Personas que mienten

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"Las personas que mienten de manera repetida, dejan de tener respuestas emocionales con sus propias falsedades" | Foto: Remitida
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La mentira forma parte del día a día de las personas. La mentira es un fenómeno complejo que suele asociarse con una clara motivación, ocultar la verdad u obtener algún beneficio con ello. Y suele ser la fuente de buena parte de los problemas y conflictos en las relaciones interpersonales.

Es cierto que todos hemos mentido en alguna ocasión por diversas finalidades. No pasa nada si las mentiras se hacen de forma puntual. Lo que se considera como mentira piadosa se considera normal, puesto que forman parte de nuestra vida, de nuestro día a día. El problema viene cuando la mentira se hace de forma constante o de forma regular y empiezan a formar parte de nuestra vida, de nuestro día a día y se integran de tal manera en nosotros que se convierten ya en un hábito.

La motivación que lleva a las personas a ir en contra de la verdad puede ser muy variada, desde el más puro instinto de supervivencia, para evitar conflictos o situaciones indeseadas o para conseguir algún tipo de beneficio.

Las personas que mienten de manera repetida, dejan de tener respuestas emocionales con sus propias falsedades. Las mentes de las personas que mienten de manera continua pueden ser mentes que se encuentran entrenadas para dicho fin. La mentira se considera una habilidad más, con lo cual solo es cuestión de práctica para que se convierta en una habilidad excelente, difícil de reconocer. Los cerebros de las personas que están acostumbradas a mentir, hacen de las mentiras un estilo de vida dejando de lado el sentimiento de culpa o cualquier otro tipo de emoción.

Un estudio realizado en la Universidad de Massachusetts (EE.UU.) estima que el 60% de las personas adultas mienten al menos una vez durante una conversación de diez minutos. El mentir a fin de evitar conflictos o castigos, no herir los sentimientos de otra persona o preocuparla innecesariamente, no realizar o posponer una actividad no apetecible, así como la necesidad de dar una buena imagen, agradar o no ofender a los demás son motivos habituales que llevan a mentir e incluso pueden considerarse motivos razonables y la mentira adaptativa.

Pero lo preocupante de la mentira es su frecuencia, la gravedad de la misma, las circunstancias que llevan a engañar y sus consecuencias. Cuando se miente asiduamente, el engaño tiende a convertirse en una respuesta automática e impulsiva, no tanto fruto del deseo de manipulación o la astucia, sino de un hábito. Estas personas no saben por qué lo hacen, ya que muchas veces la mentira no busca un beneficio concreto sino que es una especie de acto reflejo o inconsciente.

Mentir frecuentemente suele llevar a conflictos familiares, sociales, en el trabajo, etc., sin embargo, la persona no es capaz de dejar de mentir, a pesar de no tener malas intenciones o incluso padecer una sensación constante de estrés o sintomatología ansiosa.

Aunque parezca sorprendente, hay muchas personas que adornan, deforman o inventa la realidad, y las causas son muy variopintas y en la vanguardia apuntan algunas de estas causas:

1. Desconfianza. Lo que comienza siendo una mentira fruto de la desconfianza hacia una persona puede terminar convirtiéndose en un entramado e incluso llegar a engañar por inercia.

2. Impulsividad. Las personas que mienten con frecuencia al final lo hacen de manera impulsiva, dejando de controlar dicha conducta.

3. Evitar castigos y eludir responsabilidades. Una persona puede mentir de forma reiterada a fin de evitar las consecuencias de sus acciones, demostrando cierta inmadurez.

4. Asociar la mentira al éxito. En aquellos empleos con una mayor orientación a las ventas que al cliente, los empleados podían asociar la mentira al éxito laboral.

5. Refugiarse de la realidad. La insatisfacción puede llevar a modificar la realidad adornándola e incluso alterándola, haciéndola más tolerable emocionalmente y aparentemente entretenida.

6. Intolerancia emocional. Una elevada sensibilidad a las emociones displacenteras y una pobre gestión emocional pueden provocar que la persona opte por mentir a fin de evitar el malestar emocional que considera que le ocasionaría decir la verdad.

