada por su padre a este medio, Vega expresa con claridad y firmeza su preocupación: “En nuestro parque iban a hacer unas instalaciones deportivas como las que tienen mis amigas en sus barrios, pero al final han decidido que mejor hacen edificios”.

Imagen de la carta enviada a este medio | Foto: Remitida
El solar en cuestión se encuentra dentro de uno de los principales pulmones verdes de Granada, el Parque Tico Medina, un espacio muy frecuentado por familias, deportistas y vecinos que, como Vega, han hecho de él parte de su vida diaria. La niña señala que lleva yendo allí “desde que era un bebé”, y le entristece la idea de que su parque “deje de ser tan natural y tan verde”.
Más allá del contenido, lo llamativo de esta carta es el gesto en sí: que sea una menor quien dé el paso al frente para reclamar el cumplimiento de una promesa municipal y la defensa de un espacio público. Vega cuestiona, sin rodeos, que los adultos no cumplan con lo que dicen: “Mis padres siempre me dicen que si me comprometo a algo tengo que cumplirlo, así que no entiendo que ahora los mayores sean los que no cumplen sus promesas”.
Este gesto ha sido impulsado con el apoyo de su familia, que ha querido fomentar el compromiso ciudadano desde la infancia. “La hemos animado a implicarse activamente, y esta ha sido la forma que hemos considerado mejor para hacerlo”, señala su padre, que destaca el valor educativo y simbólico de este tipo de acciones.
La carta de Vega no es solo un alegato en defensa de un parque, sino también una llamada de atención a las instituciones: hay una ciudadanía joven que observa, que escucha, y que quiere participar. Que incluso a los diez años se puede tener conciencia cívica, sentido de comunidad y el deseo de contribuir a mejorar el entorno. En tiempos en los que muchas voces reclaman una mayor participación y sensibilidad hacia los espacios verdes urbanos, quizás la de Vega sea una de las más puras.
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