"El niño se bautizará cuando quiera Tebas"

Jorge Romero y Patricia Aranda han cambiado dos veces la fecha del sacramento para que no coincida con un partido del Granada, pero las modificaciones horarias han vuelto a juntar las celebraciones

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Patricia, Jorge y el pequeño Martín posan con la bufanda del Granada CF | Foto: Remitida
Chema Ruiz España
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Jorge Romero y Patricia Aranda son granadinistas por encima de todas las cosas. "El problema aquí es que a mí me gusta el fútbol, pero a mi pareja le gusta aún más", ríe él. Y, claro, su hijo no podía ser menos. Se llama Martín y a sus tres meses y medio puede presumir de ser el penúltimo abonado del Granada en 2023. "El último fue el de un amigo mío. Quedamos en hacerles socios el mismo día, pero acordamos que el mío iría primero porque nació una hora antes", aclara el padre. Sin embargo, su bautismo aún espera, precisamente por cuestiones rojiblancas. Fijado inicialmente el 20 de enero, cuando el cuadro nazarí iba a jugar con el Atlético, fue cambiado hasta en dos ocasiones para que no coincidiera ni con este ni con el encuentro ante Las Palmas, en principio fechado el domingo 4 de febrero. Se fijó el día 3, con lo que todo quedó resuelto hasta la modificación del compromiso contra el conjunto canario, que pasó a esa misma fecha. "El niño se bautizará cuando quiera Tebas", se resignan.

"No pensaba yo que iba a tener tanta repercusión el bautizo", bromea Romero, que expresó su enfado a través de su perfil en la red social X, aunque en conversación con GranadaDigital subraya que la situación iba "más allá aún" de lo que publicó en la web. "Realmente, nuestra primera idea era hacerlo este fin de semana que ha pasado, este sábado, pero en su momento salió el horario del partido del Atlético de Madrid -se iba a jugar el día 20, pero LaLiga cambió la fecha a este lunes-. No quisimos joder a las familias, pues son muchos socios también como nosotros, así que decidimos posponerlo a otra jornada", explica. No había posibilidad de que se celebrara en la semana posterior, en la que el Granada actúa como visitante, así que hubo que cuadrarlo el domingo 4 de febrero. 

LaLiga, en cambio, deparó otro cambio de planes, pues anunció la designación horaria del encuentro entre el conjunto rojiblanco y Las Palmas el mismo día, por lo que la entrada de Martín en el cristianismo se adelantó al sábado, día 3. Jorge y Patricia pensaron que ahí quedaba todo, hasta que este lunes la competición les sorprendió con una nueva modificación en el calendario: el partido se jugaba el sábado. "Vimos que cambió el horario. Ya habíamos hablado con el cura y todo, pero nos volvimos a encontrar con que, después de haber hecho dos cambios, coincidía otra vez con la celebración. El mosqueo ya fue en aumento", se encoge el padre.

La pareja aguarda ahora la confirmación de que es posible tramitar una tercera y, en principio, última reubicación del bautismo. "Lo hemos tenido que cambiar otra vez, pero todavía no es oficial, porque tenemos que hacer el cursillo de los padrinos y todo. Si no, nos tendremos que quedar sin ver el partido, porque el bautizo hay que hacerlo", sostiene Jorge Romero, quien afirma que "ya da hasta vergüenza decirle a la iglesia que vamos a cambiarlo". "El párroco no nos ha preguntado el motivo. No hemos tenido que mentirle ni que decirle la verdad", se consuela. A los familiares, después de tanta rectificación en cuanto a la fecha del sacramento, ya les han "prometido que no habrá más cambios". "Si no se puede ir, mala suerte", esgrime el padre.

El motivo de las modificaciones es en gran medida para evitar, precisamente, que los invitados se pierdan los encuentros del Granada. "Alrededor del 45% son socios", matiza. "Veremos si tenemos que poner una televisión o algo en el restaurante", ríe.

Turnos para ver al Granada

La familia ya se ha acostumbrado a tener que lidiar con las designaciones horarias de LaLiga desde que Martín vino al mundo. Les puede la pasión rojiblanca, así que deben ingeniárselas para poder compaginar la vida familiar con el granadinismo. "Nos tenemos que ir turnando los partidos porque el bebé es muy pequeño y, con los horarios tan malísimos, no se puede quedar con ningún familiar. Si fuera, a lo mejor, a las cuatro de la tarde, se puede quedar con alguien. Mi madre, por ejemplo, vive cerca de Los Cármenes… Pero en partidos como el de ayer, a esas horas, es inviable llevarle a ningún lado porque no le vamos a sacar con el frío que hace", explica Romero. Por ello, cada semana le toca a uno de los dos progenitores. "La pasada la dejé ir a Sevilla y, a cambio, yo fui este lunes a ver el partido a Los Cármenes. Así vamos", detalla.

Más allá de su particular situación, Jorge y Patricia comparten el malestar del resto de aficionados. "Conocemos gente que había reservado este fin de semana para ver el Atlético de Madrid-Granada y se ha encontrado que, con el cambio, no podían cancelar las reservas y han tenido que pasar el fin de semana en la ciudad pero sin ver a su equipo", sostiene, para seguidamente lamentar que "siempre hay una modificación, o cae en un lunes o en un viernes a horas tardías". "Estamos hartos de escuchar que la Superliga va en contra de los clubes, pero es que luego llega Tebas y no mira por sus aficionados. El fútbol se está convirtiendo en una cosa solamente para la televisión, realmente no es para el abonado", critica. Mientras, el bautizo más largo del mundo todavía espera desenlace.