7. Falta de habilidades sociales. Hay personas que tienden a mentir porque temen que exponer sus necesidades lleve a conflictos interpersonales, de forma que terminan haciéndolo a fin de poder mantener sus límites sin dejar de contentar a los demás.

8. Tener una relación insana/tóxica con los padres o la pareja: Ante personas excesivamente inflexibles, autoritarias, controladoras e incluso agresivas, la persona puede recurrir a la mentira por temor a las consecuencias de exponer su opinión o a fin de poder tomar sus propias decisiones.

9. Miedo al rechazo o a la crítica. Al parecer, quienes temen el rechazo o les cuesta asumir las críticas pueden adornar o falsear la realidad para mantener una imagen aparentemente perfecta ante el resto.

10. Baja autoestima e inseguridad. Las personas inseguras dependen de la aprobación externa para sentirse valiosas, de manera que pueden recurrir a la mentira como mecanismo compensatorio, proyectando un yo ideal que les proporciona una mayor seguridad en sí mismas.

11. Necesidades afectivas insatisfechas. El parecer el héroe o la víctima de una historia suele granjear simpatía y admiración de los demás.

12. Tener algún trastorno psicológico asociado a la mentira, padecer algún trastorno de la conducta alimentaria o sufrir un trastorno obsesivo compulsivo son los problemas psicológicos en los que la mentira se vuelve una constante en quienes los padecen.

13. Tener un trastorno de la personalidad. La mentira compulsiva forma parte de trastornos de la personalidad antisocial (en la que se utiliza la mentira como estrategia de manipulación), la personalidad límite (en la que la mentira se ve impulsada por una emoción) o el trastorno narcisista (en el que se miente para conseguir la admiración ajena).

14.Por protección. Por la necesidad de evitar un conflicto o una situación perjudicial para la persona, relacionada directamente con el instinto de supervivencia.

15. Adaptación. En determinadas situaciones, pueden sentirse en una necesidad en la que recurrir a la mentira para encajar la respuesta social.

16. Obtención de un beneficio. La búsqueda de un bien o ventaja personal como razón por la que la gente miente, por lo que supondría una forma de manipulación.

17. Consideración. Mentiras piadosas, empleadas para eludir una situación conflictiva que pueda dañar los sentimientos o la sensibilidad de otra persona.

18. Venganza. Cuando se miente con el objetivo de dañar o perjudicar a alguien más de forma intencionada.

19. Satisfacer o halagar. Otra forma de manipular consiste en dedicar halagos u otra clase de dedicatorias fingidas con la intención de conseguir algún tipo de beneficio de dicha persona.

20. Encadenando mentiras. Las personas con tendencia a mentir a menudo acaban por tener que encadenar mentiras para darles sostenibilidad.

Que una persona recurra a la mentira no es motivo de alarma, sino que se trata de una conducta completamente normal. El problema viene cuando esto se convierte en una constante.

Ante ello, es importante hacer algunas de estas acciones como apunta cuidateplus:

Callarse y escuchar: cuando intuimos que alguien nos está engañando dejar silencio para que el otro siga hablando.
Repreguntar: “oye, ¿me puedes contar más sobre eso?", “oye, exactamente, dime cómo fue". O “¿qué pasó después?”. Normalmente cuando uno miente tiende a cambiar rápidamente de tema, y entonces, si se repregunta es como que se ahonda en el tema y así se verifica si la historia que cuenta es consistente o si tiene grietas.
Reformular: Invitar al interlocutor a que mienta por segunda vez y la otra persona tiene que volver a decir sí, efectivamente así fue. Y es más costoso mentir por segunda vez. Si se nota que se pone nervioso o que cambia de tema, da la posibilidad de verificar si engaña.

No hacer nada: porque no tenemos nada de confianza con la otra persona, o bien porque la relevancia del tema es menor.

Asertividad: Ser asertivos, aunque no siempre resulta fácil ponerlo en práctica, intentando comunicar nuestros sentimientos y necesidades evitando herir u ofender a la otra persona.
Inteligencia, frialdad, desconfianza, extroversión o buena memoria, son características de quien nos miente. Y los gestos permiten desvelar un engaño.

Aprendamos a actuar de forma adecuada ante la mentira.